«Las fotos bonitas en redes sociales pueden generar ilusión y esperanza»

Internet es un gran aliado para el entretenimiento de toda la familia. No sé que hubiéramos hecho sin él. Clases personalizadas, juegos, aplicaciones y desafíos varios inundan actualmente las redes. Cada uno de nosotros llena las horas de formas muy diversas. Algunos entrenan, hacen gimnasia, zumba, pilates... Otros han descubierto su talento para la cocina o la repostería, y otros ensayan coreografías divertidas.

Hoy me he despertado como cada día y he disfrutado de un tranquilo desayuno. Después unos ejercicios de pilates, seguidos de limpieza y desinfección de la casa (el spray desinfectante parece un apéndice más de mi cuerpo). He preparado la comida y he acabado dando un repaso a las redes sociales.

Leo algunas opiniones de seguidoras con las que intercambios saludos y mensajes habitualmente, y algunas coinciden en algo: les parece frívolo publicar fotos de moda, de tendencias o de vajillas maravillosas adornando sus mesas. Creen que con la que está cayendo no es serio compartir imágenes poco serias mientras otros luchan cada día por cuidarnos, curarnos o que no enfermemos.

Yo me pregunto, ¿por qué no? ¿Por qué no compartir algo sobre nosotras que puede aportar entretenimiento e ilusión? ¿Y si eso que algunos creen frívolo e inadecuado es solo una forma de apartar el dolor, de no pensar en la triste realidad?

¿Y si enseñando ese vestido colorido y veraniego que estrenarás cuando puedas tomarte unas cervezas con tu familia o amigos es solo una forma de decir «ahora estoy en casa, pero me voy a poner bonita porque tengo la certeza de que volveré a disfrutar con mi gente, comiendo en los restaurantes de mi pueblo o ciudad o saboreando un helado junto al mar»?

¿Y si es su manera de transmitír el mensaje de que todo va a ir bien, aunque en el fondo todos sepamos que nada volverá a ser igual para muchos de nosotros?

¿Que mal puede hacer ilusionarte con algo? Sea moda, ocio o cualquier otra cosa que pude hacer que se deje de pensar. ¿Lo contrario repararía el dolor que sufren muchas familias? ¿Cambiaría la desilusión que sufren los que han perdido a un ser querido o se les avecina un futuro incierto?

La ilusión es lo último que deberíamos perder, de lo contrario no nos quedará nada por lo que levantarnos cada mañana. No importa si es en forma de decorar nuestra mesa, de maquillarnos y arreglarnos para estar en casa, de aceptar ese reto para hacer tropecientas abdominales o de enseñar por Instagram esas alpargatas tan monas que vas a estrenar en cuanto puedas ir a la playa.

Sí, nuestro país está herido; vemos a diario familias desgarradas por el dolor y la pérdida; el mundo parece haberse vuelto del revés, pero nunca me ha parecido tan necesario ocupar nuestro cuerpo y mucho más nuestra mente.

Transmitir esperanza es mi asignatura pendiente, con respeto, pero conservando la alegría, que es lo que nos devolverá a las calles otra vez, a reír, a charlar, a disfrutar... A vivir.

Como dijo Wayne Dyer: «Si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian».