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Federica Barbaranelli, de cocinera en Cóbreces a colaboradora de la joyería Suárez

CÁNTABROS DMODA ·

Tras cuatro años en Cantabria dirigiendo Federica & Co. en un pueblo de Alfoz de Lloredo, ahora se embarca en una colección de joyas inspiradas en 'El Jardín de las Delicias' del Bosco

MARÍA CALVO

Miércoles, 8 de julio 2020

Federica Barbaranelli es una pirata del siglo XXI que navega contra viento y marea movida por la pasión. Vive en su particular 'Perla Negra', una casona solariega de 1728 escoltada por el bosque de Tramalón y situada en lo alto de Cóbreces. Y de cerca, siempre el mar. Es italiana, cocinera y se instaló en Cantabria por amor. Le cautivó el norte, sus pequeños pueblos de piedra y los paisajes verdes que se funden con el Cantábrico. Un flechazo inmediato, quizás porque ella también se crio en el campo. Concretamente, en una Roma cetrina rodeada de bosques y lagos, subida en un barco, lidiando con la larga tradición marinera de su familia que lleva grabada a fuego en su ADN. Tras cuatro años en nuestra región dirigiendo Federica & Co., ahora se embarca en el quinto concepto que ha montado bajo esta misma marca.

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“De Tuin der Lusten”:El Jardín de las Delicias de El Bosco. Cuando hace varios meses y todavía en la antigua casa de Federica & Co,la @joyeriasuarez me propuso crear,fundiendo nuestros universos,una colección de joyas,me sentí abrumada.Honrada al participar con talentos como Brianda FJStuart,Sally Hambleton,Dragon,Carolina Nasaldua,Carla Fuertes,Nuria Rieza y Vega,juntos hemos diseñado el #jardindesuarez :donde animales fantásticos,criaturas extraordinarias,montes del olvido teñidos de azul,el mar,los cielos y los bosques se encierran en un tríptico mágico q jamás podría imaginar si no se viera con esos ojos q traspasan el velo de lo real.Madroños,libélulas,unicornios,grifones,ciervos,esferas,matraces florentinos,ríos divididos en 4 elementos q mueren en los brazos de la voluptuosidad,nos elevan al mundo del imaginario donde lis bestiarios medievales y la alquimia susurran un vals simbólico que vibra al son del número 3.El número perfecto,q encierra en si mismo el principio y el fin del todo. Y cuando descubrí esa tierra donde mi fantasía se dejaba cautivar por la pasión de un equipo,perdí el rubor y me derretí dentro de este proyecto que iba cogido de la mano de mi propio mundo interior donde todas esas criaturas toman vida y respiran al son de mi latido. Muy pronto veréis el resultado de nuestras piezas ✨#eljardindelasdelicias ✨

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Federica & Co. comenzó su andadura en la madrileña calle Lagasca de un lejano 2003 y ha ido evolucionando conforme evolucionaba también la vida de su propietaria. El Federica & Co. que abrirá sus puertas próximamente no pretende ser un hotel, ni un restaurante, ni una casa de huéspedes. Es un lugar especial que prescinde de etiquetas, donde se puede ir a dormir, aprender a cocinar, celebrar la vida y comprar en su tienda de decoración -casi todos los muebles y objetos de su 'Perla Negra' están a la venta -. En sus jardines te cruzarás con Darwin y Tolkien, sus dos burritos, y con Cash y Dumas, sus amores perrunos.

Entre sus muros cargados de historia y sus suelos quebradizos que crujen al andar, hay una cocina blanca dispuesta a convertirse en el latido de la casa, un lugar donde Federica da rienda suelta a su pasión. Aparte de cocinera y de tener un olfato maestro para la decoración, también es escritora a tiempo parcial y está embarcada en su primera obra. Por si sus roles de empresaria y novelista no le fueran suficientes, también ha tenido tiempo para adentrarse en el mundo del diseño, aceptando el reto que le ha propuesto la prestigiosa joyería Suarez.

'El Jardín de las Delicias' es la nueva colección de joyas que Suárez ha creado en colaboración con ocho artistas de diferentes disciplinas. Todos ellos, han tenido que proponer tres o cuatro diseños botánicos y animales que tuvieran que ver con el trabajo personal de cada uno. Esta iniciativa toma su nombre de la obra maestra del Bosco que está expuesta en el Museo del Prado. Si se mira con lupa este majestuoso tríptico, aún hoy difícil de descifrar, hay cientos de referencias animales y vegetales, algunas reales, otras imaginarias. Seres fantásticos y criaturas extraordinarias que dan vida a uno de los cuadros más misteriosos e interesantes de la historia del arte. Para todos los colaboradores ha sido un reto fascinante intentar detectar cuáles de estos conceptos se podrían reproducir en forma de pendientes, anillos y colgantes.

Joyas de Federica Barbaranelli para 'El Jardín de las Delicias' de Suarez Cortesía de Suarez

En este ecléctico Jardín han puesto su sello personalidades tan dispares como la de la florista Sally Hambleton, la ilustradora y diseñadora de estampados Brianda Fitz James Stuart, la dibujante Carla Fuentes, la ilustradora Nuria Riaza, el tatuador Dragon, la fotógrafa Carolina Nusadua, la cantante y compositora Vega y, como hemos mencionado anteriormente, la cocinera Federica Barbaranelli. Todos con un carácter muy diferente y un estilo muy distinto, aunque coincidentes en su gran talento y sensibilidad.

«Federica nos encantaba desde hace muchos años por su gusto exquisito. Es una persona sin filtro; todo corazón. Ella ha aportado su gusto refinado y nos ha ayudado a dar color y alegría a El Jardín», explican desde Suarez. Sin embargo, Federica se sintió sobrecogida ante una propuesta que, a priori, nada tenía que ver con su universo fantástico. «Yo soy sencillamente cocinera y Suarez para mí es un top. Como es joyería, al principio me sentí abrumada porque no sabía si mi perfil tenía mucho que ver con el proyecto, pero me tocaron el corazón y entonces, claro, ahí ya no se puede hacer nada, porque yo solo hago lo que dice el corazón», comenta Federica.

Joyas de Federica Barbaranelli para 'El Jardín de las Delicias' de Suarez Cortesía de Suarez

En la imaginación de Federica se mezclan lo divino y lo humano, vivencias y fantasía, mitología y realidad, algo que ha sabido plasmar el equipo de Suarez en unas piezas que han diseñado a partir de las ideas de la italiana. Por un lado, Federica ha elegido a la libélula como símbolo de libertad. «Es una criatura oculta y extraña, cuya belleza nace en los estanques en forma de larva y, de manera natural, se transforma en uno de mis insectos favoritos», explica. Su 'libellum' se ha materializado en unos pendientes, un colgante y un anillo , todos realizados en plata, con topacios London Blue y Swiss Blue. Por otro lado, ha seleccionado la flor del almendro, símbolo de la vida eterna y del amor que lo supera todo , que ha quedado reflejada en dos modelos de pendientes, realizados también en plata, con amatistas talla marquise y topacio London Blue talla redonda. El resultado ha sido fruto de un trabajo inspirador que la propia Federica no ha podido definir mejor: «Descubrí esa tierra donde mi fantasía se dejaba cautivar por la pasión de un equipo, perdí el rubor y me derretí dentro de este proyecto que iba cogido de la mano de mi propio mundo interior, donde todas esas criaturas toman vida y respiran al son de mi latido».

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