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El viejo problema de los vertederos ilegales parece que no tiene fin, al menos en Torrelavega. A la proliferación de los depósitos irregulares de diversos residuos, especialmente muebles y escombros, se ha unido en los últimos meses el de neveras. Los amigos de ... no acudir al Punto Limpio suelen actuar siempre de la misma forma: desmontan los frigoríficos en el mismo descampado en el que los dejan tirados y luego venden las piezas en el mercado de segunda mano o para chatarra. Las consecuencias de estos actos incívicos las pagan el resto de ciudadanos, que tienen que sufrir el deterioro del medio ambiente y, además, contribuir a pagar la limpieza de los vertederos.
El concejal de Medio Ambiente, José Luis Urraca, reconoce que el problema es un quebradero de cabeza y la amenaza de elevadas multas para los infractores no está dando resultado, lo mismo que la vigilancia para sorprenderles infraganti. «No es fácil porque lo hacen en lugares apartados y muchas veces por la noche», afirma. El edil socialista confiesa que el depósito irregular de frigoríficos ha venido a unirse al de muebles y escombros, vertidos que ya han aparecido en diversos pueblos de Torrelavega: Sierrapando, Barreda, Tanos...
Se limpian y al poco tiempo aparecen otros. El último de ellos se encuentra en La Montaña, en la poco transitada carretera de La Bosca. Casi una veintena de neveras aparecen tiradas en la orilla. «Ya está abierto el expediente para contratar su retirada. Cada vez lo hacemos más rápido, pero no deja de ser frustrante. La advertencia de multas sí se ha dejado notar en los solares abandonados, pero en el caso de estos vertederos aún no», señala Urraca.
Vecinos de Sierrapando denunciaron en abril la existencia de un vertedero incontrolado de frigoríficos en una finca sin desarrollar urbanísticamente, situada en el plan parcial El Valle. Según los residentes en el entorno, el depósito irregular de neveras, ya retirado por el Ayuntamiento, podría haber provocado inundaciones, dado que media docena de ellas habían caído al cauce del arroyo Sorravides.
El lugar, que se encuentra semiabandonado desde que la crisis hundió el sector de la construcción de viviendas hace más de una década, está situado entre los pueblos de Sierrapando y Tanos.
El Valle suele figurar en el 'mapa' de vertederos ilegales que salpica el entorno de la ciudad. En esta ocasión, el vertedero era aún más llamativo que en ocasiones anteriores, dado que estaba integrado casi exclusivamente por neveras blancas, en torno a medio centenar, que luego eran desmontadas en el mismo descampado.
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