Primeros amores... ¿primeros horrores?
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Nuevas y sutiles formas de maltrato despistan a los jóvenes, incapaces de identificarlasQuién no recuerda el primer amor? Todo por descubrir, la sensación de poder tocar el cielo con la mano, mariposas en el estómago, estremecimientos con un simple roce, no poder quitarte la sonrisa de la cara (ni en un funeral), notar que levitas varios centímetros sobre el suelo... Qué bonito y qué inocente todo. Aún sin las muescas de las decepciones, de los primeros desengaños. Porque estrenarse en el amor y en las relaciones sexuales –vayan juntos o no– es el inicio de un aprendizaje que dura... bueno, toda la vida. Chicas y chicos emprenden este camino como un lienzo en blanco, sin la defensa que da la experiencia. Y por ello son muy vulnerables –sobre todo ellas– a la violencia en pareja. ¿La razón? Puede que sepan que un bofetón es maltrato. Eso no deja lugar a demasiadas dudas. Pero hay otras conductas muy negativas que toleran porque son más sutiles o están relacionadas con las nuevas tecnologías, un terreno aún sin leyes morales bien asentadas, donde parece que todo vale.
Según los últimos estudios del Gobierno central, aunque el 96% de las chicas y el 92% de los chicos consideran inaceptable la violencia de género, no todas las formas de maltrato concitan el mismo rechazo ni son identificadas: uno de cada tres jóvenes cree inevitable o aceptable en algunas circunstancias controlar los horarios de la pareja o impedir que vea a su familia o amistades, por ejemplo.
Según datos de 2015, el porcentaje de mujeres jóvenes de 16 a 19 años que habían sufrido violencia de control en el último año ascendía al 25%. Mensajes como 'los celos significan amor', que se perpetúan de generación en generación –más de un tercio de los jóvenes escuchan esta expresión a menudo, la mayoría de las veces de boca de adultos (¿responsables?)–, no ayudan a los principiantes en las relaciones de pareja.
En este sentido, los expertos hacen un llamamiento a padres y madres: hay que romper esa cadena de lemas carcas y dañinos sobre el amor. «Deben educar más en el respeto y no hacer diferencias discriminativas entre hijos e hijas, que, además, aprenden lo que es una relación de pareja viéndoles a ellos, así que… a dar ejemplo», urgen las sexólogas del centro Albora Bide, Mertxe Gil y Lurdes Lavado. Ellas tiene experiencia en el trato con adolescentes, a los que dan charlas en las aulas, aunque al final escuchan más que hablan. Y lo que oyen...
«La violencia que solemos ver es de dos tipos. Tenemos los que se dan de tortas o se empujan, las acorralan contra la pared, las cogen del cuello, a veces las obligan a tener relaciones sexuales sin que ellas tengan ganas... Como entre adultos, por decirlo en una frase simple y clara. Pero la forma de violencia que ejerce la gran mayoría es a través del control», explican. Unos ejemplos: algunos piden que les manden una foto para comprobar si es verdad que su pareja está donde dice, otros obligan a la chica a cambiarse de ropa... Son formas sutiles en apariencia, pero igual de peligrosas», indica. Quizá unas décadas más tarde estas 'peticiones' acaben en reprimenda y ruptura. Pero, siendo muy jóvenes... no sabes dónde poner la línea roja.
Mertxe gil y lurdes lavado, sexólogas
aida martorell
¿Qué hacer para evitar que los primeros amores se conviertan en primeros horrores? Estar atentos a unas frases clave que pueden servir como alerta. Así lo pone de manifiesto la influencer Aida Martorell en su libro 'Si duele, seguro que no es amor' (Libros Cúpula), donde cuenta a los más jóvenes –ella tiene 19 años, más de 1.800.000 seguidores en Tik Tok y casi un millón en Instagram– las implicaciones de estas actitudes. «A veces no nos damos cuenta de dónde nos metemos hasta que estamos de mierda hasta el cuello. En esas ocasiones, como no nos echen una mano, de ahí no podremos salir…», advierte. He aquí una ayuda en forma de tres de las frases que recoge en el libro, que son para echar a correr sin mirar atrás.
Es una señal inequívoca de que quieren tener el control sobre ti. De que te 'espían'. «El móvil y todo lo que se publica en redes sociales son la nueva versión de la violencia. Tiempos nuevos, formas nuevas», afirman las sexólogas.
Broncas si has puesto una foto en tu perfil o tu estado de whatsapp que no le parezca bien, si has publicado en Instagram o Facebook imágenes con amigas y había algún chico, si no sabía que ibas a no sé dónde y lo ve en las redes… Las expertas han visto todos estos casos entre gente muy joven. «Algunos hasta piden a sus parejas ver los chats que han mantenido con algunas personas. Otros se superan a sí mismos exigiendo que corten la relación de amistad con alguien por whatsapp, delante de ellos», enumeran. Algunas adolescentes les han confesado que se han visto obligadas a entrar en Google para mostrar a su novio su historial de navegación. En este sentido, Martorell recalca en el libro que, si no hay confianza mutua entre los miembros de la pareja..., mal. Cada uno necesita «su espacio».
Martorell subraya esta frase como una forma de maltrato aplicable a muchos ámbitos, pero especialmente preocupante en la esfera sexual. «No le debes sexo a tu pareja. Nunca», dice, tajante. ¡¿Chicos y chicas jóvenes que tiene relaciones por 'obligación'?! Sí, hay muchos casos. «El chantaje emocional de 'si no follas conmigo, corto' ha existido toda la vida y desgraciadamente sigue vigente –admiten las sexólogas–. El machismo y la sumisión de la mujer no ha pasado a la historia».
La influencer, que ha escrito el libro basándose en experiencias personales, indica que este tipo de frases son señales nefastas. Denotan celos y los celos «nunca son amor», reitera. La joven confiesa que ha sido celosa con su actual pareja, Marcos, pero que en los primeros compases de su relación él cortó esa espiral apelando a la confianza mutua que se deben tener. Y Aida lo entedió perfectamente. «Los celos son control, maltrato, violencia –zanjan Gil y Lavado–. Y no se debe esperar a que el otro cambie: eso puede suceder o no, pero en el presente es lo que es y has de salir corriendo de ahí».
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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