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Propiedades del té matcha
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24 min.
Si tiene problemas para calmar sus nervios, seguramente habrá dejado fuera de su radar determinadas bebidas que incluyan cafeína. Y entre ellas, seguramente habrá vetado ... el té matcha. Pues bien, a lo mejor tiene que cambiarlo de lado y ponerlo en el de rituales que le pueden ayudar a desestresarse. Una investigación científica ha resaltado su poder contra los dos grandes males de esta sociedad: el estrés y la ansiedad.
Seguramente se habrá dado cuenta de que esta infusión lleva años liderando los rankings de bebidas 'cool' y saludables. No es una paparrucha, se trata de una con muchas propiedades. Y también muy curiosa, porque no es una infusión al uso. «El té matcha proviene de la misma planta que el té verde, la Camelia sinensis L, pero mientras el segundo lo tomamos infusionado, el matcha lo compramos en polvo», explica Mireia Obón-Santacana, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). No es por capricho ni por marketing, este té se convierte en polvo porque así consumimos toda la planta, lo que ayuda a preservar sus propiedades y a que obtengamos más beneficios. Por decirlo de algún modo, está más concentrado.
Una de sus principales y más conocidas bondades es que tiene una «alta concentración en antioxidantes», señala Paula Serrano, dietista-nutricionista y miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética. Esto es así porque otra de sus características a la hora de cultivarlo es que permanece 21 días a la sombra antes de la recolección. Su poder antioxidante se debe a sus polifenoles, aporta Obón-Santacana, «casi tan efectivos como la vitamina C, la E, el caroteno y el tocoferol» y a las «catequinas, que ayudan a neutralizar los radicales libres y pueden reducir el riesgo de enfermedades crónicas», añade Serrano.
Pero no es lo único bueno que nos puede aportar el matcha, cuyo nombre proviene de dos vocablos japoneses: 'ma', que significa pulverizar, y 'cha', que es té. Resulta que también es una gran fuente de otro compuesto muy de moda: la L-teanina. Se trata de un aminoácido con efectos probados contra el estrés y la ansiedad. Según varios estudios, junto a la cafeína, presente en el matcha, hace un tándem perfecto para ayudarnos a fijar nuestra atención y relajarnos.
«Los estudios preliminares muestran que la L-teanina puede contrarrestar la estimulación de la cafeína en el sistema nervioso. Así que ayudaría a mejorar nuestra energía al tiempo que aumentaría nuestra concentración», señala la docente de la UOC. ¿Cómo? Pues «mediante la relación dopamina-serotonina», los neurotransmisores de la felicidad y el bienestar. Es decir, que este aminoácido «podría aumentar la liberación de dopamina y promover la concentración de serotonina». Un estudio de 2021 ya hacía hincapié en esto.
No obstante, hay que vigilar la calidad de la materia prima para beneficiarse de todas sus propiedades. A las ya mencionadas habría que añadir su «capacidad antiinflamatoria, antidiabética y de modulación de la microbiota intestinal», precisa la dietista-nutricionista. Y de ahí viene también el amplio rango de precios en el mercado. ¿Es mejor el más caro? «Factores como las condiciones geográficas, el clima y el tiempo de almacenamiento influyen significativamente en su composición fitoquímica y sus propiedades antioxidantes», advierte Obón-Santacana. Aunque claro, hay que valorar también qué es mejor: si tomarlo una vez al día o una vez al mes porque nos sale por un ojo de la cara.
Ahora bien, hay otras tres cosas que nos dan pistas sobre la calidad. La primera es su sabor amargo: dicen los expertos que en realidad es dulce y fresco, que sabe como a nuez. Y que si esto no es así puede ser porque es malo o porque nos hemos pasado con la cantidad.
El segundo truco para saber que no nos dan gato por liebre es el color. El matcha es muy atractivo por su tonalidad verde, pero desconfíe si es fluorescente o amarillo. Y el tercer filtro que debemos aplicar tiene que ver con la espuma. A la hora de preparar la infusión, es vital batir el polvo con el agua. Se hace con un instrumento especial hecho en bambú. Y debería salir espuma con facilidad. Si pese a estar dándole un buen rato al asunto su presencia es testimonial... mala señal.
- ¿Hay que hacerlo solo con agua?
- Sus propiedades saludables también se ven influenciadas por el disolvente en que se prepara la infusión.
Para hacer un matcha, el ritual es fácil: se colocan «uno o dos gramos de té» en una taza o bol de cerámica, se le añaden «entre 60 y 100 mililitros» de agua caliente, pero no hirviendo, y se bate con un instrumento de bambú de forma enérgica durante 40 segundos hasta que sale la espuma, explica la dietista nutricionista Paula Serrano.
El agua que se usa para infusionar no debe estar hirviendo porque eso dañaría sus propiedades. «La máxima eficiencia se logra con agua a 80 grados», continúa la experta.
El matcha hay que guardarlo adecuadamente. Debe estar el menor tiempo posible almacenado y a una temperatura de entre 0 y 5 grados para que no pierda sus propiedades.
No se deben tomar más de 4 o 5 tazas al día por la cafeína. Y ojo porque «puede interactuar con medicamentos como los anticoagulantes», concluye Serrano.
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