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Sandra García Liaño, Beatriz Aldama y Flutra Gogjufi conversan delante del centro de refugiados. Luis Palomeque
Veinte años apoyando al refugiado desde Cruz Roja de Torrelavega

Veinte años apoyando al refugiado desde Cruz Roja de Torrelavega

Miles de personas de todo el mundo han sido atendidas en este centro de acogida | De los sesenta albanokosovares que formaron el primer contingente que llegó escapando de la guerra en 1999, solo dos se quedaron en la ciudad

José Ignacio Arminio

Torrelavega

Domingo, 30 de junio 2019, 10:05

Cruz Roja trabaja en Cantabria con personas solicitantes de asilo y refugiadas desde hace 20 años, desarrollando una amplia respuesta humanitaria para apoyarlas en los procesos de acogida e integración. El pasado lunes, 24 de junio, se cumplieron dos décadas desde que el movimiento solidario internacional abrió su antiguo hospital en Torrelavega para acoger al primer contingente de refugiados, sesenta albanokosovares que escapaban de la guerra en su país. Desde entonces, miles de personas necesitadas de todo el mundo han encontrado una mano tendida en un edificio al que, desde 2015, se han unido ocho pisos repartidos entre Torrelavega, Santander y Piélagos, lo que ha permitido pasar de las 57 plazas iniciales a 95.

Entre los primeros refugiados que llegaron a Torrelavega en 1999 se encontraban Flutra Gogjufi y su padre, únicos albanokosovares que se quedaron a vivir en Cantabria tras finalizar la contienda en su tierra natal porque aquí había poco trabajo. Flutra tenía entonces 22 años y recuerda que llegó «muy triste y desorientada». Después, con el paso de los días, fue tomando contacto con la «vida real» de este país: «Poco a poco te vas abriendo y te dejas querer por la gente. Por una parte estaba muy triste y por otra muy feliz porque hubo muchas emociones. Con el paso del tiempo vas transformando la tragedia que traes contigo en algo positivo».

95

plazas tiene el programa de refugiados de Cruz Roja, que dispone del antiguo hospital y ocho pisos.

Flutra, que acababa de perder a su madre en la guerra, encontró trabajo fijo como reponedora en Carrefour, aunque «todavía no sabía hablar español». Después se echó novio, se casó y ahora tiene tres hijos. Está plenamente integrada con su familia en Torrelavega y muy agradecida a la ciudad en la que logró rehacer su vida. Es voluntaria de Cruz Roja y dice que va mucho al centro y su entorno a tomar café y saludar a personas con las que entabló amistad «desde el principio».

«Estoy muy agradecida a Cruz Roja -explica- porque nos sacó de la guerra. Siempre recibimos un gran apoyo emocional, primero en un campamento de refugiados en Macedonia, después en Málaga y finalmente aquí. Nos apoyaron muchísimo, se volcaron con nosotros, desde la mañana a la noche. No puedo decir nada negativo».

Beatriz Aldama, coordinadora autonómica de Cruz Roja, fue una de las pioneras del centro y recuerda su apertura: «Este edificio se encontraba cerrado desde que dejó de funcionar como hospital en 1994, y le preparamos entero en tiempo récord, dos meses, para poder atender a los primeros refugiados. Fue una gran experiencia».

«Este edificio estaba cerrado desde hacía cinco años y le preparamos en un tiempo récord»

Beatriz Aldama | Coordinadora

Sandra García Liaño, responsable del programa de refugiados e inmigrantes, destaca que Cruz Roja atendió el año pasado en Cantabria a 1.290 personas, la mayoría de nacionalidad venezolana (24,8%), colombiana (12,2%), ucraniana (8,6%) y siria (6,4%). El 40% de esas personas fueron mujeres y el 23% tenían menos de 18 años. Sandra dice que las cifras no dejan de crecer desde 2015 y todas las plazas están ocupadas. En lo que va de año han atendido a más de mil personas (55% hombres) y cada vez llegan más iberoamericanos (venezolanos, colombianos, hondureños, salvadoreños, paraguayos...).

