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Julio Arrieta
Lunes, 3 de febrero 2025, 18:59
Seguro que ha vivido alguna (incómoda) experiencia como esta alguna vez: recibe una visita en su lugar de trabajo, la de una amistad o un familiar, y llega el momento de presentar a sus compañeros. Entre ellos, a esa amiga con la que lleva trabajando ... tres décadas. Es más, hasta estudiaron juntos. «Mira, te voy a presentar. Esta es... eh... eh... glup. ¡Perdona, que se me ha olvidado tu nombre!»
¿Y cuando nos topamos por la calle con un viejo conocido y no recordamos cómo se llama hasta que ya se ha marchado? ¿Y cuando tenemos ese título de película, ese lugar, ese dato, 'en la punta de la lengua'? Llamamos lapsus o simplemente despistes a este tipo de olvidos o errores momentáneos. Pero si se nos ocurre consultar el asunto en Google porque creemos que nos pasamos de despistados, nos toparemos con un concepto de nombre impresionante: parapraxis o también parapraxia, en plural, del griego, 'acto fallido'. ¿De qué se trata?
El fenómeno fue definido por primera vez por Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, como una manifestación del subconsciente en forma de un equívoco en la expresión consciente. Freud se refirió a estos pequeños fallos en el libro 'Psicopatología de la vida cotidiana' (1901), donde los explicó como expresiones de deseos o conflictos inconscientes. Es decir, estaríamos diciendo con el error lo que no nos atrevemos a decir con palabras. Por ello también nos referimos a estas faltas con el término 'lapsus freudiano', aunque él los llamó 'Fehlleistungen', que significa precisamente 'actos fallidos'.
También podríamos llamarlos simplemente «pequeños errores de la vida cotidiana», apunta María Jesús Maldonado, psicóloga clínica de la Sección de Neuropsicología del Colegio de la Psicología de Madrid. Tanto los lapsus «como las parapraxias –y las paramnesias, y las parafasias...– tienen en común que el ser humano no tiene una mente perfecta» porque «no somos máquinas, afortunadamente». Lo esperable es que aparezcan algunos de estos fallos en todos nosotros de vez en cuando y que no tengan mayor trascendencia.
Ahora, los especialistas acotan y definen estos errores en función del proceso cognitivo que se ve afectado en ellos: la memoria, el movimiento, el lenguaje... Así, los errores al decir una palabra sustituyendo un término por otro se llaman parafasias. Pueden ser tanto semánticas –«por ejemplo, decir 'gato' cuando queremos decir 'perro'»–, como fonéticas, «como decir 'fleco' en vez de 'flexo'». Maldonado observa que «en algunas condiciones neurológicas, como las de los pacientes que han sufrido accidentes cerebrovasculares en el lado izquierdo del cerebro, que es donde suele localizarse el lenguaje, las parafasias y este fenómeno de 'tenerlo en la punta de la lengua' son muy frecuentes «y afectan a su vida cotidiana».
Lo esperable es que todos nosotros experimentemos estos pequeños fallos con cierta frecuencia, «y hasta aquí todo es normal», subraya María Jesús Maldonado. Si empiezan a darse de modo mucho más frecuente de lo que cabría esperarse por la edad –por ejemplo, el fenómeno de 'tener la palabra en la punta de la lengua' es más frecuente cuanto mayores somos–, «ahí sí se podría pensar en hacer una visita a un profesional para que valore los síntomas», apunta la especialista. Hay psicólogos especializados en este tipo de valoraciones neuropsicológicas que pueden aclarar si existe un problema real o solo se trata de los despistes que tenemos todos.
La versión «claramente patológica de este fenómeno se llama afasia» e implica un trastorno neurológico subyacente. En una afasia, el paciente «tiene claro el concepto, sabe lo que es una mesa, una casa... y el significado, pero no es capaz de encontrar la forma de la palabra, la sucesión de sonidos para nombrar el concepto. En casos severos, el paciente «no es capaz de decir ninguna palabra».
Por parapraxias se entienden concretamente los «errores al realizar conductas que normalmente son muy automáticas; por ejemplo, intentar utilizar un bolígrafo como si fuera un cuchillo». Son menos frecuentes que las parafasias, «pero la mayoría de nosotros hemos tenido la experiencia alguna vez de quedarnos bloqueados momentáneamente cuando tenemos que hacer conductas muy automáticas». Es cuando sentimos que «hemos perdido el hilo» de lo que estábamos haciendo.
También están las paramnesias, que tienen que ver con errores en la memoria. «El más famoso es el 'dejá vu', en el que aparece un reconocimiento sin recuerdo. Es decir, ante una situación nueva –que, por tanto, la persona es imposible que recuerde–, surge una sensación de familiaridad con la situación». Es esta sensación de «esto ya lo he vivido antes». «Es un pequeño engaño de nuestro cerebro, que genera estos pequeños errores? «Si eliminamos las causas neurológicas», esto es, las que provocan estos fallos pero en un grado mucho más alto de lo normal, «podemos decir que el cansancio y el estrés pueden aumentar un poco la presencia de estos fenómenos». Estos factores pueden hacer que el proceso mental se detenga o se equivoque brevemente.
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