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Suciedad, averías, pavimentos rotos, parques infantiles deteriorados... Los vecinos del Barrio Covadonga están hartos y han denunciado la falta de mantenimiento que sufren el bulevar y la fuente luminosa. Acusan al equipo de gobierno de Torrelavega (PRC-PSOE) de actuar de nuevo en este populoso ... distrito con «dejadez e ineptitud».
Marián Cicero, presidenta de la Asociación de Vecinos Besaya, recuerda que el Ayuntamiento y la Consejería de Medio Ambiente firmaron un convenio en 2010 para la conservación de estas infraestructuras, que construyó el Gobierno de Cantabria a finales del siglo pasado gracias al empuje y las reivindicaciones de los residentes. Cicero se pregunta en qué invierte el Consistorio los 180.000 euros que recibe cada año para ese cometido, dado que «aquí nunca se ha notado».
«No entendemos nada –explica–. ¿Qué están haciendo con ese dinero? Siempre hacen lo mismo. Se ejecutan obras y después no se mantienen. Aquí nos ha pasado desde el principio. Solo actúan cuando nos movilizamos». La líder vecinal pone como ejemplo la fuente luminosa que da la bienvenida al barrio y que «ha sufrido averías desde el minuto uno». «Hace una semana –añade– tuvimos que volver a llamar al Ayuntamiento porque se estaba quedando sin agua y se iban a quemar las bombas. Solo ponen parches y tenemos que estar pendientes para que no se tire el dinero público».
Los residentes recuerdan que en 2010 se firmó un convenio para conservar las infraestructuras
Las inversiones se realizaron hace tres décadas para atender las demandas vecinales
Ocurre lo mismo en el túnel que se construyó para que la ronda de circunvalación de la ciudad (Bulevar Ronda) no partiese el barrio en dos: «Los extractores han dado fallos siempre, la iluminación es escasa y la limpieza se ha hecho cuando los vecinos hemos salido a la calle a protestar. La última vez cortamos la circulación».
Cicero también muestra a El Diario Montañés el mal estado del bulevar –Paseo Eulalio Ferrer– que discurre en superficie por el corazón del barrio. «¿Ves esos bordillos rotos? Pues están así desde que se celebraron aquí las fiestas por última vez, hace varios años. Lo mismo pasa con los dos parques infantiles, que son muy utilizados y han estado hasta peligrosos porque había astillas, tornillos sueltos, columpios rotos...», señala la presidenta de la AA VV, a la vez que indica la presencia de algunos excrementos de perro y bolsas de plástico en las zonas verdes. «La dejadez es total», concluye.
La Consejería de Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Torrelavega pusieron fin el 18 de enero de 2010, con la firma de varios convenios, a más de una década de desencuentros por las infraestructuras que la primera construyó en el Barrio Covadonga y que, gracias al acuerdo, pasaron a propiedad municipal. Ambas administraciones, entonces gobernadas por partidos de distinto signo político, no consensuaron la realización de las obras y, al final, lo terminaron pagando los vecinos, que se movilizaron en diversas ocasiones para lograr un adecuado mantenimiento de lo que ellos mismos habían logrado con sus reiteradas demandas. Prueba de ello es que el túnel lleva el nombre de Pasaje del Movimiento Ciudadano.
Además de las infraestructuras anteriormente citadas, también fue transferido el alumbrado exterior de la iglesia de La Asunción. Para la conservación de todo ello, la empresa pública MARE, dependiente de la citada Consejería, se comprometió a aportar al Ayuntamiento 180.000 euros al año. Así mismo, se pactó hacer obras por importe de unos 40.000 euros, en el plazo de cuatro meses, para poner el túnel y la fuente «al día», subsanando problemas de filtraciones de agua, pavimento, etc.
El PP, primer partido de la oposición, denunció recientemente que el convenio concluyó en 2020 y que el Consistorio no cobra los 180.000 euros anuales desde tres años antes, fruto de la «ineficacia» del equipo de gobierno. El concejal de Economía y Hacienda, Pedro Pérez Noriega, respondió que solicitará un informe del letrado municipal antes de reclamar a MARE la deuda, que asciende casi a 1,3 millones. No es la primera vez que la empresa pública incumple lo pactado.
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