Doce procesiones y dos mil cofrades recorrerán las calles de Santander

Desde hoy la actividad es enorme en la carpa de las imágenes de la Plaza Porticada en donde el público podrá admirar de cerca las distintas imágenes. La más antigua que procesiona es la de la Virgen de la Amargura, de la que se tiene conocimiento que ya desfilaba en 1909. La más moderna es el Cristo Crucificado, obra de la escultora Gema Soldevilla, del año 2017.

Teresa Saro, presidenta de la Junta de Cofradías Penitenciales de Santander y miembro de la Cofradía de la Merced, comenta que «las procesiones son un catecismo vivo, por eso hay que tratarlas con respeto y cuidarlas». Y, en este sentido, la puesta en escena es muy importante, para conseguir religiosidad. Así, el Lunes Santo, de las 22.30 horas hasta la medianoche, la iluminación de la calle Cádiz se apagará al paso del paso La Oración del Huerto y en el muro de la catedral se proyectarán imágenes de grandes maestros de la pintura con ese tema. Al tiempo, la coral Santa María de Cueto interpreta distintas obras religiosas en este momento íntimo previo a la parada en los Jardines de Pereda, donde la coral, de nuevo, esperará la llegada del paso.

El domingo por la tarde la Cofradía de la Pasión estrena un paso infantil, que procesionará por el centro de la ciudad desde las seis y cuarto de la tarde (por la Plaza Porticada y Juan de Herrera, fundamentalmente). Una procesión sólo de niños, con sus seis costaleros por debajo, arrastrando el paso. También serán niños el mayordomo y el portador de la cruz de guía. Los niños irán acompañados de una banda de 30 músicos, también niños.

Se trata de «una escuela de la cofradía para ir creando afición», dice Manuel I. Díez Prieto, secretario de la Cofradía. El paso es muy pequeño y ligero. Sus medidas son 120 por 80 centímetros y muestra a Jesús en la cruz con el romano Longinos, frente a él a caballo, el soldado que, según la tradición, traspasó el costado del cuerpo de Jesús con su lanza.

Por primera vez, la Virgen de la Amargura saldrá el martes en andas, portada por costaleros. Se calcula que cada uno de ellos llevará 35 kilos encima ya que solo el palio mide 2,5 metros de anchura por 4,5 metros de largo y va sobre una nueva estructura realizada en aluminio. El palio ha sido realizado en dos tipos de seda, con malla de oro, terciopelo morado y dos tipos de oro para el bordado de las flores. El escudo de la congregación pasionista va en la parte trasera y el de la hermandad de nazarenos en el frontal. En el centro, lleva un óvalo con la imagen de la Virgen con hábito pasionista, tal como se cuenta se le apareció al fundador de los pasionistas, San Pablo de la Cruz.

También llevará el paso siete nuevos violeteros, regalo de cofrades, y en cada uno de ellos, su nombre. Han sido realizadas por la orfebrería Garrida, de Córdoba. Los cofrades de la Pasión han trabajado mucho en este proyecto desde hace años. El dinero se ha conseguido con huchas por el barrio, con rifas, con aportaciones de cofrades, venta de lotería y contribuciones extraordinarias de algunos colaboradores. Sólo las bambalinas y el techo del palio han costado 20.000 euros. Pero hay mas: para el futuro, la Pasión quiere dotar a su Virgen de un gran manto.

La Semana Santa no sería posible sin la importantísima labor de la mujeres «que se han incorporado a ella como unos miembros más, sin problema alguno. Las mujeres tienen una gran participación en todos los actos», señala Saro. La mitad de los cofrades son mujeres, en la Junta de Cofradías hay cuatro mujeres (presidenta y vocales de Arte, Piedad y Culto) y otras tantas son hermanas mayores de cofradías».