
«Vive de la extorsión, es un lobo que se alimenta del miedo de la gente»
Torrelavega ·
Los vecinos del barrio de Nueva Ciudad viven con temor a la espera de que el expresidiario que los amenaza sea detenido o internado en un centro psiquiátricoSecciones
Servicios
Destacamos
Torrelavega ·
Los vecinos del barrio de Nueva Ciudad viven con temor a la espera de que el expresidiario que los amenaza sea detenido o internado en un centro psiquiátrico«Vive de la extorsión, es un lobo que se alimenta del miedo de la gente». Así define un comerciante de Nueva Ciudad a Iván ... F. H., el expresidiario de 41 años -tantos como veces ha sido detenido- que tiene atemorizado al barrio con sus amenazas. Los vecinos no entienden como fue liberado a las pocas horas de ser detenido por última vez el pasado martes, tras atracar un supermercado en la Avenida de España. Los afectados se unen ante la adversidad, mientras la Policía ha incrementado la vigilancia y el Ayuntamiento también trata de hacer lo posible para que Iván vuelva pronto a la cárcel o sea internado en un centro psiquiátrico.
El presidente de la asociación de comerciantes, Ángel Sainz, dice que el delincuente pasea por el barrio «cuando menos te lo esperas», pero ha dejado de actuar «gracias a la presencia de la Policía». No obstante, reconoce que la inquietud persiste, porque «no sabemos cuánto va a durar la vigilancia de los agentes y el apoyo municipal». Sainz señala que Iván vive en Bedicó, una pequeña localidad del vecino municipio de Cartes, en una vieja casa propiedad de la familia. «Allí también tienen problemas -explica-, creo que ha robado hasta al cura. El problema para nosotros viene cuando baja a ver a su madre, que vive sola. A ella también la amenaza y le ha denunciado a la Policía. Está en tratamiento psicológico. Ha intentado suicidarse tres veces».
Pasadas las 11 horas de la noche del viernes, los vecinos de Nueva Ciudad avisaron de que se estaba produciendo un altercado en el bar Entrante. El protagonista, de nuevo, era el vecino que ha movilizado a todo el barrio en las últimas jornadas, para enfrentarse a los problemas de seguridad generados por el individuo. A la llamada acudieron efectivos de la Policía Nacional y se levantó acta por falta de respeto.
Apenas media hora más tarde, la llamada se repitió. Desde el bar La Esquina se informaba de que, lejos de apaciguarse, el altercado se reproducía en el mismo local. El resultado fue que los agentes tuvieron que sacar al sujeto del bar para protegerle de los vecinos, que se habían reunido en la calla con un ambiente de tensión creciente.
Por el momento, el operativo especial de la Policía Nacional se mantendrá con carácter indefinido y se irá modificando según las circunstancias. La prioridad, según señalan, es acudir inmediatamente a cada aviso y atender a los vecinos de Nueva Ciudad. «Debemos evitar que se cometa un delito y que ocurra algo grave», indican. «Esperamos que la situación se calme y que se evite la violencia», exponen.
Respecto a la situación del conflictivo individuo, explican desde la Policía Nacional que tiene «libertad ambulatoria», esto es, «no se puede evitar que vaya donde la parezca», al menos hasta que lo decrete el juez, ordenando su incapacitación o ingreso en prisión. Hasta que eso ocurra, continuará la labor preventiva y de reacción rápida sin necesidad de denuncia.
Los afectados temen que Iván haga alguna locura, porque cada vez que ve a la Policía «se pone más violento». Sainz pone como ejemplo lo ocurrido el martes, cuando «algún agente resultó lesionado al detenerle». Su liberación a las pocas horas también descolocó al presidente de los comerciantes: «Tenemos que acatar las resoluciones judiciales, pero esta es difícil de entender». Mientras tanto, los vecinos, que se han movilizado esta semana, no dejan de llamar a la Policía cada vez que advierten la presencia del expresidiario y también han creado un grupo de WhatsApp para avisarse entre ellos. «Le pusimos en marcha hace dos años cuando sufrimos una ola de robos, pero era solo para comerciantes y ahora participamos todos los vecinos, a petición del alcalde», concluye.
Entre los afectados reina el miedo. Apenas quieren hablar y no facilitan nombres. El mejor ejemplo de lo que ocurre es el bar La Esquina, con carteles que indican que está cerrado 'por enfermedad'. «Forzó las puertas con un machete -explica un vecino- y ahí está el tomate que tiró al cristal como símbolo de sus amenazas de muerte al propietario, al que también destrozó el coche. Paga autónomos y el alquiler, vive de esto, así que imagínate como ha tenido que ser el tema para verse obligado a cerrar».
El propietario de otro bar de la misma plaza (Mauro Muriedas), en el corazón de Nueva Ciudad, reconoce que también ha tenido sus «movidas» con Iván, por sus amenazas y mal comportamiento, algo que «le ha ocurrido a todo el mundo» en un barrio en el que «normalmente no pasa nada». Un comerciante cercano resume la vida del delincuente: «Vive en un especie de cabaña en Bedicó, una herencia que no se vendió por discrepancias en la familia. Se ha metido allí porque no tiene nada. Estuvo 20 años preso y nada más salir vino a casa de la madre, que consiguió una orden de alejamiento. Después se metió en una pensión, pero le echaron porque la destrozó. El asunto es serio. El otro día la Guardia Civil fue a llevarle una citación a Bedicó y los guardias tuvieron que meterse debajo del coche porque les amenazó con una ballesta, tipo Rambo».
«Yo le planto cara -afirma el comerciante-, porque es peor si ve que tienes miedo. Tiene un máster en extorsión y vive de ella. Mide 1,90 y pesa unos 130 kilos. Tiene cortes, cicatrices, heridas infectadas... Hace poco le dieron un machetazo en la cabeza y se escapó del hospital con el gotero puesto. Vino por aquí y flipamos. Un hombre normal no le hace frente, no arriesga su vida cuando le amenaza, y él lo sabe. Es supersigiloso y te puede apuñalar cuando menos te lo esperes».
«Si ve que te acojonas, él se crece», apunta la propietaria de otro bar al que no dejó entrar a Iván. «Eran las nueve y media de la mañana -recuerda-, y estaba encendiendo la luz para abrir cuando se puso detrás. Le dije que se marchase, que no le quería ver allí y el sacó un hacha y me amenazó de muerte, me dijo barbaridades. Menos mal que en ese momento llegó mi marido y le sacó del bar. No ha vuelto por aquí».
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, José Luis López del Moral, no entró ayer a valorar sobre si cabría haber dictado prisión preventiva sobre el expresidiario tras la última detención por atraco a un supermercado. Lo hizo tras explicar que no se pronuncia sobre el caso en particular porque desconoce los detalles, ya que compete al juzgado de guardia de Torrelavega. No obstante, sí aclaró, en base a los datos que han trascendido del atestado policial del atraco, que en este caso o similares el juez lo que valora siempre «es la intensidad de la violencia» con la que actúa el sujeto, que, según el informe, intimidó a la cajera con su presencia para pedirle a gritos el dinero de la caja, pero no utilizó arma alguna para ello.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.