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RAÚL CANALES
Generación Z: ¿alguien entiende a los jóvenes de hoy?

Generación Z: ¿alguien entiende a los jóvenes de hoy?

Una guía para acercarnos a los chavales de hoy, a los que pintan como personas irreverentes y consentidas. ¿Para tanto es?

Viernes, 20 de mayo 2022, 19:00

Aesta juventud no hay quien la entienda. Y quien dice esta juventud, dice la anterior y la que viene. Nos acercamos a la Generación Z, también llamada 'posmillennial' o 'centennial', nacidos entre 1994 y 2010. Los chavales de hoy, vaya. De ellos se ha dicho de todo, bueno y malo. Aquí, una guía para entender a los que, por edad, les toca ser los incomprendidos.

Relación con los padres

Sorprenderá a muchas familias, pero hoy padres e hijos adolescentes se entienden mejor que hace cuarenta o cincuenta años. «Antes chocaban en todo: sexualidad, ocio, alcohol, drogas... Y era tremendísimo. Ahora no hay conflicto en casa porque los hijos no lleguen vírgenes al matrimonio y a pocos padres les parece un horror que sus hijos salgan por la noche. También les damos menos la lata con las cuestiones estéticas. Antes una chavala de 17 años llevaba una mochila con ropa para cambiarse, pero hoy una adolescente se tiñe el pelo y no significa que sea una consentida», interpreta Amparo Lasen, socióloga y profesora de la Universidad Complutense de Madrid.

Tecnología

La imagen del adolescente encerrado en su cuarto, con la persiana bajada, conectado a los auriculares y enganchado a la pantalla «no es real». «Los chavales que solo se relacionan 'online' y no cara a cara son muy pocos. Lo normal es que hablen y jueguen por redes y luego se vean en la calle. Incluso que liguen así: un compañero muestra interés por mí Instagram o TikTok, me da 'likes', mira posts míos pasados... Veo que le intereso y eso facilita el acercamiento cuando me lo cruzo por el pasillo de la facultad», explica Amparo Lasen. La otra cara de ser 'nativo digital': «No me gusta esa etiqueta porque nadie nace sabiendo. Nuestros adolescentes puede que juguen muy bien a los videojuegos, pero igual no saben buscar en Google documentación para un trabajo. Son más autodidactas, sí, recurren a tutoriales para aprender a arreglar una tubería rota o maquillarse, pero ¿alguien les ha enseñado a distinguir a las fuentes que son fiables de las que no lo son?». Coincide con el diagnóstico la psicóloga Isa Duque, @lapsicowoman en redes sociales y autora de 'Acercarse a la Generación Z' (edit. Zenith): «Hay criaturas de 4 años que saben manejar los aparatos tecnológicos de casa, pero eso no va de la mano del cuidado que tienen que tener con los algoritmos, con el consumismo de la red, con la presión estética... Si los adultos nos alejamos de la tecnología, los algoritmos van a manejar nuestras vidas», alerta.

Imagen y estética

Aquí, una evidencia de la «polarización» de la actual juventud. «Como hoy todo se ve, miras Instagram y ves más cuerpos perfectos que antes... pero también más discursos cuestionando esos cuerpos perfectos», advierte Juan Carlos Revilla, psicólogo social y profesor en la Universidad Complutense de Madrid. «Cuando no existía Internet te podías ocultar con más facilidad, pero hoy no. ¿Y qué pasa si tengo una imagen que no se ajusta al canon estético imperante? Pues que utilizo esas redes para denunciar el canon y, a la vez, legitimar mi posición». No solo eso: «Mucha gente joven hace TikTok contra la gordofobia, la xenofobia, la sexualfobia, el racismo...», apunta Isa Duque.

Relación con generaciones anteriores

«El adultismo y la juvenofobia siempre han existido, pero ahora se ha juntado con la tecnofobia y con la neofobia: además de demonizar todo lo que tiene que ver con la vida joven, hay cierta demonización de las redes sociales. Les llaman 'generación perdida', 'generación de cristal', 'generación con derechos'. ¿Y qué hacen ellos ante estos prejuicios? Dicen: 'ok boomer' (llaman 'boomer' a la generación del Baby Boom, las personas nacidas en los 50 y 60, los que hoy son sus padres y algunos incluso sus abuelos), en el sentido de: 'Mayores, no nos estáis escuchando, no os estáis poniendo en nuestro pellejo», advierte la psicóloga. Y propone a estos adultos acercarse al mundo adolescente «con menos prejuicios».

Medio ambiente

«Según el informe Injuve, cuando a los jóvenes de hoy se les pregunta qué acontecimientos históricos de los últimos años les preocupan más, hablan del conflicto catalán, el 11-S y el cambio climático. Que una chica con 14 años empiece a manifestarse contra el cambio climático y a poner las pilas a gente mayor y que de ahí surja un movimiento mundial es algo que caracteriza a esta generación: la irreverencia que te lleva a señalar lo que la gente de más edad estamos haciendo mal. Y te lo señalan con datos, información y conocimiento», dibuja el contexto Isa Duque. Otra cosa es la implicación de cada uno con la crisis medioambiental. «Hay un grupo de jóvenes muy concienciados y movilizados, militantes que han hecho un importante trabajo de autoformación y que alertan de la necesidad de transformar el sistema social y económico. Son la vanguardia de la conciencia ecológica, pero atraen a muy pocos coetáneos. Luego hay un colectivo importante de chavales concienciados con el medio ambiente a nivel genérico, pero que no han desarrollado una conciencia de la necesidad de transformación. Y también hay una minoría reactiva de corte negacionista», completa Juan Carlos Revilla.