Según Cruz Roja, muchas personas que buscan refugio en la Unión Europea están siendo rechazadas en las fronteras, en ocasiones, sin tener en cuenta su situación, ni la necesidad de garantizar su seguridad y protección, en oposición directa a uno de los principios fundamentales de la Convención sobre Refugiados de 1951. Esta situación, unida a la escasez de vías legales, implica mayores riesgos para la seguridad de las personas refugiadas. Para ello, Cruz Roja diseña itinerarios personalizados de inserción socio laboral que cubren las necesidades básicas de los refugiados y solicitantes de Protección Internacional, ofreciéndoles, entre otros, servicios de apoyo jurídico, psicológico, traducción e interpretación, aprendizaje del idioma, ayudas económicas, formación, orientación e intermediación laboral.

«Con el paso del tiempo vas transformando la tragedia que traes en algo positivo»

Flutra Gogjufi | Refugiada albanokosovar

Cruz Roja es una de las organizaciones que participan en la gestión del programa de acogida a personas solicitantes de protección internacional en España, financiado por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, y el Fondo de Asilo, Migración e Integración de la Unión Europea.

Con el objetivo de concienciar sobre los retos y dificultades que afrontan las personas solicitantes de Protección Internacional en España, Cruz Roja cuenta con la campaña de sensibilización 'Ahora que están aquí, #TeNecesitanCerca', que dispone de una web, un juego interactivo e infografías para explicar cómo funciona el sistema de acogida y cómo se puede colaborar en la integración de las personas refugiadas: www.lamaletaquemaspesa.com/juego. El voluntariado del centro de refugiados y personal del mismo desarrollarán actividades de sensibilización de las campañas 'Ahora que están aquí, te necesitan cerca' y 'La Maleta que más pesa'.

Con motivo de la reciente celebración del Día Mundial del Refugiado, Cruz Roja recuerda la importancia de que los estados renueven y fortalezcan su compromiso con la Convención de Refugiados de 1951, reforzando los pilares de un enfoque coordinado a largo plazo para proteger a las personas refugiadas. «Este enfoque debería asegurar la existencia de vías legales y seguras para que el derecho de asilo sea una realidad en Europa», concluye.

El centro de refugiados fue noticia en abril porque el Ayuntamiento de Torrelavega ha iniciado negociaciones para la adquisición del edificio, que tiene siete plantas. El Consistorio quiere habilitar en el inmueble, situado en el corazón de La Inmobiliaria, 50 pisos tutelados para personas mayores con escasos recursos. La operación podría conllevar una inversión de cuatro millones de euros, de los que el Ayuntamiento solo tiene previsto aportar la mitad. El resto, la remodelación del inmueble, correría a cargo del Plan Estatal de Vivienda.

«Desde 2015 no para de crecer el número de personas atendidas, todas las plazas están ocupadas»

Sandra García | Responsable del programa

Así lo confirmó a este periódico el actual alcalde de la ciudad, Javier López Estrada. El edificio, situado en la confluencia de las calles Juan XXIII y Julián Urbina, fue centro sanitario durante dos décadas, hasta que se puso en marcha el hospital comarcal de Sierrallana, hace 25 años. Las instalaciones se han quedado obsoletas para prestar el servicio al que ahora se destina el inmueble y, ante la elevada cuantía económica que conllevaría su puesta al día, Cruz Roja apuesta por la enajenación y construir uno nuevo. El Ayuntamiento lo ve con buenos ojos, sobre todo desde que «hemos identificado la necesidad de hacer unos pisos tutelados para personas mayores, unas instalaciones que están funcionando muy bien en otras ciudades como Barcelona». «Son unos pisos totalmente accesibles y adaptados para personas con movilidad reducida -explica el regidor-. Tienen puertas más anchas, baños adaptados, platos de ducha... Son viviendas en alquiler y los residentes tienen plena independencia».

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