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Las fiestas de Tanos alcanzaron fama regional por la capacidad asociativa y el empuje de sus vecinos. Ahora, dos décadas después, los festejos de Santa ... Ana y las Nieves vuelven a ser noticia por lo contrario. El pueblo ha crecido mucho, se ha convertido en una zona residencial y las discrepancias se incrementan. Este año los que viven en las urbanizaciones más próximas están dispuestos a movilizarse si el Ayuntamiento de Torrelavega no da marcha atrás y autoriza su celebración en el centro de la localidad. No están dispuestos a aguantar dos semanas de ruidos, suciedad, vandalismo, accesos cortados... Los organizadores, ocho vecinos del pueblo, creen que las molestias son las lógicas en estos casos y lamentan la falta de apoyo para sacar adelante un programa en el que llevan meses trabajando y que dará comienzo el 22 de julio.
Las fiestas de Tanos parece que se han vuelto itinerantes. De un prado cercano pasaron al aparcamiento del campo de fútbol. Ya el año pasado la carpa que acoge las actividades del programa se instaló en la céntrica plaza José Miguel Guerra y lo que ha agotado la paciencia de los afectados es que en esta edición el recinto ferial también se quiere colocar en el corazón del pueblo, dado que el referido estacionamiento también servirá para los usuarios de las ansiadas piscinas de verano del municipio, que se acaban de construir y se abrirán al público el próximo sábado.
Jesús Fernández, presidente de una de las comunidades de propietarios más afectadas (Urbanización Prado de Santa Ana), explica que los organizadores quieren instalar el recinto ferial entre la rotonda de la Avenida Fernández Vallejo y el antiguo lavadero, un tramo de unos 200 metros en el que quedaran cortados varios accesos: «Entradas y salidas de urbanizaciones, la entrada principal al Centro de Salud, el paso de camiones de la empresa Paruvi...».
Tras ser avisados por un integrante de la comisión de fiestas de que una de las salidas de su urbanización iba a quedar cortada, los vecinos de Prado de Santa Ana se reunieron y acordaron por unanimidad mostrar su rotundo rechazo a la instalación del recinto ferial en la zona. Dona, residente en el mismo grupo de viviendas, tiene experiencia porque los festejos se celebraron en el mismo lugar hace más de una década: «Hubo noches en las que tuve que llamar a la Policía Local porque avanzaba la madrugada y seguían retumbando los cristales dobles de mis ventanas».
Tampoco olvida la suciedad y el vandalismo: «Al margen del ruido que provocan las atracciones, tienes que aguantar ver como mean y cagan a la puerta de tu casa. Y también nos rompieron la valla de la urbanización y nadie se hizo cargo de nada». «Me tengo que pellizcar para creer que quieran instalar aquí las fiestas otra vez», apunta Jesús Cordero, otro residente en Prado de Santa Ana.
En la urbanización de al lado, La Fuente, el malestar es el mismo. Antonio Santandrés se ha mudado a ella con su familia hace dos semanas, procedente del barrio El Zapatón, que acoge el recinto ferial de las fiestas de Torrelavega, así que también tiene experiencia. «He venido aquí buscando tranquilidad -señala- y de repente me entero por un vecino que quieren colocarnos aquí las barracas, a cuatro metros de la habitación de mis hijas, una de 7 años y otra de 10 meses. Ya me dirás como aguantamos eso durante 15 días. Y lo peor de todo es que ni siquiera te avisan».
Maite también sabe de lo que habla. Su urbanización (Los Jardines) está «muy próxima» a la plaza en la que ya se instaló la carpa de las fiestas el año pasado: «Hay que ir a trabajar sin dormir y apartando las botellas y demás suciedad para poder salir de casa. Nadie se opone a que se celebren las fiestas, lo que exigimos es que se busque otra ubicación».
Beni Cobo reside en otra de las urbanizaciones afectadas (La Ermita) y reclama sentido común: «Tanos es muy grande, hay avenidas amplias en la periferia e insisten en celebrar las fiestas en el corazón del pueblo, en plena zona residencial. Por ejemplo, me parece alucinante que digan que el Centro de Salud va a funcionar con normalidad cuando va a quedar cortado su acceso principal y nos ofrecen como alternativa una calleja en la parte posterior que es demasiado estrecha».
Fernando Gómez, miembro de la comisión de fiestas y presidente de la Asociación de Vecinos de Tanos, reconoce que lo que está ocurriendo es un varapalo: «Te sientes mal porque lo haces por ellos, por el pueblo, y que te critiquen es duro». Él dice que vive entre los afectados y que las molestias son «las lógicas en estos casos». Del recinto ferial recuerda que «depende del Ayuntamiento» y que los responsables municipales, incluido el Jefe de la Policía Local, han dado su «visto bueno».
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