En todo caso, advierte la socióloga Amparo Lasen, «todos los chavales de hoy notan los efectos de esa despreocupación que ha habido por el medio ambiente hasta ahora. Algunos reprochan a las generaciones anteriores que no nos hemos preocupado lo suficiente, que 'menudo regalito' les hemos dejado. Tienen la sensación de que el futuro puede ser peor que el presente».

Feminismo

Coinciden los expertos en que este punto es «una línea de tensión» porque «del mismo modo que, sobre todo a raíz del movimiento 'Me too', una parte de la juventud, tanto chicas como chicos, está muy motivada con las reinvindicaciones feministas y con la importancia de la igualdad, han aparecido también jóvenes negacionistas que llaman al feminismo hembrismo y lo ven como un ataque a su identidad, exhibiendo unos discursos muy agresivos». Y esta polarización se produce, explica Amparo Lasen, también por la influencia de este contexto «de contradicción»: «El mensaje que escuchan en los institutos, en los reglamentos, en las leyes es la igualdad normativa, pero la sociedad les lanza el mensaje contrario: 'Esto es de chicos y esto, de chicas'. En casa, su padre y su madre no tienen el mismo rol, a ellos no los educan igual porque parece que las chicas tienen que tener más cuidado que los chicos. A ellos les dicen 'sal y diviértete', y a ellas, 'llega pronto a casa', un discurso más vinculado al miedo. Incluso con la estética es distinto: 'Cuidado con el peso'».

Hijos

«El ideal de familia, trabajo e hijos sigue funcionando y la mayoría de los jóvenes siguen viendo en este modelo un aliciente deseable». Entonces, ¿por qué la natalidad es tan baja y no hay perspectiva de cambio? «Obviamente también hay un grupo de jóvenes que no creen en ese modelo tradicional de familia. Pero muchos otros, simplemente, no se lo pueden permitir: se ven obligados a trabajar y les pagan mal, lo que no les deja tiempo para estudiar algo que les dé otras oportunidades laborales. Al margen de que muchos trabajos están sometidos a movilidad geográfica, lo que dificulta los proyectos familiares».

Trabajo

«Son jóvenes acostumbrados a la multitarea. Cada vez va a haber menos limitación de espacio físico y de tiempo de trabajo, los niños de hoy trabajarán por proyectos más cortos, muy definidos, igual que hay colegios que trabajan ya así, con unas directrices más claras de lo que tienen que hacer a corto y medio plazo. No les van a gustar los proyectos muy largos o que estén encima de ellos diciendo lo que tienen que hacer», aventura Elisa Sánchez, psicóloga experta en el ámbito laboral.

Sobre el grado de compromiso con la empresa, cree que los chavales de hoy «no van a querer participar y trabajar en una empresa no alienada con sus valores o que no les permita el disfrute de su vida. Han vivido una pandemia, cada vez más la juventud va a priorizar la vida familiar, la salud, la calidad de vida. Si las empresas no tienen ese compromiso con ellos y les despiden para contratar a otro, ellos tampoco se van a implicar». Y aunque en el sueldo poco van a poder hacer, «cada vez cobra más importancia el salario emocional. Las generaciones anteriores querían sueldo, las venideras quieren bienestar».

Todas las generaciones

  • Generación s (1930-1948): «En España, son los niños y las niñas de la posguerra. Los define la austeridad y el trabajo duro, una generación que vivió entre guerras y tuvo que ser sumisa y obediente a las normas politicosociales. Una 'generación de hierro' marcada por el hambre, el apartamiento y la represión», explica la psicóloga Isa Duque.

  • Generación baby boom (1949-1968): «Les define la ambición y la prosperidad, crecen en un momento en el que empieza a activarse y a desarrollarse la economía y se caracteriza por ser una población reacia al entorno virtual. En España es 'la generación de la Transición'.

  • Generación x (1969-1980): «Son la 'generación de la EGB y de la MTV'. Fue la primera generación en familiarizarse con el entorno digital y también la primera que comienza a jugar con las videoconsolas. Vivieron el auge del consumismo de los años 80 y 90 y se definen por querer alcanzar el éxito. Viven un momento de cambios sociales asociados a la emancipación de las mujeres. También se les conoce como la generación 'del milagro económico'».

  • Generación y (millennial 1981-1993): «Experimentaron la introducción de la digitalización en todas las esferas de su vida en torno a la adolescencia. Se hablado de esta generación de forma muy crítica: se les llamaba 'ni-ni' (ni estudian ni trabajan), se les ha considerado egocéntricos. Pero también es la generación que empieza a preocuparse por el medio ambiente, es la responsable de crear la economía colaborativa, pone atención en un estilo de vida saludable...».

  • Generación alfa (desde 2010): «Es la primera generación en nacer en un mundo 100% digital y les define la hiperconexión. La mayoría de los trabajos a los que se vayan a dedicar están aún por inventarse. Habrá que observar las secuelas que la crisis sanitaria tendrá en esta población especialmente vulnerable. Respecto a la diversidad de género y sexual, las generaciones anteriores nos hemos criado en unas 'cárceles' que encerraban lo que supone ser hombre o mujer y todos nos hemos sentido en algún monento que no encajábamos. En los alfas veo masculinidades y feminidades más relajadas».

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