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Torrelavega rindió anoche su tradicional homenaje anual a La Patrona de la ciudad. Siguiendo la costumbre, los actos religiosos en honor a la Virgen Grande concluirán hoy, festividad de la Señora, con una misa solemne en el templo, a partir de las 12.00 horas. Sin embargo, como también es tradición, estos actos volvieron a alcanzar anoche, en la víspera, su momento culminante con la siempre multitudinaria y emotiva misa solemne y procesión por las calles más céntricas de la ciudad.
La salida de la imagen de la Virgen entre aplausos, los acordes del himno nacional, el baile de los picayos y, sobre todo, escuchar a su regreso a la iglesia al joven Luis Camus, solista del Coro Ronda Garcilaso, entonar el 'Canto a Torrelavega' en su honor, emocionó de nuevo a miles de torrelaveguenses. El himno popular de la ciudad, –«Grande en todo y por todo, lo de esta fecunda vega, hijos de la Virgen Grande, bendita Torrelavega»–, sonó otra vez con fuerza en la festiva Plaza Baldomero Iglesias, corazón de la capital del Besaya.
La misa solemne en el santuario, lleno de fieles, se celebró con las puertas abiertas para lograr una mayor ventilación, si bien el ruido de las fiestas procedente del exterior afectó al sonido de la ceremonia. Una vez finalizada esta, la imagen fue sacada a la plaza entre aplausos mientras la Banda Municipal de Música interpretaba el himno nacional. A continuación, integrantes de la Agrupación de Danzas Virgen de las Nieves, de Tanos, bailaron los picayos en presencia de numerosas autoridades locales y regionales, encabezadas por la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga; el alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, y el obispo de la Diócesis de Santander, Arturo Ros.
La procesión, seguida por algunos vecinos desde ventanas y balcones engalanados, se inició con casi media hora de retraso y se dirigió hacia la iglesia de La Asunción, en la que permaneció la imagen hasta que se inauguró su templo en 1964. La Virgen recorrió el centro de la ciudad acompañada por la Banda Municipal de Música y la Agrupación de Danzas Virgen de las Nieves, que amenizaron el recorrido. Al término de la procesión y antes de que la imagen fuese devuelta a la iglesia, el Coro Ronda Garcilaso, dirigido por Ana Isabel Salomón, interpretó el siempre emocionante 'Canto a Torrelavega', para muchos vecinos el himno de la ciudad, que durante muchos años cantó de forma brillante Julián Revuelta, 'El Malvís de Tanos', fallecido el pasado mes de enero.
Después de recorrer la calle Consolación, que une las dos parroquias de la ciudad, y de nuevo en el templo de la Plaza Baldomero Iglesias, el alcalde, cumpliendo la tradición, entregó su bastón de mando a La Patrona. La misa fue oficiada por el obispo, acompañado por una docena de sacerdotes de parroquias de la zona. Una vez más, el acto contó con la presencia de una amplia representación de la sociedad regional y local. Hoy, festividad de La Patrona, habrá más misas, entre ellas otra solemne en la Virgen Grande, a las doce del mediodía, que volverá a cantar el Coro Parroquial. A la misma hora también se celebrará misa solemne en la iglesia de La Asunción, cantada por la Coral de Torrelavega.
La procesión se pudo seguir anoche desde la Plaza Baldomero Iglesias a través de una pantalla de televisión. Esta vez no ocurrió lo mismo con la misa, lo que sorprendió. Las fuerzas y cuerpos de seguridad velaron porque no ocurriese ningún incidente durante el recorrido, seguido por las autoridades y cientos de fieles.
Talla medieval
La imagen de la Virgen, que entonces tenía otra advocación (posiblemente de la Consolación), data de los siglos XIII o XIV y la tradición dice que fue mandada tallar por los Señores de la Vega, fundadores de la ciudad, que tenían su fortaleza en el solar que ahora ocupa el templo, una torre que dio origen al nombre de la ciudad. Dice también la tradición que siglos después la imagen fue cambiada por otra más grande y que de ahí viene su nombre actual (Grande). La talla muestra a la Virgen sentada con el Niño en su rodilla izquierda y una manzana en la mano derecha.
La Patrona está situada normalmente en una peana muy alta, lo que obliga a bajarla con una grúa para los actos en su honor. Concretamente, quedó expuesta en uno de los púlpitos en la jornada inicial de los rezos de la Novena, el 6 de agosto. Después se bajó del púlpito para situarla en sus andas y decorarla de cara a la procesión. Se colocan el manto, la corona, muchas flores... El manto, profusamente decorado, fue bordado por un grupo de mujeres de Torrelavega en 1930. En caso de lluvia, la procesión se suspende precisamente para proteger el manto y otros ornamentos. Afortunadamente, la lluvia solo se quedó anoche en amenaza.
La festividad de La Patrona se celebra hoy, 15 de agosto, pero la imagen quedará expuesta en la carroza durante una semana más antes de ser colocada de nuevo en su lugar de privilegio, donde esperará un año más a que lleguen las fiestas de la ciudad.
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