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IRMA CUESTA
Viernes, 13 de abril 2012, 10:04
El portavoz de Xella, el grupo alemán que en sólo unas semanas formalizará la compra de GFB, estimó ayer que la empresa podrá llegar a generar 60 puestos de trabajo y producir hasta 12 millones de metros cuadrados de paneles de fibroyeso. Ernst Arelman reiteró que la idea de la multinacional es añadir a la inversión de compra -14,5 millones de euros- otros 15,5 millones en adecuar las instalaciones de producción y mostró su satisfacción porque finalmente la operación se haya cerrado con éxito. «Cuando ya parecía que la transacción no iba a producirse, nos ha alegrado conocer el resultado del proceso de subasta, positivo para todos las partes implicadas», aseguró el responsable del grupo bajo cuyo paraguas se sitúa Fermacell.
Además, el consejero delegado de la firma, Jan Buck-Emden, corroboró lo ya adelantado ayer por este periódico, que el grupo desembarcará en Cantabria con intención de quedarse: «La ampliación de nuestras capacidades actuales de producción de paneles de fibroyeso en una cuarta parte, aproximadamente, es una decisión estratégica con proyección a largo plazo». Una afirmación a la que Christian Schäfer, director general financiero de Fermacell, añadió el agradecimiento al Gobierno de Cantabria por su apoyo y el convencimiento de que el acuerdo será beneficioso tanto para la región como para Fermacell y Xella.
Las declaraciones de la cúpula directiva de la multinacional alemana llegaron en una jornada en la que
la resurrección de GFB no dejó de sumar parabienes. A la satisfacción de Fermacell -la empresa adjudicataria de la fábrica de fibroyeso-, de los interventores judiciales y del Gobierno, sumaron ayer la suya la juez responsable de velar por el buen desarrollo del proceso concursal y los partidos de la oposición; aunque bien es verdad que la alegría de éstos iba acompañada de una reprimenda «a quienes no creían que la empresa tenía futuro».
Aunque nadie duda de que, en las actuales circunstancias, sólo la venta a un empresario con solvencia y proyecto de futuro mitiga en parte el desastre al que parecía abocada la apuesta del anterior Ejecutivo, la buena noticia -como todos se encargaron de calificar- sirvió para que Gobierno y oposición cargaran sin empacho uno sobre otros. La adquisición de la fábrica por parte de la multinacional alemana es «una buena solución a un disparate» en opinión del presidente que entiende que el binomio «mal gobierno PRC-PSOE» y «mal empresario, el grupo costarricense Pujol Martí» ha sido responsable de la ruina industrial en la que asegura que dejaron GFB. Ignacio Diego defendió su impresión de que el nuevo propietario de la fábrica es un grupo serio y riguroso, y se aventuró a depositar su confianza en que serán ellos los que hagan finalmente fiable el proyecto empresarial. Por lo demás, la esperanza del presidente alcanza para creer que, a pesar de la crisis económica y financiera que enferma al mundo, la empresa alemana será capaz hacer viable y rentable la fábrica de Orejo. Para ello, comprometió el apoyo de su Ejecutivo, «en la misma medida que al resto de las empresas de esta región».
Si en las filas del Partido Popular la entrada en escena de Fermacell se interpreta como el mejor fin posible para un desastre del que responsabilizan a socialistas y regionalistas, éstos interpretan que el desembarco de la multinacional alemana es, básicamente, la prueba de que su defensa del valor de las instalaciones estaba fundamentada. «Siempre dijimos que tanto las instalaciones como la tecnología implantadas por GFB en Cantabria son punteras en Europa y el interés de la empresa alemana por adquirirlas para llevar adelante la fabricación de fibroyeso nos da la razón frente a quienes llegaron, incluso, a cuestionar la existencia de la maquinaria», aseguró ayer Rafael Pérez Tezanos para luego contraatacar al oponente con su misma arma. «Analizaremos con todo detalle y detenimiento la operación, cerrada con un coste anormalmente bajo, y la actuación del Ejecutivo del PP en los nueve meses en los que ha gestionado el proyecto de GFB», anunció quien, en los últimos meses, ha sido el portavoz de su partido en la Comisión de Investigación que, auspiciada por el PP, ha tratado de aclarar si en la gestión de bipartito hubo algo más que mala gestión por parte del anterior Gobierno.
También para los socialistas la venta de GFB a los alemanes pone de manifiesto que el discurso del Partido Popular durante los últimos años ha estado, en palabras de su flamante secretaria general, «plagado de falsedades». Rosa Eva Díaz Tezanos cree que el interés y la apuesta de Fermacell corrobora que el proyecto «siempre ha sido viable».
En lo que sí coinciden unos y otros, además de entender que la venta es una buena noticia, es en destacar el papel de la jueza y los administradores concursales en todo proceso. Mar Hernández, la magistrada del Juzgado de lo Mercantil de Santander y presidenta de la sección de Cantabria de la Asociación Profesional de la Magistratura, rehusó ayer opinar sobre el procedimiento judicial, pero sí aseguró, con carácter general, que en cualquier procedimiento una solución que suponga el mantenimiento yo la creación de puestos de trabajo es beneficiosa. El concurso, dijo la magistrada, tiene dos finalidades: que los acreedores cobren y que vean satisfechos sus créditos, y que la actividad continúe y se mantengan los puestos de trabajo. «Lograr uno y otro objetivo es la situación ideal», aseguró.
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