El último viaje de la ropa usada de Torrelavega

La despedida puede ser difícil a veces, sobre todo con aquellas prendas con mayor apego emocional, pero la travesía que propone el servicio de recogida de textil de Aguas Torrelavega le sale muy rentable al Ayuntamiento y con él a todos los vecinos de la capital del Besaya. Echen cuentas. Cada tonelada de residuos –lo que sea– que entra en las instalaciones de Barreda le cuesta al municipio 85 euros en gastos de gestión. Gracias a la recogida de textil, el municipio no sólo se deshace de ese gasto sino que lo traduce en un rendimiento de 310 euros. Por cada mil kilos de ropa que ponen rumbo a Madrid, la ciudad gana en beneficios, contribución al medio ambiente y, dicho sea de paso, un poco de espacio en el armario.

Son 110 vecinos los que han hecho posible esta primera hornada de donaciones, de la cual caben destacar al menos siete grandes recogidas motivadas por mudanzas y defunciones, una media de 45 kilogramos de ropa por entrega y también una mayoría clara (80%) de solicitudes por teléfono –605073270–, si bien también se puede pedir cita a través de internet –residuostorrelavega.com–. Cada vez son más los que los vecinos que lo hacen. Tanto que el Consistorio ha decidido ampliar el servicio a todos los días de la semana –de lunes a viernes, a las 10.00, 11.00, 12.00 y 13.00 horas; y sábados y domingos, a las 10.00 y 11.00 horas–.

Y sí, se puede entregar de todo. Ropa de vestir, sábanas, toallas, manteles, calzado... Siempre en bolsas o cajas. Todo sirve. Una vez confirmada la fecha, los operarios de Aguas Torrelavega se encargarán de desplazarse al domicilio y retirar las prendas –ojo aquí– siempre en la entrada del edificio o en el portal, salvo casos de grandes acopios de ropa provocados por mudanzas, defunciones u otras circunstancias –de las que habrá que informar en la solicitud–.

Y aquí, desde que abandonan el portal, es cuando el textil emprende ese último viaje. La primera parada es el punto de acopio municipal de Barreda, donde pasará unos procesos de pesaje y clasificación antes de su traslado definitivo a las dependencias de Meditex, empresa afincada en Fuenlabrada (Madrid) y llamada a almacenar y distribuir todo este catálogo de segunda mano el día de mañana.

Esa segunda vida y su contribución a la buena salud del planeta impregnan la razón de ser de esta iniciativa municipal, volcada en «facilitar» la retirada de residuos a los vecinos, reducir toda esa cantidad de ropa que termina en el contenedor gris y, además, anticiparse a una normativa europea que, para antes de 2025, está decidida a imponer la recogida separada de residuos textiles como un requisito más dentro del tratamiento de residuos de los municipios.

Consciente de estas metas, el responsable al mando de este engranaje, el concejal de Economía y presidente de Aguas Torrelavega, Pedro Pérez Noriega, fue uno de los representantes que, junto al jefe del Servicio, José Luis Santos, y el alcalde, Javier López Estrada, además de otros miembros de la Corporación, visitó ayer las instalaciones de Barreda para hacer balance de estos primeros dos meses de servicio. «Garantiza una mejor gestión económica y reduce el impacto ambiental de estos residuos, favoreciendo la reutilización, el reciclaje y la consolidación de la economía circular», declaró el edil, de acuerdo con la máxima subrayada antes por el regidor y que engrana toda esta cadena: «Beneficiar al medio ambiente».

Ese es un objetivo común para el conjunto de la Corporación, como demostraron con su presencia el primer teniente de alcalde José Manuel Cruz Viadero, la líder de la oposición, Marta Fernández Teijeiro (PP), y el portavoz de ACPT, Iván Martínez. Como ellos, el equipo de gobierno está empeñado en reducir las cerca de 3.000 toneladas de camisetas, pantalones y zapatillas que acaban cada año en el vertedero de El Mazo. Si todos los ciudadanos se sumaran a este acopio de remanente textil y esas tres mil toneladas se redujeran a cero, el municipio ganaría, únicamente reciclando, un beneficio de más de 246.000 euros todos los años.

Ahorros al margen, esta nueva tarea encomendada a los 24 trabajadores del Servicio de Recogida de Residuos –con vistas a incorporar tres empleados más en las próximas fechas– supone un paso más en los objetivos verdes de la capital del Besaya. De ahí el agradecimiento y la felicitación a toda la plantilla que expresó López Estrada, dispuesto a seguir avanzando en relación a los objetivos medioambientales a través de «nuevas medidas».