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El folclore es una de las tradiciones más arraigadas en Torrelavega. Junto a otras actividades como los bolos, forma parte de las raíces de la ciudad. En albarcas, con palos que incluían grabado el nombre del portador y silbando, o con panderetas, castañuelas y gaitas. De todas las formas, más de 300 personas protagonizaron el XX Día del Folclore, que regresó por primera vez desde 2019 y reinó en el día grande de las fiestas patronales. Dos concentraciones de parejas en el Bulevar Demetrio Herrero y la plaza Baldomero Iglesias, pasacalles y una actuación en el Asilo San José redondearon la jornada, que apoyó la candidatura de la Jota de España como Patrimonio de la Humanidad.
Pasadas las 12.15 horas, pito y tambor se hicieron oír en el escenario instalado en el Bulevar, donde se dieron cita alrededor de 350 personas y un gran corro de aficionados y curiosos rodeó a las parejas de jota. Seis agrupaciones folclóricas, con una media de entre 35 y 40 componentes, se juntaron a otras tantas rondas y un coro, de forma que alrededor de un centenar de parejas bailaron al unísono la jota montañesa en el espacio del Bulevar. Carmen Olarreaga, presidenta de la Federación Cántabra de Agrupaciones Folclóricas, valoró de manera muy positiva la jornada: «Es una de las más multitudinarias que se hna celebrado».
Además, el llamamiento a convertir la jota nacional en Patrimonio de la Humanidad consiguió que entre las parejas que bailaron «no solo hubiese componentes de las agrupaciones con el traje regional, sino también gente vestida de calle, que en su momento igual bailó o sabe la jota y participó en esta convocatoria», señala Olarreaga. Sobre esta cuestión, la presidenta de la Federación Cántabra de Agrupaciones Folclóricas informó que el Gobierno está ya preparando la documentación necesaria para presentar la candidatura de la jota nacional para ser nombrada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, por lo que «la jota pasaría a ser un patrimonio a proteger».
Del mismo modo, la concejala de Festejos, Patricia Portilla, incidió en la importancia de reconocer el valor de la jota con tal distinción, ya que «asegura que a partir de ahora todas las administraciones deberán implementar recursos que garanticen la supervivencia de algo muy importante dentro del patrimonio etnográfico».
Santander, Cabezón de la Sal, Camargo, Reinosa o Santillana del Mar fueron algunos de los puntos que tuvieron también representación en una convocatoria encabezada por la Consejería de Cultura, a través de la Dirección General de Patrimonio, y que encandiló a los presentes. «Las tradiciones dan mucho ambiente y esto es muy bonito. Que los críos pequeños empiecen a verlo es muy importante para que esto no se pierda», decía Dani Campos, un aficionado al folclore, agradado por el ambiente de las fiestas en su primera experiencia en La Patrona.
Para algunos, la jornada tiene un sentido de reivindicación. Para otros, el disfrute de una pasión en su más pura expresión. «Es un día de exaltación de las tradiciones, de reconocimiento de lo que realmente tiene que haber en la ciudad», dice Rafael Palacios, de Grupo de Danzas Nuestra Señora de Covadonga, y para Ángel Quintanar, gaitero de la Agrupación de Danzas Virgen de las Nieves de Tanos, «es una fiesta para reivindicar la cultura del pueblo». Por otro lado, Gustavo Fernández, de la Banda Gaitas Cantabria, declaró que «aquí venimos a disfrutar, hacer lo que nos gusta y compartir nuestra tradición, folclore y costumbres», y Manuel López, de la Ronda La Esperanza de Requejo, entiende que «más que reivindicar, nos gusta participar y estar siempre, sea en Torrelavega, Campoo o cualquier sitio».
A las 12.45 horas, se formó un pasillo en el Bulevar y los protagonistas comenzaron a desfilar con rumbo a diferentes zonas de la ciudad, que permanecieron llenas de música y trajes regionales desde las 12.00 horas. Cada agrupación tenía una zona de la ciudad asignada, antes de volver a juntarse a las 13.30 horas en la 'Plaza Roja', que reunió a 125 parejas. Jóvenes y mayores permanecían en silencio mientras contemplaban a los protagonistas de los coros. «Vaya si llaman la atención. Vas por cualquier sitio y te encuentras con un coro o una banda de gaitas. Está muy bien», comentaba José Ángel Hoyos, que proseguía a señalar que siempre se había dejado un poco de lado el folclore «y a mí particularmente me gusta que se cuide».
Más adelante, a las 17.00 horas tuvo lugar la actuación del Ballet de Arte Folclórico Argentino Bafa, de Miguel Ángel Sarabia, en el Asilo San José, donde el miércoles le tocará el turno al Ballet Folclórico Gorlitsa de Kamenets Podolsky de Ucrania. Asimismo, a partir de las 19.00 horas, se desarrolló un festival en el Auditorio Lucio Lázaro, que acogió las actuaciones de grupos de danza, canción y solistas como colofón al tradicional Día del Folclore.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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