Deporte y solidaridad se unen contra el cáncer en La Patrona
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Cientos de ciudadanos derriban bolos para contribuir a la lucha contra la enfermedadUna causa solidaria, bolos, amigos, buena temperatura, las fiestas de La Patrona y algún que otro pique. ¿Qué más se puede pedir? La Asociación Amigos de Torrelavega celebró el día de ayer la octava edición del Birle Solidario en la bolera de la Peña Bolística. ... Y lo hizo, como todos los años, con un noble objetivo: aportar un granito de arena para la Asociación Española contra el Cáncer. Un lanzamiento costaba tan sólo dos euros y podías realizar tantas aportaciones -con sus respectivos tiros- como quisieras. La jornada, protagonizada por el buen tiempo durante la mañana, invitaba a ello. Niños, jóvenes y mayores disfrutaron del deporte regional en un ambiente distendido, en el que lo más importante era ayudar y pasar un buen rato.
A eso mismo fueron Chema y su familia, que acuden al evento todos los años y siempre ponen su granito de arena para impulsar la iniciativa. Dice que lo que más le anima a venir es «el ambiente» y el hecho de que sea «un deporte autóctono al que hay que apoyar». Como no, el carácter solidario también llama a la participación y a pesar de que casi todos los asistentes se animan a tirar, hay algunos que no se deciden a probar suerte. Eso sí, dan su aportación a la Asociación. Ante todo, prima la lucha contra el cáncer.
El público también se siente atraído por los premios. Se sortearon 150 entre todos los participantes. Tal y como cuenta Chema, casi siempre toca algo. «En los últimos años nos han tocado bastantes premios. Una caja de bombones, una cena... Siempre se agradece el gesto». Por estas razones, a pesar de no jugar habitualmente a los bolos y considerarse «amateur», siempre se anima a tirar. «La mayoría de gente que acude son aficionados y cualquiera puede participar. Desde mi hijo pequeño a un jugador profesional». De esa accesibilidad viene el nombre del evento. En vez del tiro normal del bolo palma, se realiza el birle -segundo lanzamiento, desde la posición el la que se quedó la bola en el anterior- desde más cerca y más fácil, al alcance de pequeños y mayores. No hace falta ser un gran jugador para disfrutar de la experiencia.
Pero a pesar de esto, según José Ortiz, uno de los organizadores, todos los años «vienen profesionales a aportar su granito de arena». Un ejemplo es el jugador torrelaveguense Óscar González, que acude todos los años. «Se nota a simple vista quién es profesional y quién no. Los profesionales tiran de media cuatro o cinco bolos y los amateurs damos gracias si damos a dos o a tres», comenta José. Pero el carácter aficionado y distendido no quita lo competitivo del asunto. Tal y como cuenta José, muchas veces hay «piques entre amigos» y algunos, sobre todo cuando la jornada está llegando a su fin y están un poco más «contentos», no dudan en poner en juego una cena o la copa de la noche. Pero siempre «dentro del compañerismo».
Se crea un ambiente festivo, en el que todos parecen conocerse de algo. De Torrelavega, del evento, del mundo de los bolos... No cabe duda que el deporte une. A la fiesta se va sumando gente conforme avanza la mañana. «La hora punta es sobre la una, cuando la gente sale de misa. En ese momento se juntan aquí unas setenta u ochenta personas, luego la gente se va a comer y vuelven por la tarde». Una jornada completa dedicada al deporte cántabro por excelencia, el cual, tal y como cuenta José, «hay que reivindicar.» «Las fiestas de La Patrona son una ocasión excepcional para dar visibilidad a este deporte, ya que la gente se pasa el día en la calle». También es una oportunidad para inculcárselo a los más pequeños, ya que al ser un tiro fácil pueden participar sin problema e incluso competir contra los más experimentados.
Entre estos se encuentra Ignacio que, a pesar de no ser profesional, participa todos los años junto a su mujer y su hijo. Su fidelidad a la iniciativa se debe a que «ayuda a una buena causa y además paso un buen rato». Ignacio aprovecha para tomar algo por la zona -la bolera se encuentra detrás de la Plaza Baldomero Iglesias, una de las más concurridas-, y de paso hecha un vistazo por la bolera de la peña. «La gente se toma algo, sale a dar una vuelta por la zona...». Es un espacio en el que fiesta y solidaridad van de la mano, donde el que acude, sepa o no jugar al bolo palma, siempre sale ganando.
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