Borrar
Un taller ilustra sobre los rituales del origami, el arte de doblar papel
SOCIEDAD

Un taller ilustra sobre los rituales del origami, el arte de doblar papel

Un experto japonés explica cómo los colores, las formas y los dobleces de las láminas servían para dotarlas de significado

JOSÉ CARLOS ROJO

Miércoles, 18 de agosto 2010, 11:40

El maestro japonés Kazuki Yamane, director de la Yamane Origata School de Tokyo, muestra un ejemplo sobre la mesa. Es un papel de textura rugosa doblado de forma simétrica e intrincada con unos lazos -confeccionados con la misma celulosa-, rodeándolo. Desentraña el significado de cada doblez, color y forma. A primera vista evoca la papiroflexia, pero el significado es diferente. Yamane habla del modo en el que el papel puede convertirse en un objeto precioso, motivo de regalo y contenedor de múltiples mensajes e intenciones del obsequiante. Es un arte de más de 600 años y se llama 'Origata'.

Durante toda esta semana los cerca de treinta alumnos que participan en el 'Taller de origami. Papeles del alma: usos sociales y rituales del papel en Japón', entrarán en contacto con una práctica que destila cultura e historia orientales. Y a pesar de la componente eminentemente práctica del programa, que ilustra sobre este arte por vez primera en Europa, también hay tiempo para revolver en un pasado que encuentra curiosas sinergias entre España y Japón.

«Los españoles viajaron a Japón en el siglo XV y llevaron pimienta y relojes. Nosotros, a cambio, les mostramos el arte de doblar papel -que aún se conserva en la forma en que se presentan las servilletas en la mesa, por ejemplo-, y el abanico, hoy reconocido casi como símbolo nacional», evocó Yamane, acompañado por la directora de la actividad, Ana Romero.

Práctica aristocrática

Más de 50 años ocuparon la vida del padre del maestro que hoy educa sobre este arte en la UIMP. Hoy, él mismo continúa con la labor de su progenitor. Es el recuerdo y estudio de una práctica casi olvidada consecuencia de la restricción social que siempre le caracterizó. «Era algo reservado a la aristocracia», comenta Romero. «Sólo la clase alta tenía acceso al papel y podía obsequiar con ello. Los libros que inmortalizan este arte eran casi prohibidos. Sólo unos pocos podían leerlos. De hecho, el término Origami, que hoy, por equivocación, se usa para hablar de esto, era en realidad un doblez reservado sólo para el emperador. Sólo él podía hacerlo».

El fin de la Segunda Guerra Mundial y la marea de reniego de la cultura que se popularizó con el ánimo de pasar página, tampoco ayudaron a la conservación de esta práctica. Un arte que es una manifestación más de la cultura pasada, donde el valor de las cosas no se entendía con el capitalismo y el tiempo se medía en otros términos.

«Les he dicho a mis alumnos que tomen una moneda de un euro y la envuelvan de un modo complejo», ilustra Yamane. «Han tardado media hora en hacerlo. Así han entendido que el obsequio no se debe medir por el valor de su contenido, sino por el esfuerzo que la otra persona ha puesto en confeccionarlo. En el tiempo que quien lo preparó dedicó pensando en el otro. Así debe ser entendido, en eso consiste el Origata».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Un taller ilustra sobre los rituales del origami, el arte de doblar papel