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Elena Tresgallo
Martes, 23 de mayo 2017, 17:01
El Ojáncano y el Musgoso vuelven a lucir en todo su esplendor en Mina Pepita, pero el Arbolón soportó peor el maltrato de los vándalos el pasado agosto y no se ha podido recuperar, aunque su talla será sustituída por una figura similar. Son ... los seres mitológicos de Mina Pepita en Solares que, meses después, de haber sufrido todo tipo de ataques injustificados, vuelven a lucir en todo su esplendor en un entorno privilegiado del mismo centro urbano de la capital de Medio Cudeyo. Un lugar mágico y un oasis en medio del asfalto.
El Ayuntamiento de Medio Cudeyo, a través de la Concejalía de Parque y Jardines ha contratado una empresa especializada en restauración (Trateggio) para recuperar las figuras y que los seres mitológicos vuelvan a hacer soñar a los niños que las visitan.
Se trata sólo de la primera fase de un trabajo de restauración que ha afectado a dos de las figuras, el Ojáncano que se encuentra justo a la entrada de Mina Pepita, y el Musgoso, otro duende mitológico que está un poco más interno en el parque, entre las grutas y senderos boscosos que dibujan un escenario de cuento fruto de los siglos de explotación minera, junto al Balneario de Solares, que cedió los terrenos.
Según informa el concejal del área, Borja Sañudo, la primera inversión en restauración supera los mil euros de presupuesto, pero está prevista una segunda fase en la que se van a recrear, al menos «otras dos» figuras, que pasarán a formar parte de la colección de seres mitológicos, para potenciar uno de los recursos turísticos del municipio más potentes, junto a La Finca del Marqués de Valdecilla. Los trabajos de la segunda fase se iniciarán en cuanto el Ayuntamiento tenga disponibilidad presupuestaria, y apruebe la cuenta general.
La restauración
Iratxe Alonso y Victoria Alfaro son las dos restauradoras de la empresa cantabra Trattegio que están llevando a cabo el trabajo de reconstrucción y acabado de las figuras mitológicas. Cuando llegaron, los pies del Ojáncano -una figura de más de dos metros y gran envergadura- estaban rotos y pisoteados y tenía un brazo «caído» por el que sobresalían los hierros oxidados que armaban la escultura de malla metálica, rellena y moldeada con espuma de poliuretano. «Nuestro trabajo aquí ha consistido en estudiar de qué esta hecha la figura, para reconstruir con un material igual o el que más se asemeje al original y hacerlo», resumen.
En el caso del Ojáncano y el Musgoso, «les hemos aplicado un poco de cemento y mortero para reconstruirlo, limpiado de óxido la estructura interior y dado grosor en las partes que hemos visto que estaban muy finas», describen técnicamente las restauradoras, cuyo trabajo de acabado ha consistido en pintar con «pintura de silicato» y dar una capa protectora para que se conserven en el exterior.
Según relatan, de las dos figuras, la que más trabajo ha dado ha sido la del Musgoso «porque estaba muy deteriorada, le habían arrancado las orejas, los dedos de las manos con las que sujeta la flauta», describen.
En su opinión, a parte de la evidente agresión vandálica que han sufrido las figuras, también hay otra parte de inconsciencia popular «al estar en un lugar muy accesible», ya que las personas que visitan el parque las «agarran o se suben a los pies», para hacer una foto, sin darse cuenta que las están dañando. «Las figuras están bien construídas, el problema es más por donde están ubicadas», matizan.
Tanto Victoria como Iratxe llevan casi dos décadas dedicándose a la restauración, pero no precisamente de seres mitológicos como les ha tocado hacer ahora, aunque sí de arte mueble, retablos, reconstrucciones de esculturas etcétera.
Entre los trabajos que se les ha encargado ejecutar por la zona está la restauración y limpieza de la portalada de Carlos III en La Cavada y también la restauración del retablo lateral de la Iglesia de Suesa (Ribamontán al Mar), un trabajo que están realizando en la actualidad.
Fuera de Trasmiera han trabajado en la restauración del retablo de la Catedral de Santander, o en la reconstrucción de volúmenes del Banco Santander en la capital, o la restauración de los muebles del salón de plenos del antiguo Ayuntamiento de Comillas, entre otros.
Convivencia ciudadana
El parque de la Mitología en Mina Pepita sólo llevaba poco más de un año inaugurado (2015), cuando sus figuras, construídas por trabajadores municipales, ya eran entretenimiento de los vándalos. Aunque el Consistorio cierra el recinto todas las noches, y se vuelve a abrir por las mañanas, los chicos (en su mayor parte gente muy joven), se cuelan los fines de semana y se gestan los problemas. Es por ello, que desde el Ayuntamiento se apeló entonces, y se vuelve a hacer un llamamiento ahora, a la cooperación ciudadana en la denuncia de este tipo de conductas incívicas, para identificar a los culpables de estos y otros destrozos en la vía urbana.
Al respecto, existe una ordenanza de Convivencia Ciudadana, que prevé importantes sanciones a aplicar en estos casos, que pueden recaer tanto en los chicos, o si son menores, en sus progenitores.
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