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El hecho de que Renfe haya puesto en venta recientemente la treintena de vagones de mercancías estacionados en Barreda, no es suficiente para los vecinos más afectados, residentes en los barrios de El Agua y La Tejera. Creen que el proceso de licitación se podría ... dilatar, después de tres décadas de lucha para que desaparezca el muro ferroviario que tienen frente a sus viviendas. Los vecinos temen que esa barreda les impida abandonar con celeridad el lugar en caso de emergencia. Les preocupa especialmente la fábrica química de Solvay, situada a pocos metros. Además, se quejan de que el convoy provoca otro tipo de problemas, caso de insalubridad y mala imagen.
El Diario Montañés ha mantenido un nuevo encuentro con los residentes en la zona, partida en dos por el convoy ferroviario. José Valencia fue presidente de la Asociación de Vecinos Santa María de Barreda y conoce bien el problema: «Los vagones están estacionados en una vía paralela a la de pasajeros y servían para atender las necesidades de producción de las fábricas de Sniace y Solvay. Antes se movían alguna vez, sobre todo cuando había reclamaciones por nuestra parte, pero ahora llevan aquí siete años sin moverse». «De lo de la licitación nos hemos enterado por la prensa –explica–, lo mismo que de las disputas entre los políticos. Todo eso nos da igual. Lo único que queremos es que fijen una fecha y quiten de aquí los vagones de una vez».
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José Gómez, actual presidente de la AA VV, también quiere que la normalidad regrese a esta zona de Barreda: «No sé si quieren subastar los vagones para chatarra o para un museo. Lo único que sé es que nos hemos entrevistado con todos e incluso hemos ganado un juicio, pero el problema sigue. En la licitación, que nos venden ahora como la solución, podría no haber ofertas».
Teresa Sánchez vive en una casa del barrio El Agua, el más afectado, y relata las dificultades que sufre a diario: «Ya ves como están los vagones, llenos de maleza convertida en nido de ratas que se nos cuelan en casa. Y que decir del deterioro del convoy, cada vez más roñoso y con residuos que desprenden un vapor contaminante que nos deja sin respiración cuando hace calor».
Asunción Puertas, que vive a pocos metros, confirma las molestias: «Hay ratas grandes y ratones. Yo tengo que llamar a un vecino para que los mate. Estamos en una situación lamentable». María Rosa de Celis vive en el otro barrio, La Tejera, menos afectado porque «nos retiraron varios vagones». No obstante, es solidaria:«Lo que se necesita aquí es mucha limpieza dentro y fuera de los vagones. Fuera porque la maleza nos invade y dentro porque quedan residuos tóxicos. El material de hierro también se está descomponiendo».
Mientras tanto, los socios de gobierno en el Ayuntamiento de Torrelavega, PRC y PSOE, han protagonizan un nuevo distanciamiento. Tras el anuncio del portavoz socialista, José Luis Urraca, de que Renfe había puesto en venta el muro ferroviario, el concejal de Seguridad, el regionalista Pedro Pérez Noriega, ha indicado que el Ayuntamiento solicitará a la Delegación de Gobierno que informe «con detalle y por escrito» sobre esta cuestión, que parece interminable.
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