El aprendizaje del ayer versus las nuevas generaciones, ¿los estudiantes de hoy ganan o pierden?

La enciclopedia contenía materias como Historia de España, Historia Sagrada, Evangelios, Lengua Española, Aritmética, Geometría, Geografía, Ciencias de la Naturaleza, Formación Familiar y Social, Higiene y Lecciones Conmemorativas. Todo en uno, para no cargar en los largos trayectos a pie a la escuela.

Hoy en día vemos a los niños cargados de libros, uno para cada asignatura, con su correspondiente cuaderno de actividades un profesor para cada materia e infinidad de asignaturas optativas para escoger. Hemos avanzado, disponemos de más conocimientos, somos más exploradores y tenemos más alternativas que entonces porque los medios también han evolucionado. Sin embargo, el método de enseñanza cambia en bucle y cada vez son más cosas, de las de antes, las que nos toca explicar en casa. Algo que, sinceramente, me entristece.

Hoy leía un artículo donde anunciaban que el Consejo de Ministros ha aprobado este martes el proyecto de real decreto de la ESO, donde se elimina la asignatura de Filosofía. Con lo se suprimen en Historia los detalles cronológicos y, a cambio, se estudiarán materias nuevas como Trabajo Monográfico, Servicios a la Comunidad, Formación y Orientación Personal y Profesional, Digitalización o Economía y Emprendimiento, Valores Cívicos y Éticos, donde los alumnos aprenderán sobre 'memoria democrática', 'ecofeminismo', 'ética de los cuidados' y 'derechos LGTBIQ+' y las banderas políticas del Gobierno de coalición. Y todas estas nuevas materias, algunas más que otras, me parecen interesantes, pero me pregunto... ¿Es necesario suprimir las anteriores?

Me cuesta entender que un alumno conozca los cimientos del emprendimiento sin estudiar una guerra, los periodos de hambre, de reconstrucción, de no saber situar una revolución industrial, o sea capaz de analizar sin descubrir la Filosofía y los múltiples beneficios de esta materia para las cuestiones que se plantean en la vida cotidiana.

Me cuesta asumir que seré yo quien explique a mis hijas cómo fue la Conquista de América o qué fue la Revolución Francesa, situar cronológicamente acontecimientos para saber y comprender el porqué de lo sucedido y poder evitar episodios parecidos en el futuro o quiénes eran Sócrates o Platón y sus mil maneras de hacerte pensar.

Desaparecerán también en Matemáticas los logaritmos o el manejo de expresiones radicales, en Lengua y Literatura Castellana gran parte de la historia literaria y Economía dejarán de estudiarse la inflación, el déficit o los planes de pensiones. Algo que suena paradójico, teniendo en cuenta la situación económica que estamos viviendo.

Promueven así la evaluación continua, formativa e integradora en este nuevo criterio, donde se puede pasar de curso sin límite de suspensos. Además, se suprimen los exámenes de recuperación y las calificaciones numéricas.

Me tocará explicar a mis hijas en casa que no es lo mismo un 4 que un 9. Que con un 4 no es suficiente y que hay es necesario esforzarse para llegar a cumplir el objetivo, probablemente, con más sacrificio y que un 9 se premia, pero que sin esfuerzo no es suficiente y puede que valga menos que un 5. Lo haré, porque si no se lo enseño, le perjudicaré y cuando apruebe o suspenda no valorará el esfuerzo empleado. Como en la vida, «nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa». Palabras de Mahatma Gandhi, .

Y puede que muchos piensen que de poco nos sirven ya estos pequeños grandes detalles y se puedan suprimir, pero no olvidemos que es nuestra educación, se trata de nuestra historia, hablamos de nuestros conocimientos y siempre defenderé que el saber nunca ocupa lugar. Yo quiero que las nuevas generaciones sepan de dónde vienen y por qué, que entiendan el pasado para afrontar un futuro, quiero que sean capaces de reflexionar, de cuestionar lo establecido y las diferentes opiniones, porque, y vuelvo al inicio, como decía Álvarez, el autor de la enciclopedia a la que prestó apellido, «uno sólo sabe lo que recuerda». Entonces recordemos más, por qué menos.

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