Estos alimentos te hacen oler mal

«Los desórdenes de la microbiota son una de las causas que alteran el olor corporal», explica la doctora María Dolores de la Puerta, autora del libro 'Un intestino feliz'. De hecho, el intestino, el hígado, los riñones y la piel funcionan como «filtros» de «liberación de los tóxicos» del organismo. Un desorden en la microbiota hace que esa función falle y tenga consecuencias en el olor. «Aunque no suceda a todas las personas», precisa.

¿Qué olores podemos relacionar con los desórdenes de la microbiota? «Lo que me he encontrado en pacientes es un olor fuerte a amoníaco, como de fermentado, de sucio, muy desagradable», señala. Una mala alimentación, junto con hábitos perjudiciales como dormir poco, el sedentarismo y el estrés están detrás de la alteración de las bacterias buenas del intestino.

Los alimentos que dañan la microbiota son los procesados, las grasas malas y los productos con poca fibra. ¿Qué sucede? Que el cuerpo necesitará mucho más tiempo para metabolizarlos, da paso a su fermentación o putrefacción y parte de las toxinas pueden liberarse a través de los poros de la piel y causar mal olor.

Entre los que ayudan a esas bacterias 'buenas' que evitan el olor encontramos las comidas con alto contenido en fibra; los fermentados como yogur, cuajada, chucrut o kéfir; y los prebióticos, como frutos rojos, aceite de oliva... Todos ellos regulan el tránsito intestinal. De ese modo la comida permanece durante menos tiempo estancada en el cuerpo y no da lugar a ese efecto de putrefacción.

Cuando hacemos una dieta alta en proteínas elevamos el riesgo de oler mal. Al reducir la cantidad de vegetales, frutas, legumbres y cereales y en su lugar consumir muchas raciones de proteína animal, principalmente carne, el cuerpo puede llegar a un estado de cetosis, que se percibirá en el aliento y en un olor desagradable, similar a fruta agria.

Otros alimentos también pueden «alterar ligeramente la composición del sudor haciendo que huelas más fuerte», señala la dermatóloga Ana Molina en su libro 'Piel sana, piel bonita' (Ed. Paidós). Es el caso de los espárragos, algunas especias como el curry, junto con alimentos ricos en azufre como puedebn ser el ajo y la cebolla.

En el otro lado de la balanza podemos colocar algunas comidas que van a remar a favor de nuestro olor. Por ejemplo, las verduras de hoja verde que, por su contenido en clorofila, estimulan la producción de glóbulos rojos y mejoran, así, la oxigenación del cuerpo. Las almendras, ricas en magnesio, neutralizan el mal olor; yel apio es un buen diurético con alto contenido en potasio, lo que estimula la producción de orina y, de ese modo, ayuda a eliminar toxinas.

El exceso de sudoración que sufren algunas personas también influye. «Favorece la proliferación de bacterias en las zonas más húmedas del cuerpo», apunta la dermatóloga. Otra de las causas de este problema tan desagradable es el uso de medicamentos, ya que los residuos de estos químicos se excretan por el sudor. «Por ejemplo, la penicilina o el bromuro», enumera la doctora Ana Molina.