«Volcamos en la mesa lo que somos y con eso creamos nuestro universo»

–'Bolsa Amarilla y Piedra Potente' es, solo con su título, una imagen. ¿Imaginar cómo será un disco es la primera muestra de interés hacia sus canciones?

–Independientemente de lo que tenga dentro del disco, siempre hay que ponerle un nombre que pueda llamar la atención. Eso siempre es poderoso. Tampoco es el motivo primigenio de que el disco se llame así, pero es algo correlativo, viene por inercia con nuestro movimiento. Nosotros venimos de atrás con lo de los nombres largos, con el universo este un poco bizarro que traemos. 'Bolsa Amarilla y Piedra Potente' surgió de un torrente de ideas locas y al final terminó siendo un nombre perfecto para el disco, porque contiene una mezcolanza entre la piedra, que es un poco la parte más rockera de la banda, y lo sintético, que es la parte más de sintetizadores, más electrónica. Así que por ahí creo que hemos acertado un poco.

–En esa bolsa y esa piedra referencian a Morente y a The Prodigy. El primero, cantaor; los segundos, música electrónica. Salir airoso de algo así está a la altura de unos pocos. ¿Propósito fijado o resultado fortuito?

–Son cosas que nos encontramos cuando empezamos a andar o a componer. A veces vas por terrenos que tú mismo dices «ostras, esto se parece mucho a 'x' cosa, no mola». Pero hay otros momentos que dices «mira, esto se parece a esto y ha surgido de manera natural; tiene el poderío suficiente como para que se quede». Al final surgen esos momentos como de Morente o de The Prodigy. También tenemos nuestra parte 'bakala' y los valoramos mucho. Nos gusta un poco el feísmo; hay que querernos así.

–Regresan al SoundCity tras su paso por el festival en 2021. «La kinkidelia reaviva la llama del SoundCity», decía la crónica publicada al día siguiente. ¿Ese concepto sigue definiéndoles, tres años y dos discos después?

–Sí. Nos gusta mucho el directo porque es la punta de la pirámide de lo que hacemos. Somos músicos que llevamos mucho tiempo tocando, nos encanta tocar y ahora tenemos la suerte de estar tocando nuestras canciones delante de un montón de gente. Cada banda tiene diferentes maneras de encarar el directo y nosotros somos unos apasionados. Nos mueve mucho que la gente se venga arriba, porque nosotros nos venimos arriba también y al final termina siendo todo bastante incendiario. Durante la pandemia tuvimos una serie de conciertos con la gente sentada y quisimos plantearnos ese momento como si viviéramos en una nave espacial en la que poníamos la cabina del piloto e iniciábamos la expedición. Ahora tenemos por delante la misma misión pero con más leña, porque esta vez la gente podrá pegar saltos, refregarse y sudar, que es lo bonito.

–Ese rasgo tan suyo fue el que les llevó hasta los Goya hace un par de años, estando nominados a Mejor Canción Original por 'Las Leyes de la Frontera', canción homónima del filme de Daniel Monzón. Esa nominación no hubiera llegado si su naturaleza fuera otra. ¿La personalidad se tiene o se construye?

–Bueno, nosotros siempre decimos entre nosotros que somos una banda de capullos, esa es nuestra personalidad (risas). Antes de tener la primera conversación con Daniel lo que estaba planteado era hacer solo una canción, pero después de tener esa reunión hubo tal sinergia entre ambas partes, tal energía y tal 'feedback' que, al final, Daniel terminó siendo un burrito más. A través de nuestra personalidad nos dimos cuenta de que él como director se sintió con confianza suficiente para proponernos hacer la banda sonora completa de la película. Nuestra personalidad atrae a una orilla de buena gente a nuestro alrededor.

–Firman la producción del álbum al 50% con Jordi Gil y Tera Bada. Un puesto de confianza, el del productor, determinante en la toma de decisiones. ¿Serían capaces de dejar este proceso en manos de alguien que no conozcan personalmente?

–Pues es algo que hemos empezado a plantearnos. Quizá el siguiente disco lo grabemos en otro lugar, pero aunque nos movamos de sitio y trabajemos con otra persona, probablemente Jordi venga con nosotros, porque se ha convertido en el séptimo miembro de la banda. Lleva con nosotros desde el primer disco, que lo grabamos en diferentes estudios y lo mezclamos ya en Sputnik Studios con él. Tanto 'Hilo Negro' como 'Bolsa Amarilla' fueron grabados íntegramente allí. Todos habíamos trabajado con Jordi antes de que arrancara la banda, entonces para nosotros su estudio es como nuestra casa. Con él te sientes así y es una bellísima persona. Además sabe mucho de esto. Creo que nos lo llevaríamos aunque nos fuéramos a Londres a grabar. Pero a raíz de la pregunta, sí te digo que tiene que ser interesante ver cómo otros productores entienden nuestro sonido.

–¿Qué se va a encontrar el público en su concierto de hoy?

–Se va a encontrar con seis colgados, sudando mucho sobre el escenario, moviéndose mucho y dándolo todo. Tenemos un repertorio bastante consolidado porque llevamos como dos meses de gira de 'Bolsa Amarilla' y ya tenemos todo ajustado. Al principio, las canciones nuevas tenían que aprender a convivir con las antiguas, que son temas que la banda y el público se saben mucho mejor. Habrá momentitos de baile y de energía; ya está todo consolidado y la banda es una apisonadora. Creemos que la gente ya recibe muy bien los temas nuevos porque ya les vemos cantar los estribillos. Va a ser una noche inolvidable.