El calor de la amistad

El Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Cantabria, que dirige Mar Marcos, organizó el jueves, en la Bodega del Riojano, en Santander, una cena-homenaje a Alfonso Moure Romanillo, catedrático de Prehistoria y exvicerrector de la UC. Acudieron a la cita compañeros y amigos del docente cántabro, que nació en Santander en 1949 y ha desarrollado una prestigiosa carrera volcada en la investigación, en la Universidad de Valladolid primero y en la de nuestra comunidad después.

Numerosas publicaciones subrayan los trabajos del homenajeado: Altamira (1985), Arte Paleolítico en la cornisa Cantábrica (1986), El hombre paleolítico (1988), El origen del hombre (1989), Un siglo de arqueología en Cantabria (1989), Las cuevas de Ramales de la Victoria (1991), El final del paleolítico (1995), El hombre fósil 80 años después (1996), Arqueología del arte prehistórico en la Península Ibérica (1999), La Garma, un descenso al pasado (2000), etc.

De su vasto currículum hay que destacar también que fue decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UC, vicerrector de Ordenación Académica y de Relaciones Institucionales y Extensión Universitaria. En el periodo comprendido entre 1987 y 1988 ejerció como director del Museo Arqueológico Nacional. Es en su especialidad un profesional de la máxima cualificación.

En 2006 la propia UC, a través del Aula de Patrimonio, editó un libro titulado 'Escritos sobre historiografía y Patrimonio Arqueológico' que recoge un florilegio de las mejores tareas científicas de Moure. Coordinaron la obra Lourdes Ortega, su esposa, y Mª Ángeles Querol.

En la cena del Riojano estuvieron presentes, entre otras personalidades de la vida universitaria y cultural, Germán Delibes, profesor de Prehistoria de la Universidad de Valladolid; Joaquín González Echegaray, historiador y arqueólogo; Benito Madariaga de la Campa, cronista oficial de Santander; Mª Ángeles Querol, catedrática de Prehistoria de la Complutense de Madrid; José Manuel Iglesias, catedrático de Historia Antigua de la UC y Ramón Maruri, profesor de Historia Moderna de la Universidad de Cantabria.

Los colegas de Alfonso, algunos desplazados hasta Santander expresamente desde otras regiones para participar en el acto, mostraban una gran satisfacción por poder acompañarle y testimoniarle así su admiración profesional y aprecio personal. Fue, en suma, una noche muy entrañable en la calle la lluvia no cesaba ni un segundo y el frío se apoderaba del ambiente. Por contraste, en la Bodega del Riojano se disfrutó a tope del inconfundible calor de la amistad.