
Vivir | Salud
«Mi hijo se ha tragado una moneda, ¿qué hago?»Secciones
Servicios
Destacamos
Vivir | Salud
«Mi hijo se ha tragado una moneda, ¿qué hago?»Los niños, sobre todo los más pequeños, pasan por una fase que a los padres se les suele hacer eterna, en la que se llevan ... todo a la boca. Y cuando decimos todo, es todo. Da igual que sea comestible o no. Lo mismo se meten una canica, que una colilla que encuentran en el suelo, que la pila del mando a distancia o una pluma. La mayoría de las veces, la ocurrencia se queda en una anécdota más y el niño expulsa el objeto que se ha tragado sin mayor dificultad, pero no siempre ocurre así. Aunque los pediatras atienden casos por ingestión de cuerpos extraños todo el año, insisten en que las vacaciones son temporada alta para este tipo de accidentes.
Así que bien atentos a lo que se llevan los críos a la boca estos días porque no es lo mismo tragarse una moneda, un globo, un alfiler o un imán. «Por suerte, en ocho de cada diez casos la pieza se elimina por las heces y en más de la mitad de las ocasiones los padres no llegan ni a visualizarlo», adelanta la pediatra Lucía Galán, conocida en redes sociales como 'Lucía, mi pediatra'.
El número uno indiscutible de los objetos que más se tragan los menores lo ocupan las monedas, que representan nada menos que el 60% de los casos. «No suelen dar muchos problemas. Pasan el esófago y se expulsan directamente por las heces», puntualizan en la Asociación Española de Pediatría (AEP). No ocurre lo mismo con los globos, considerados uno de los elementos más peligrosos «porque el riesgo de asfixia es muy alto, hinchados, sin hinchar o ya explotados. De hecho, están absolutamente desaconsejados para niños menores de cinco años y no se deben inflar sin supervisión de un adulto hasta por lo menos los ocho. Los globos se pueden quedar adheridos en el interior de la boca, la tráquea... causando, como poco, un atragantamiento. Tres de cada cuatro muertes por aspiración de cuerpo extraño no alimentario son por globos», alertan en la Asociación Nacional de Seguridad Infantil.
Leyenda urbana
¿El chicle se pega en las tripas? Tranquilos, los chicles no se pegan al estómago. «Será complicado convencer a los abuelos de esto, pero es así. Las paredes del estómago están cubiertas por una mucosa que hace que el chicle se deslice sin mayor problema», explican en el Consejo General del Colegio de Dentistas de España. En términos generales se recomienda no dar esta chuchería a niños menores de 5 años «por el riesgo de atragantamiento». A partir de esa edad, su consumo debe ser vigilado y limitado. También hay que tener especial cuidado con los menores que llevan aparatos de ortodoncia fija.
La doctora Galán, autora del bestseller 'El Gran Libro de Lucía mi Pediatra' (Ed. Planeta), explica cómo actuar en función del cuerpo que se traguen los niños. Al margen del objeto, «si el menor presenta en algún momento vómitos, dolor abdominal o sangre en las deposiciones, se debe acudir a urgencias».
Objetos redondeados, ovales o con forma de dado o ladrillo: en estos casos no suele ser necesaria la hospitalización. La recomendación de la especialista es ofrecer al niño una dieta rica en fibra (verduras, fruta...) y observar las heces. «Si en un plazo de 5 o 7 días no se ha expulsado el objeto se debe acudir de nuevo al hospital».
Alfileres, agujas, cristales, imperdibles abiertos: si el crío se ha tragado un objeto afilado, «se aconseja ingresarlo y hacer una radiografía diaria». Puede que sea necesaria una intervención.
Objetos alargados como huesos, plumas, lápices...: se suelen complicar con relativa frecuencia porque les cuesta mucho atravesar los pasos más estrechos del aparato digestivo. «En estos casos, se ingresa al niño para someterlo a una vigilarncia más estrecha y se interviene si tiene síntomas».
Pilas de botón: cuidado con este tipo de pilas porque son muy atractivas para los niños, pero también muy peligrosas. «Tienen mercurio, cinc, óxido de plata, litio y, en ocasiones, hidróxido sódico o potásico. Son altamente corrosivas, por lo que se recomienda su extracción siempre, independientemente de dónde esté localizada la pila».
Imanes: si solamente se traga uno, se puede equiparar a un objeto redondeado y esperar a que lo expulse. «Ahora bien, como se trague varios o un imán con otras piezas metálicas, el riesgo de complicaciones y perforación intestinal es alto, por lo que se deben extraer de inmediato. Las piezas se podrían ir uniendo en distintos niveles del intestino, quedando atrapadas en esas zonas, con el alto riesgo que eso conlleva».
En cuanto a las localizaciones más frecuentes del objeto una vez ingerido son el estómago en seis de cada diez casos y el esófago (en un 20%), mientras que en el resto de los casos ese cuerpo extraño ya estará en el intestino delgado y ahí el riesgo de complicaciones es bajísimo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.