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Muchos ciudadanos que cruzan la nueva pasarela sobre el río en Torrelavega, recientemente inaugurada, se encuentran con la desagradable sorpresa de que apenas pueden pasear por la ribera. La vegetación invade el maltrecho corredor verde, especialmente en la zona inundable, mientras el proyecto ... municipal de recuperación de las márgenes del Saja-Besaya se encuentra pendiente de ejecución desde hace varios años.
Las graves i¡inundaciones del 24 de enero de 2019, las más importantes de las últimas décadas en Cantabria, dejaron importantes daños que aún en algunos casos se sufren sobre el terreno. Casi dos años y medio después y a pesar del crecimiento de la vegetación durante la primavera, las impresionantes huellas dejadas por el desbordamiento del Saja y el Besaya aún son visibles en Torrelavega, donde ambos ríos se unen camino del mar.
El peor parado fue el corredor verde que se construyó en las riberas en la legislatura 2011-2015, en el que se invirtió un millón de euros para que los torrelaveguenses dejaran de vivir de espaldas al río, después de varias décadas contaminación. Maleza y plásticos quedaron agolpados en algunas zonas de la orilla, a veces a varios metros de altura. Muchos árboles, algunos de gran porte, fueron derribados y arrastrados por la fuerza de la corriente.
OBJETIVO
REGENERACIÓN
La vegetación, entre la que abundan las plantas invasoras, especialmente el bambú japonés (Reynoutria Japónica), ha crecido mucho y oculta parte de los destrozos. Varios tramos del sendero que discurre paralelo al río han quedado impracticables. Son muy pocos los que se atreven a pasear por la zona. El agua arrastró los rellenos de tierra dejando al aire tuberías, raíces, redes de la obra realizada, los cascotes y piedras que se utilizaron para hacer la escollera... También resultaron dañadas infraestructuras del corredor verde, como embarcaderos, rampas, un anfiteatro... A los daños su unen las quejas de algunos ciudadanos por la falta de mantenimiento (papeleras rotas o sin vaciar, grafitis, basura tirada por el suelo).
Hasta ahora, la escasa regeneración ha ido llegando mediante actuaciones puntuales. Se llevaron a cabo jornadas de limpieza de las orillas con la participación de voluntarios, a las que se unieron el año pasado trabajadores contratados por el Ayuntamiento, que también realizaron desbroces. Se retiraron casi un centenar de toneladas de restos de árboles, plásticos, basura. En los últimos meses se han rehabilitado parte de los miradores, mobiliario urbano y escaleras de acceso a la senda fluvial. El concejal de Medio Ambiente, José Luis Urraca, recuerda que el proyecto de recuperación de las márgenes fue remitido a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico para obtener su visto bueno. El edil socialista señala que no fue hasta el pasado 2 de febrero cuando el citado organismo sacó a información pública la solicitud del Ayuntamiento para regenerar la ribera sur, entre el puente de Torres y el aliviadero del saneamiento general, dando un mes de plazo para presentar alegaciones.
El proyecto, que tuvo que ser modificado tras las inundaciones de 2019, incluye la reparación y construcción de sendas y caminos peatonales más próximos al río, así como la reestructuración y mejora de los taludes, y la dotación y mejora del mobiliario urbano, todo ello encaminado al fomento de la actividades al aire libre. Urraca hace hincapié en que siguen pendientes de la «luz verde» de la Confederación para ejecutar las obras y reconoce que el principal desafío se vuelve a centrar en la eliminación de las plantas invasoras, sobre todo el bambú japonés, una ardua tarea que no termina de tener éxito.
El retraso en la ejecución del proyecto no ha pasado desapercibido para la oposición. La portavoz de Torrelavega Sí, Blanca Rosa Gómez Morante, hacía recientemente un llamamiento al equipo de gobierno (PRC-PSOE) para que la obra de la nueva pasarela no se quede en una «actuación aislada» y continúe con una rehabilitación de la ribera que permita que «integre definitivamente el cauce fluvial en la vida de los vecinos». Para Torrelavega Sí, la ciudad se encuentra ante una oportunidad «sobresaliente» para revertir una situación que, «históricamente y por muy diversas causas», ha significado que «los ciudadanos se hayan visto abocados a vivir de espaldas al río».
Otro concejal, Julio Ricciardiello, de Ciudadanos, ha pedido que se habilite una zona de ocio y «se garantice su mantenimiento» en la margen derecha del Saja-Besaya a la altura de Barreda, ante la paralización del proyecto de regeneración de la ribera, un plan que «los vecinos llevan años esperando que se ejecute».
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