El teatro invade las calles de la ciudad

El mediodía fue un hervidero de actividad. Familias enteras se congregaron en un día nublado que acompañaba. Al no tener que sufrir el calor del pasado domingo, los niños corrían alrededor de los escenarios improvisados y sus risas se mezclaron con el bullicio de los artistas que se preparaban para sus actuaciones, un tanto diferentes a las habituales bajo techo, pero con el encanto de los inicios de su arte, cuando los juglares entretenían al populacho medieval.

En el corazón del festival, los títeres de Gorgorito capturaban una jornada más la imaginación de los más pequeños. Los personajes de madera cobraban vida en las manos de los titiriteros, arrancando risas y asombro. Los padres, apoyados en las vallas de alrededor, observaban con una mezcla de nostalgia y alegría, recordando su infancia y la magia de los títeres. Esta parece no desvanecerse a pesar del tiempo.

Algo similar ocurre con el cuentacuentos, que cambió la Plaza Mayor del lunes por los jardines de La Asunción, congregando a varias decenas de niños, los cuáles disfrutaron de unos clásicos un poco diferentes. La bruja no era la mala y el lobo feroz, además, comía coliflor. Allí, mientras escuchaban el relato de 'El libro más especial del mundo', al ser este un cubo, se iban haciendo partícipes de la trama al responder al narrador. Las familias disfrutaron mucho.

Y, a medida que avanzaba la tarde, el ritmo de la ciudad cambiaba con los pasacalles. Bandas de música y grupos de teatro ambulante recorrían las mismas, especialmente las aledañas al Mercado Renacentista. Aplaudidos por multitudes de vecinos y visitantes, los trajes coloridos y los personajes estrafalarios de los pasacalles se movían con gracia y humor, invitando a todos a unirse a la celebración.

Al caer la noche, los Jardines de la iglesia de la Asunción se convierten en un refugio de encanto y maravilla. El pasado fin de semana, por ejemplo, las luces suaves iluminaban los árboles y senderos, creando un ambiente casi etéreo para los espectáculos nocturnos de 'The incredible box' y 'El viejo, el buzo y el mar'. Los artistas, con su talento y pasión, lograban transportar al público a mundos lejanos y fantásticos, dejando una sensación de asombro y satisfacción.

El festival no sólo ofrece entretenimiento, sino que también fomenta un sentido de comunidad. Vecinos que normalmente se cruzan sin más que un saludo, ahora comparten risas y conversaciones. «El formato elegido obedece a potenciar la esencia misma de las fiestas, que es que todos puedan disfrutar pie de calle. Esto supone una dinamización enorme para toda la ciudad», explica Patricia Portilla, la concejala de Festejos en el Consistorio.

Y eso es exactamente lo que ocurre. Las calles, plazas y parques se están convirtiendo en puntos de encuentro donde se forjan nuevas amistades y se fortalecen los lazos ya existentes. El ambiente arroja una mezcla de tradición y renovación, un testimonio de la riqueza cultural y la vitalidad de la capital del Besaya durante estos días. Por ello, la propia edil ha decidido optar por este tipo de actos: «Promovemos este espíritu callejero, tal y como se demuestra con nuestras propuestas a lo largo del año como Torremavera, entre Carnaval y La Patrona, Navidad y Halloween, donde también promovemos actividades al aire libre».

La fantasía continúa

Y seguimos. El festival continuará con la misma energía y diversidad hoy. A las 12.30 horas, la magia del Mago Xuso en los Jardines de la Asunción captará la atención de grandes y pequeños, continuando a las 19.30 con el pasacalle de la Cosa Nostra Swing Band, que llenará las calles de música y alegría y preparará el terreno para el cierre del día con 'Tutankamón, el niño faraón', de Teatro Mutis, a las 20.30 horas en la plaza de La Llama. Con estas actividades, Torrelavega seguirá vibrando al ritmo del festival, invitando a todos a ser parte de esta celebración única.