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«En verano, mientras la gente está de vacaciones, disfrutando del sol y la playa, es cuando a nosotros nos toca dar más el callo»francisco josé fajardo
Sábado, 21 de agosto 2021, 00:01
Trabajan «cuando los demás están de vacaciones, para que los turistas las disfruten al máximo». Realizan una labor a veces silenciada, pero imprescindible para que todo esté como tiene que estar. Así explican Pino Rodríguez y Ana Dolores Gutiérrez sus quehaceres diarios como gobernanta y camarera de piso de hotel Gloria Palace San Agustín Thalasso & Hotel en el sur de la isla de Gran Canaria. Afrontan el pausado repunte del turismo con muchas ganas después del cierre forzoso a causa del coronavirus que todo lo trastocó y no dudan a la hora de sacrificar el verano para trabajar. «Nuestra empresa y los clientes se lo merecen», dicen sin titubeos.
El equipo de trabajo con el que cuentan los responsables del hotel está compuesto por Pino como gobernanta, tres subgobernantas, además de los 'valet' (mozos), cristaleros y camareras de piso. «Somos unas 30 personas que trabajan a diario para que todo esté limpio y en su sitio», cuenta Pino, que atesora más de dos décadas de experiencia en el sector turístico de las Islas Canarias.
Ella no considera que desempeñen un trabajo solo orientado a las mujeres «aunque es cierto que somos la mayoría, pero no creo que sea algo a tener en cuenta puesto que, por ejemplo, los valet -los que mueven las camas, sacan la basura, la ropa, limpian cristales- desempeñan el trabajo más duro y que más esfuerzo físico requiere y todos son hombres», resalta la gobernanta de uno de los hoteles más importantes y reconocidos del sur de Gran Canaria, una isla que trata de recuperar la normalidad después de más de un año aciago por culpa de un virus que golpeó a todos los sectores en general y al turismo muy en particular.
«Cuando la gente disfruta de sus vacaciones es cuando nosotros trabajamos sin parar, es cierto, pero sabemos que el sector turístico es así y estamos concienciados. Es nuestro trabajo y así lo entendemos», narra Pino mientras responde numerosas llamadas de compañeras que están preparando las entradas de turistas del día. «Es un trabajo intenso, pero es que nos dedicamos a la hostelería y no nos queda otra que estar toda la semana trabajando para que los demás puedan disfrutar de las mejores vacaciones posibles. Estamos los domingos, los puentes, el mes de agosto, Navidades, Semana Santa… todas aquellas fechas en las que la gente lo pasa en grande, disfruta del sol y la playa, es cuando a nosotros nos toca dar el callo», reconoce algo resignada, pero con la satisfacción del trabajo bien hecho.
En San Agustín, los meses que más trabajo hay en el hotel Gloria Palace son los de julio, agosto y las Navidades. «En verano es cuando más canarios y españoles hay y suelen ocupar las habitaciones con tres o cuatro personas y eso da mucho más trabajo. En la época alta de turismo para nosotros, que es después del verano, el tipo de cliente que nos visita es muy diferente ya que se trata de extranjeros que vienen mayoritariamente en pareja y la ocupación es más estable, por lo que el trabajo es más lineal», detalla a la vez que reconoce que cada tipo de turista tiene sus particularidades. «El cliente local se levanta más tarde que los extranjeros y por eso arreglamos las habitaciones de estos últimos antes, puesto que desde muy pronto ya han salido».
Entre el canario y el peninsular también hay «diferencias» pero, sobre todo, «en lo que respecta a nuestro trabajo, lo notamos en que el turista local se marcha del hotel mucho más tarde e intenta apurar el día al máximo mientras que el que viene de fuera está supeditado a los horarios de vuelo y sabemos a qué hora exacta podemos tener la habitación disponible».
En el Gloria Palace San Agustín Thalasso & Hotel cuentan con una plantilla fija pero luego se va complementando en base a la ocupación que tenga el establecimiento. «Tenemos un equipo fijo, pero luego vamos en función de la gente que venga cada semana y eso lo controlamos siempre», sostiene Pino Rodríguez. Por ejemplo, «en octubre si estamos llenos sabemos que necesitamos 40 personas, por lo que hacemos contratos por seis meses que cubran esa época del año y el verano, o que se acaben con la Semana Santa que baja la ocupación», explica. En el caso de la cadena Gloria Thalasso & Hotels, al tener tres hoteles en la isla, se intercambian trabajadores en base a las necesidades que puedan tener en uno u otro establecimiento.
A la máxima responsable de la limpieza y acondicionamiento de las habitaciones y zonas comunes de hotel no le gusta el término de Kelly que se utiliza para llamar a las personas que se dedican a este cometido: «Me molesta que se nos llame así, me fastidia. Entiendo a las personas que están en esa situación porque sufren situaciones que no se pueden permitir en ningún caso, pero no pasa lo mismo en todos los sitios. En nuestra empresa el personal no trabaja ni un minuto más de las ocho horas que establece su contrato, disfrutan de sus días libres y el control de habitaciones. Respetamos los contratos, las condiciones de trabajo y el descanso y todos tenemos unas condiciones laborales de 48 días de vacaciones al año y las camareras, por ejemplo, cobran unos 1.300 euros al mes, además de las propinas», exclama.
Es un «trabajo bastante sacrificado», describe, pero «en general muy respetado por los clientes», añade. «Hay muchos que incluso te dicen que no quieren que limpies nada porque nos ven en algún momento concreto algo agobiadas. Te encuentras con gente de todo tipo, aunque es verdad que hay un pequeño porcentaje de huéspedes que nos ven como si fuéramos sus chachas y no es así». Muchos les dejan buenas propinas, aunque es «por épocas y depende del tipo de cliente que se aloja en esa época».
Una labor intensa pero vital para cualquier establecimiento hotelero. Ellas trabajan a diario para el disfrute de los demás, para que los turistas, en un abrir y cerrar de ojos, como por arte de magia, vean sus camas hechas y sus toallas limpias bien colocadas.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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