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Vuelven las ferias de toda la vida a El Zapatón. Las de olor a vino dulce y manzanas de caramelo. Algodón de azúcar y gritos al experimentar la adrenalina de las atracciones. Con la recuperación de unas fiestas de La Patrona sin restricciones por el covid, los cachivaches, puestos y casetas se multiplican. En total, son 96 los puntos de interés que los visitantes recorren desde ayer, a las 18.00 horas, y podrán disfrutar cada día hasta el lunes 22 de agosto.
La oferta es variada y presenta atractivo para todos los públicos. Los más pequeños podrán disfrutar de 17 atracciones, entre las cuales está el clásico Súper Ratón. «Ay, qué te cojo», repite su megafonía. Carruseles, sillas voladoras, trenes, mansiones del terror y parques con camas elásticas se unen a la lista de opciones para el público más joven.
Por otro lado, se cuentan por siete los cachivaches orientados a adolescentes y adultos. Aquí se encuentran la atracción Flip Fly, que con un brazo hará girar y balancearse de lado a lado a dieciséis pasajeros por viaje, y el Speed, que se encarga de despertar emociones fuertes en los valientes que se atreven a testar sus giros de trescientos sesenta grados. Además, ocho espectáculos y dos pistas de coches de choque llenan un recinto en el que funcionan, para desafiar a la suerte, dos tómbolas y un bingo.
Asimismo, son 25 las casetas que se han instalado para la ocasión. De ellas, 12 constituyen puestos de baratijas y tres de venta de globos, mientras que la gastronomía se condensa en cinco puntos de venta de vino dulce, cuatro hamburgueserías, otras tantas churrerías, tres bares y heladerías. No faltan clásicos de cada año como las dos figuras de los maños con la nariz roja a base de meterse vasos de vino de Cariñena. Todavía frecuentan las ferias, pero el protagonismo volverá a recaer en las tan manidas salchipapas, junto a hamburguesas y churros. Todo sin olvidar que, en paralelo al recinto ferial, gira una de las principales atracciones de La Patrona. En el aparcamiento de El Zapatón, junto al edificio municipal de la Plaza Baldomero Iglesias, se ha instalado una noria gigante de 54 metros de altura, que promete ser uno de los grandes reclamos.
«Poco van a pillar este año», se escucha a un paseante al constatar que algunas de las entradas ascienden a 5 euros. No obstante, los interesados podrán disfrutar el lunes, 22 de agosto, de precios reducidos. Sobre esta cuestión, en los puestos, Juan José Kloner, del Taller Escuela de Panadería, mantiene que «no he aumentado los precios; voy a vender como hago desde hace 15 años, con el bollo preñado a tres euros y el pan a cuatro». La situación económica también afecta a los propios feriantes, como Miguel Izquierdo, un espadero toledano que asegura que «la dureza real no reside en lo que hemos pasado por el covid, sino en que ahora todo vale mucho más caro».
El horario del recinto ferial de las fiestas de la Virgen Grande es de 18.00 a las 03.00 horas, si bien el cierre variará en función del día de la semana. Así las cosas, oscilará desde las 00.00 horas del lunes 22 de agosto a las 03.00 horas de los días 13, 14, 15 y 20, según ha informado el Ayuntamiento, que espera una afluencia masiva después de dos años de restricciones por la pandemia. Una opinión que refrendan feriantes como Javier Morejón, de Bocaito Extremeño: «Volvemos desde Casar de Cáceres con muy buenas previsiones, la gente está con ganas y tenemos un público muy selecto».
De esta manera, el cambio es ostensible con respecto a la propuesta del año pasado, que fue un recinto ferial infantil con 24 espectáculos y dos zonas divididas. Ya entonces recibió una media de 5.000 personas al día según cifras del Consistorio, que repite la apuesta por otra noria tras ser una de las grandes atracciones de las pasadas fiestas. En éstas se estará cerca de duplicar la altura a la que la nueva noria, aún más gigante y casi única a nivel nacional, elevará al aficionado de las ferias.
La puesta a punto del recinto ferial terminó sobre la bocina. Los obreros trabajaron sin descanso durante todo la jornada del viernes por cuatro calles de Torrelavega en las que, desde las nueve de la mañana del pasado lunes, solo han circulado vehículos para el montaje de los diferentes espacios. Ahora, una vez superada esta fase, los feriantes esperan que el tiempo aguante para que no se lleve por delante sus cada vez más escasos márgenes de beneficio. «Nada debe fallar en esta edición», aseguran. Durante la primera tarde ya se pudo comprobar: son las fiestas más esperadas de los últimos años. Y sí, es verdad eso de que son las ferias de siempre.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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