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solange vázquez
Sábado, 19 de diciembre 2020, 00:29
Ha habido tantos tabúes acerca del orgasmo a lo largo de la historia que ha quedado envuelto en una neblina de leyendas, mitos y mentiras. Los sexólogos Santiago Frago y Nayara Malnero indican qué es ficción y qué es realidad.
«La duda indica que no has tenido un orgasmo. El orgasmo es una experiencia singular y una mujer que lo ha sentido no tiene dudas», sentencia Frago. Entre un 10 y un 15% de las mujeres nunca han tenido un orgasmo. En los hombres, eyaculación y orgasmo suelen ir unidos, así que tienen menos dudas.
«Si una mujer nunca tiene orgasmos despierta, suele tener orgasmos durmiendo en algún momento de su vida. Es una realidad», afirma Frago.
Nayara Malnero se muestra tajante: sí. Lo tienen más complicado para engañar, pero lo hacen. «Con preservativo es más fácil», indica. ¿Por qué lo hacen? Por lo mismo que las mujeres: por no herir egos.
«No, aunque sí hay modos diferentes de llegar a ellos. No hay orgasmos vaginales, clitoridianos, pectorales, linguales… Y, desde luego, el coito vaginal no es la manera más lógica de que una mujer llegue a él, porque la vagina es un órgano con discreta sensibilidad. La sede central del orgasmo reside en el clítoris, que puede ser estimulado directamente o indirectamente con la penetración vaginal», desarrolla Frago.
Hay mucha mitología en torno al punto G, ubicado en los genitales femeninos. Incluso hay quien cree que es leyenda. Pero no, no lo es, existe. Su estimulación provoca orgasmos intensos y distintos a los demás. De ahí que se busque como si fuese el arca perdida de Indiana Jones. Pero, ojo, «tampoco es un botón mágico», aclara la sexóloga Nayara Malnero. «Es una zona extrasensible, pero hay que estimularla», aclara. No vale con encontrarla y pulsar como si estuvieses llamando al ascensor.
«Nooo. Es todo psicológico. La vagina mide unos ocho centímetros. Es algo absurdo», indica Malnero. El poder de un pene grande está en nuestras cabezas, en que podamos sentirnos más o menos atraídos por un miembro así, lo mismo que podemos dar importancia a la estatura o el tamaño de los pechos. Si en tu mente le das importancia, la tendrá, claro, pero no por razones objetivas. Lamentablemente, es un tema que trae a muchos hombres de cabeza. Pero, como recalcan una y otra vez Malnero y Frago, hay que recordar que pocas mujeres llegan al orgasmo sólo con la penetración vaginal. Seguimos viviendo en una sociedad falocrática, sí. Aunque, si echamos un vistazo a la juguetería erótica para mujeres, veremos que cada vez hay menos artilugios 'penetradores' y más para estimular puntos como el clítoris.
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