Claves para sobrellevar la frustración y la ansiedad de pasar un verano sin vacaciones

La simple idea de unas vacaciones nos hace viajar desde el pensamiento y nos traslada al disfrute de playas paradisiacas, montaña, naturaleza, rincones con encanto, sol, calorcito, deportes, terraceo, familia, amigos, siesta, turismo urbano, museos, festivales, descubrir culturas diferentes, visitar lugares deseados, etcétera. Las vacaciones nos favorecen el dedicarnos tiempo a nosotros mismos, saltarnos horarios, descansar más o realizar actividades que el resto del año no se pueden llevar a cabo. En definitiva, desconectar de la rutina de la vida diaria y, en especial, de la actividad laboral.

Inmersos en plena temporada estival y con ganas de disfrutar del verano, donde la mayoría de las personas mantienen mentalmente la asociación verano-vacaciones, la realidad dista de ser verano igual a vacaciones. En muchos casos y en muchos hogares, este año también toca quedarse en casa, ya sea teniendo vacaciones sin poder cambiar de aires o que toque seguir trabajando sin poder desconectar de la vida laboral. Este tipo de situaciones puede generar en las personas momentos o estados de frustración y ansiedad que dificultan sobrellevar el verano y mantener un equilibrio en la realidad de su vida diaria.

Si este verano eres una de esas personas que por motivos laborales o personales no puedes moverte de tu lugar de residencia, te animo que a que te detengas unos minutos ante estas claves que te servirán para prevenir la ansiedad y la frustración que conlleva no vivir las vacaciones anheladas.

Manejar la frustración de no poder disfrutar de la escapada de verano, pasa primeramente por aceptar el momento presente. Este primer paso te permitirá transformar la sensación de un verano cuesta arriba, en un verano diferente y abierto a descubrir lo que te ofrece tu entorno para desconectar de la rutina y organizar el tiempo que tienes libre.

En la temporada estival, ya sea en grandes ciudades como en localidades pequeñas, las actividades ofertadas son diferentes: teatro y música al aire libre, exposiciones, seminarios, talleres de tiempo libre en fines de semana, etcétera. Incluso en los pueblos más pequeños la vida se ve adaptada y los planes cambian, como reencontrarse con los amigos que viven fuera, pasear cálidamente al atardecer o sentarse a la fresca a conversar con los vecinos…Ya sea si estas de vacaciones en tu casa como si te toca trabajar en verano, aprovecha para informarte de las actividades que puedes hacer durante el tiempo que tengas fuera de tus obligaciones y prepárate para disfrutar de la playa si vives en zona de costa, de los entornos de montaña, de la calma del pueblo o de una gran ciudad descubriendo sus parques, terrazas de verano, museos, festivales, etcétera.

En verano suelen modificarse rutinas como puede ser la de ir al gimnasio y, en muchas ocasiones, nos vemos menos comprometidos con la actividad física. El realizar deporte nos ayuda a fomentar el buen estado de ánimo y reduce indiscutiblemente el estrés. Así es que anímate y lánzate a disfrutar del deporte en verano. ¡Activa tu cuerpo y tu mente te lo agradecerá!

Una de las claves más significativas para manejar los momentos que nos frustran es adoptar una buena actitud. Nos permite no autosabotearnos con un lenguaje negativo de lo que nos pasa y favorece la búsqueda de soluciones u opciones dentro de la realidad. En especial, nos facilita vivir las situaciones con mejor manejo del estrés.

Es importante conectar con uno mismo, si estás trabajando y además tu familia te reclama de forma intensa, recuerda guardar un espacio de tu tiempo para centrar tu atención en ti, aunque sea medía hora de tu día. Busca el momento para un baño relajante, un mini paseo a solas, unos minutos de reflexión y de auto-mimo emocional, centrando tu atención en todo aquello bueno del momento presente. Escúchate y sé compresivo o comprensiva contigo, eso te ayudará a seguir aceptando el momento y a encontrar soluciones al día a día.

La llegada el verano nos invita a comer o cenar con más frecuencia fuera de casa, incluso nos da más pereza cocinar comidas elaboradas y equilibradas. En muchos casos nos vemos picoteando más y comiendo menos saludable. Una alimentación sana y equilibrada nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos. Recordemos que también «somos lo que comemos».

Es posible que parte de tus amigos y seres queridos sí hayan podido hacer la escapada de vacaciones, pero si tienes a tu lado a otros seres queridos, dedícales un tiempo para juntaros y hacer algo que os guste que se salga de la rutina del resto del año. Juntarse para una barbacoa, quedar para salir a pasear o aprovechar los ratos libres para ir a la piscina, al campo, a la playa o tomarse algo en una terraza de verano.

Todo ser humano necesita recargar pilas y el sueño es vital para un día a día equilibrado y con buena energía. Con la llegada del verano, más horas de luz y el calor, el ambiente nos invita, sin darnos cuenta, a dormir menos. Cada persona necesitamos unas horas mínimas de sueño para afrontar el nuevo día y preservar la mente despejada, recuerda mantener el tiempo de reposo que necesitas para evitar romper un sueño reparador.

¡Disfrutar de un verano sin movernos de nuestro lugar de residencia es posible, especialmente si aceptamos el momento presente y le ponemos actitud!

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