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Solange Vázquez
Martes, 16 de mayo 2023
Parémonos a pensar: ¿hemos visto demasiada pornografía? Cómo saberlo (demasiado es un concepto muy elástico). Si no somos capaces de valorarlo por aquello de la subjetividad, pasemos al plan B, una 'encuesta' rápida entre quienes tenemos alrededor. Seguro que la mayoría contesta que no, que ... para nada se ha excedido y si lo ponemos en duda es más que probable que hasta se ofendan un poco. Esto es porque creemos que este tipo de contenidos sexuales son inocuos salvo que invirtamos horas y horas viéndolos.
Error. A veces no depende tanto del tiempo que hayamos dedicado a ello –aunque es una variable– como de la huella que nos deja. ¿Y si estamos todos más 'pornificados' de lo que creemos? Según los estudios más recientes realizados en nuestro país, se estima que con unas 1.000 horas de pornografía en nuestro historial ya empezaría a perfilarse un problema... y se ha detectado que, ahora mismo, este 'límite' ya suele cumplirse «en los siete años que dura la adolescencia», explica Alejandro Villena, psicólogo general sanitario, sexólogo clínico y toda una referencia en España en adicción al porno. «Imaginemos cuántas horas lleva acumuladas una persona de 30 ó 40 años...», añade.
Entre los consumidores habituales y 'no obsesionados' hay más de un 70% de hombres, sin embargo, tal y como recalca Villena, cuando el uso ya es una adicción la diferencia entre sexos se diluye: entre las mujeres hay de un 3 a un 7% de adictas y entre los varones la prevalencia ronda un 10%. «Pero ellas lo pasan peor, sufren más, viven su 'enganche' a la pornografía de forma mucho más ansiosa y con más sentimiento de culpa», indica el especialista, que nos da unas claves para ayudarnos a sopesar si estamos más 'pornificados' (influidos y condicionados por el porno) de lo creemos.
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Puede que no veas muchas horas de porno, pero si lo necesitas para dormir o regular el estrés... eso es una adicción. Villena, autor de 'Por qué no?' (editorial Alienta), ha visto a gente en consulta que afirma que no puede pegar ojo sin su 'ración.
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Para el experto, esta es una de las claves. «Se lo pregunto a veces a mis alumnos jóvenes: '¿eres capaz de estar un mes entero sin porno?' Si las respuesta es no, hay que empezar a pensar que estamos enganchados. A algunos cuando les pregunto esto me contestan que no pueden ni un mes ni un día», afirma. Es más, es propio de la adicción que cada vez necesiten más porno y más extremo.
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Una realidad del ser humano: cuando aprendemos algo, tendemos a ponerlo en práctica, conscientemente o no. «Tratamos de imitar lo que hemos visto en el porno y teniendo en cuenta que la mayoría de estos contenidos cosifican a las personas... ahí tendríamos un problema.Vamos a tender a comportarnos en la cama y en nuestro día a día bajo esos parámetros», indica Villena.Si notas o te transmiten tus parejas sexuales que se sienten como objetos, como parte de un guión, en tu cabeza has acumulado, posiblemente, mucho porno. Y si cuando estamos con alguien, nos sentimos como actuando y centrándonos mucho en nuestro rendimiento sexual, posiblemente, también hemos cruzado una línea roja.
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«Mucha gente se acostumbra a que su deseo se desate con los estímulos artificiales y rápidos de la pornografía. Y luego en el cara a cara tienen problemas para responder», afirma el especialista. A esto se le llama 'preferencia pornográfica'. El cerebro es un gran ahorrador energético: si le ofrecemos un recurso rápido y de poco desgaste lo va a preferir a otro que sea más lento y que requiera más esfuerzo. «Hay adictos que hasta acaban perdiendo el deseo por la pareja», añade el experto. Según apunta, hay estudios, «como uno publicado por la la American Journal Of Urology, que concluyen que cuanto más tiempo pasa un hombre consumiendo pornografía, mayor dificultad para alcanzar la eyaculación y el orgasmo».
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«Hay quienes han sido despedidas del trabajo por ver porno», recuerda Villena. Puede ser algo puntual, pero generalmente se trata de casos de personas que no se pueden contener, que lo necesitan y que, por tanto, buscan huecos en cualquier lugar o situación para dar rienda suelta a su adición. «En el colegio, en una reunión familiar... en cualquier sitio lo hacen», subraya.
«Ante la sospecha de una adicción se puede utilizar este cuestionario –apunta Alejandro Villena–. Una puntuación superior a 20 refleja un posible uso problemático de la pornografía». Hay que pensar en los seis últimos meses y puntuar de 1 a 7 estas afirmaciones (1 es 'nunca' y 7 'todo el tiempo').
-He sentido que el porno es una parte importante de mi vida.
-Me he estresado cuando algo me ha impedido ver porno.
-He liberado tensiones viendo porno.
-He sentido que cada vez necesitaba más porno para satisfacer mis necesidades.
-He abandonado otras actividades lúdicas por ver porno.
-Cuando me he prometido dejar de ver porno sólo he conseguido hacerlo por poco tiempo.
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