Consejo de abuela: «Si me pilla el virus, que me pille preparada»
ABUELA A LA ÚLTIMA ·
No puedo, no podemos, dejar que esta situación tan inquietante nos reste vivencias aunque hayan de ser diferentes, cautelosas y responsables a partes igualesSecciones
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ABUELA A LA ÚLTIMA ·
No puedo, no podemos, dejar que esta situación tan inquietante nos reste vivencias aunque hayan de ser diferentes, cautelosas y responsables a partes igualesMe gusta seguir las normas, pero no me gusta cuando me imponen algo desagradable por obligación. No me resigno, no. Y ahora un virus me dice que tengo que llevar la boca tapada, mantener la distancia incluso con aquellos a los que quiero ... e impregnar mis manos con gel hidroalcohólico cada vez que toco algo fuera de mi casa. Es lo que hay, lo acepto. Adaptarse es obligatorio.
Pero si esta nueva realidad impone sus reglas, yo también puedo imponer las mías, ¿no? Hay sensaciones, vivencias y hasta algún pequeño capricho a los que no quiero renunciar.
Porque toda esta situación que estamos atravesando últimamente me hace vivir en una montaña rusa de emociones.
Hay días en los que me vengo arriba llena de optimismo y otros en los que lo veo todo negro con oscuros nubarrones se ciernen sobre el futuro inmediato.
Por eso me rebelo y sigo ilusionándome con lo que siempre me ha gustado, la moda adaptada a mi cuerpo, edad y estilo de vida.
Ponerme un bonito vestido con el que me veo guapa para ir de compras con mi hija, elegir unos pendientes superfavorecedores que combinen con él o calzarme unas sandalias coloridas y cómodas para ir a tomar unas cervezas con mis amigos o mi familia son algunas de las cosas a las que no voy a decir nunca que no.
Pero también disfrutar de una tarde de juegos o de playa con mis nietos, quedar con esa amiga a la que hace mucho que no veo y ponernos al día de nuestras cosas, levantarme temprano y desayunar cerca del mar para luego dejar que las olas me acaricien los pies…
No puedo, no podemos, dejar que ésta situación tan inquietante nos reste vivencias aunque hayan de ser diferentes, cautelosas y responsables a partes iguales.
Si algo he aprendido con la edad -soy abuela y peino canas-, es a priorizar lo verdaderamente importante y a relativizar todo aquello que no me aporte un poco de felicidad, de calma.
Por eso no renuncio a esas pequeñas cosas que, ahora mismo, pueden ser enormes ante mis ojos… Comprar un vestido nuevo, por muy sencillo que sea, puede convertirse en una gran ilusión o comer en mi restaurante favorito ese día especial de celebración puede ser anotado en el calendario como el mejor recuerdo, porque, ¿de qué se compone la vida si no es de momentos especiales camuflados con otros que no lo son?
Si la situación actual es dolorosa y preocupante, ¿por qué no intentar disfrutar de aquello que te apasiona? He decidido que si me pilla el virus, que me pille guapa, poniéndole humor y valor a partes iguales.
La moda tiene dos propósitos: la comodidad y el amor. «La belleza viene si la moda alcanza ambos». Lo dijo Coco Chanel.
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Isabel González Casares
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