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D. VIDAL
Martes, 19 de noviembre 2013, 01:28
Ser una princesa moderna, tirar de fondo de armario y repetir modelito cada dos por tres tiene sus 'peligros'. Como el que sobrevino el pasado viernes, durante la visita que los Príncipes de Asturias realizaron a las instalaciones del laboratorio farmacéutico Grifols en Los Ángeles (EE UU). Todo discurría por los cauces habituales de un acto institucional: don Felipe y doña Letizia pasearon por las plantas del edificio saludando a los trabajadores, interesándose por su labor, despachando sonrisas y regalando alguna que otra foto a los felices anfitriones. Hasta que llegó la foto buena, la foto de familia, en la que salían con el presidente de la compañía, Víctor Grifols. Los que estaban detrás de los objetivos se percataron de algo que no es muy común: el precioso vestido que llevaba la Princesa, un Hugo Boss negro de seda y con estampado 'allover' en blanco -629 euros-, era casi idéntico al de una chica que se había acoplado en una esquina. ¿Casi idéntico? No. ¡Eran iguales! La empleada de Grifols que sale en la foto había elegido la misma indumentaria que doña Letizia -chaquetita oscura incluida-, que por cierto ya había estrenado el pasado mes de octubre, en las audiencias con motivo de la entrega de los Premios Príncipe de Asturias. El modelo parece que triunfa entre las mujeres que pueden pagárselo a uno y otro lado del charco. Y de exclusivo no tiene mucho: la princesa Mary de Dinamarca, hace apenas un mes, también eligió una falda de Boss con el mismo estampado -a 329 euros la pieza- para un acto oficial. Lo dicho, 'un peligro'.
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