Un verano sin bodas a la vista en Cantabria

Lo que está claro es que el covid-19 ha acabado con los grandes enlaces: «El 70% de nuestras bodas se han pasado al año 2021. Existe demasiada incertidumbre sobre el número de invitados, sobre qué se puede y qué no, si van a poder venir los familiares de otras comunidades...», explica Alvear. Por ello, «las grandes bodas no se van a dar este año. Las que han resistido, se han trasladado a finales de agosto y a septiembre y la mayoría, al otoño. Las que daremos en julio y agosto (las mínimas) son bodas pequeñas», matiza.

Las pruebas de los menús «empiezan unos tres meses antes. Así que imagínate lo desconcertados que están los novios», aclara Sheila Ramírez, comercial del Gran Casino de Santander. «Noto en ellos una gran incertidumbre. Pero nosotros estamos igual porque nadie nos da unas directrices. Vamos a terminar la fase tres, las decisiones las toma el Gobierno de cada comunidad y aún no tenemos ninguna indicación. Nos sentimos un poco abandonados».

Los responsables de organizar estos eventos coinciden en afirmar que las principales razones son «el miedo de muchos invitados a posibles contagios. Hay gente mayor que se lo piensa mucho. También está el problema de la movilidad con esas incertidumbres que se han vivido», cuentan Beatriz González-Pinto y Adelina Rodríguez, de la empresa de organización de eventos Semilla.

Amores también apunta a los problemas económicos de los invitados: «¿Quién no tiene un amigo afectado por un Erte? Es muy probable que en todas las bodas haya más de un invitado en esta situación. Ponerles en la tesitura de tener que pagar viaje (si es de fuera), hotel, traje, regalo..., agobia a muchos novios».

Los regalos también son una parte importante de las bodas. Las listas elaboradas por los novios, en muchas situaciones, se han visto suspendidas. Sin embargo, desde Bodamás (El Corte Inglés), su responsable, Luis Prado, indica que «no tenemos tantos problemas. Incluso diría que es una ventaja, ya que nuestras listas de bodas tienen una vigencia de cinco meses (tres antes del enlace y dos después). Ahora se amplían hasta la nueva fecha del evento, que en algunos casos es incluso de año. Los invitados hacen sus aportaciones y ahí se quedan hasta que los novios necesiten sus regalos».

El fotógrafo Javier Rosendo explica que la antelación con la que se contrata la fotografía es de un año, pero todas sus bodas «se han trasladado al año que viene, con lo cual no hay ingreso esta temporada».

¿Y qué pasa con el viaje de novios? «Pues que siempre nos quedarán las Islas Canarias», apunta Ana Isabel Palazuelos, directora zonal de Globalia. «El temor está en qué no saben a qué países pueden ir. Cuáles no les van a pedir cuarentena... Así que muchos han optado por irse a las Canarias, al menos unos días, y guardar el gran viaje para más adelante. Esto mismo ya sucedió tras el 11-S».

Pero todos estos profesionales tienen un mismo objetivo: «Que no pierdan su ilusión». Así lo explica Ana Santamaría, directora de Rosa Clará. «Hacemos lo posible por quitarles el disgusto. Por ello, nos comprometemos a guardarles el vestido y adaptárselo de cara a la nueva fecha».