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Cada mañana en el Hospital Sierrallana el panorama es el mismo: cientos de coches recorren el aparcamiento en busca de un espacio libre. La tarea ... de aparcar, que parece sencilla en teoría, se antoja muchas veces complicada. Si bien el hospital cuenta con más de 800 plazas distribuidas entre varias zonas, la realidad es que muchos de estos espacios están ocupados de forma desordenada y la saturación es una constante.
El aparcamiento más antiguo, dentro del recinto del hospital, es el que presenta más problemas. Situado en la entrada principal, es el preferido por muchos, pero también el más colapsado. En este aparcamiento, no es raro ver coches estacionados sobre los bordillos, en doble fila o incluso ocupando plazas reservadas. Las ambulancias, al estar situadas en una zona diferente, pueden circular con mayor facilidad, pero los demás vehículos se ven atrapados en una acumulación de coches que dan vueltas sin cesar. «La gente quiere aparcar lo más cerca posible de la puerta, a veces por necesidad, pero la mayoría por comodidad. Prefieren dar mil vueltas antes que caminar un poco más desde el aparcamiento nuevo», comenta un trabajador del hospital.
Y es que, a pesar de que el aparcamiento tradicional está colapsado, Sierrallana cuenta desde 2018 con un estacionamiento nuevo y gratuito, construido en terrenos cedidos por los ayuntamientos de Torrelavega y Santillana del Mar. Este parking, que costó 591.272 euros y que ofrece 400 plazas adicionales, parecía ser la solución definitiva a los problemas de espacio. Sin embargo, hoy en día no es tan diferente. Aunque las horas punta no son tan estresantes como en el aparcamiento antiguo, sigue habiendo días en los que es difícil encontrar un espacio disponible. De hecho, los coches ocupan muchas veces los pasos de cebra y forman una hilera junto a la valla que no está habilitada como aparcamiento. Lo que sí es cierto es que aparcar aquí es más fácil y rápido.
«Lo bueno del nuevo aparcamiento es que, si tienes paciencia, no suele tardar mucho en quedar una plaza libre. A veces, en tan solo dos minutos alguien sale y ya puedes aparcar», explica Ana García, paciente habitual del hospital. A unos 300 metros de la entrada principal, este aparcamiento no solo ofrece más espacios, sino que también cuenta con una infraestructura más moderna y mejor organizada. Sin embargo, el cambio no ha sido tan efectivo como se esperaba. No por la iniciativa, sino por los propios conductores.
El gobierno de Cantabria inauguró este nuevo aparcamiento en 2018 con la promesa de aliviar los problemas de estacionamiento. «Los cientos de trabajadores y usuarios que cada día acuden a Sierrallana ponen hoy fin a su lucha diaria por aparcar con la apertura al público del nuevo aparcamiento», publicó la Consejería de Sanidad en su momento.
Sin embargo, son muchos los usuarios que se muestran disconformes con aquellos que no respetan las normas de aparcamiento. «Para algo hicieron un parking nuevo. No entiendo por qué la gente sigue aparcando mal cuando tienen opciones cerca», se queja Laura Pernía, también paciente. Según ella, el aparcamiento debería ser un espacio organizado y seguro, pero la actitud de muchos conductores «termina empeorando la situación para todos».
Ana García
Paciente de Sierrallana
Laura Pernía
Paciente de Sierrallana
Desde que se completaron las obras de este aparcamiento, la gerencia del hospital ha tratado de implementar medidas para regular el uso del espacio. En su momento, se instalaron barreras de seguridad para evitar que el aparcamiento se convirtiera en un lugar de botellón o en un aparcamiento para otros usos, como ya había sucedido en otras zonas cercanas.
A medida que el hospital sigue creciendo y la población aumenta, parece que la falta de espacio para estacionar no desaparecerá a corto plazo. Sin embargo, algunos ya piensan que la solución pasará por una mejor gestión de los aparcamientos y la concienciación de los usuarios. Como concluye Laura Pernía, «el aparcamiento nuevo está ahí para algo, así que deberíamos usarlo mejor y no seguir contribuyendo al caos del viejo».
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