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Para medir la edad de las pinturas, uno de los métodos más empleados era el Carbono 14. Sin embargo, a partir de 2012, en las investigaciones de varias cuevas de la cornisa cantábrica se usó el Uranio-Torio, un sistema que a través ... de un proceso radiológico mide la edad tomando como base la desintegración radiactiva del uranio de las costras de calcita asociadas a las pinturas. Este método tiene un límite de edad de algo más de 500.000 años, muy superior a los 50.000 de la habitual datación por radiocarbono.
El estudio empieza tomando pequeños fragmentos de calcita, una especie de costra fruto de la acumulación durante miles de años del agua que pasa por encima de la piedra. El proceso geológico termina convirtiendo ese agua en pequeñas costras que los investigadores van quitando sin llegar a tocar las pinturas. Nuevas dataciones del estudio proceden de tres cuevas españolas: Ardales (Málaga), Maltravieso (Cáceres) y La Pasiega, en Puente Viesgo. En todas se certifica una antigüedad remota hasta ahora insospechada. «Cada trozo de calcita lo seleccionamos para ver distintas fases del proceso geológico de lo que hay encima de la pintura, de esta manera conseguimos más de una fecha en toda una secuencia», explica Marcos García Díez.
Dicha secuencia se refiere a que la parte más externa de la costra es la más 'joven' (unos 12.000 años) y la más cercana a la pintura de unos 40.000, y el método funciona cuando esa secuencia «es coherente». «De La Pasiega hemos conseguido tres fechas», dice, y la más antigua data de 64.800 años, una representación basada en dos líneas verticales y largas, más o menos paralelas, que se unen con otras por líneas horizontales. Las conclusiones de la investigación determinan también que una mano pintada en negativo en Maltravieso fue realizada al menos hace 66.700 años, y que una formación de calcita fue cubierta de pintura hace al menos 65.500 años en la gruta de Ardales.
El trabajo de Marcos García consistió en la interpretación y selección de muestras. «Antes de hacer el estudio buscamos el lugar idóneo, luego otros compañeros toman las muestras de calcita, y la documentación siempre es doble de dónde y cómo la toman». Además, explica, los resultados se datan en dos laboratorios, en Alemania (Instituto Max Planck) y en Inglaterra, en la Universidad de Southampton.
Para el proyecto de investigación que este jueves ha visto al luz en forma de artículo en la prestigiosa revista 'Science', el equipo de catorce investigadores de cinco países «ha recibido cero euros españoles, más allá de mi sueldo como trabajador de la Universidad Isabel I de Burgos», responde Marcos García al ser preguntado por el origen de los fondos. «La principal fuente de financiación ha llegado de Inglaterra, de la revista National Geographic (EE UU) y del instituto alemán Max Planck, a pesar de que la mitad del equipo éramos investigadores españoles».
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