Conchi Revuelta, la escritora hecha a sí misma con las mujeres cántabras como inspiración

También es verdad que otras mujeres han sido las que han llegado y me han dado el empujoncito. Y aquí es donde entra la última gran mujer a la que he tenido el placer de entrevistar: Conchi Revuelta. Escritora de nuestra 'tierruca', «creadora de historias» de nuestro Santander querido. Madre de varios libros y protagonistas (femeninas) que nos hacen poner el punto de mira en un lugar diferente. Y, como a mí me gusta, cuestionarnos cosas.

Las obras de esta fabulosa escritora transcurren en Cantabria, y siempre los protagoniza una mujer anónima, que no figura en esos libros de Historia, pero que seguramente fue tu abuela, mi tatarabuela, o la vecina de tu bisabuela... Y que, con su forma de ser y de actuar, cambió el rumbo de la realidad de los quienes la rodeaban.

No es casualidad, sino causalidad, que Conchi haya llegado a crear a sus fantásticas mujeres; le viene de nacimiento. «He escrito siempre, desde que tengo recuerdo, pero donde comencé de verdad fue en un concurso de Baños de Ola. Entonces me entró el gusanillo y empecé a colgar mis relatos en una página de Internet. De ahí creé un blog y empezó todo», recuerda.

La primera novela fue 'Aromas de tabaco y mar', que publicó con Javier Granda de Alter Ego Ediciones, y salió desde el cariño. «Se la dediqué a mis compañeras de la Fábrica de Tabacos. Estaba muy acostumbrada a ver cómo cogían las hojas de tabaco y demás. También quise homenajear a mi ciudad, que adoro, Santander», me confiesa la escritora. A ese libro le siguió 'Te di mi palabra' y hace pocos meses lanzó 'Días grises con cielo azul', que ya va por su tercera edición. (Todo un logro a celebrar, conseguir esto en apenas 4 meses).

Pero no me voy a parar a desgranar su trayectoria, todos ya la conocen. Quiero centrarme en ella, en su persona y en sus sentimientos hacia su profesión (que siento un poco mía y admiro profundamente). «Nosotras las escritoras (y también las pintoras) somos las grandes olvidadas. Quiero reivindicar y decir las cosas. Cuando alguien hace un evento y llama a un grupo de música, por ejemplo, le paga. Pero si hablamos de cuando se invita a un escritor, o pintor… o escritora o pintora… no se les paga nada. Ojo, que yo, en mi situación, voy encantada de la vida, y no se trata del dinero, sino del reconocimiento. Los escritores hacemos una labor social», defiende con emoción la escritora cuando le pregunto por su percepción del sector editorial.

Y no le falta razón, todos pagamos por ver a nuestro cantante favorito, pero no cuando vamos a la lectura de un libro hecha por su autor. Y es una pena, porque realmente estoy con ella en que los escritores nos acompañan, nos hacen creernos que somos otra persona por un rato y salir de nuestro mundo, a veces tan gris. «Que una persona coja un libro y logre evadirse de su vida, de sus problemas, durante la lectura... Es algo fabuloso y una ayuda maravillosa», añade satisfecha al describir su profesión.

Algo que me emociona, porque comparto su opinión, es escucharla hablar sobre los libros en papel. «Cuando mi marido comenzaba un libro, cogía un papelito y escribía en él algo que había ocurrido el día en el que comenzaba el libro. También anotaba todos los personajes y en qué página aparecían. Al terminar también añadía una referencia política, o el tiempo que hacía… Para mí ahora es maravilloso abrir un libro y encontrar esas notas que él hacía. Este tipo de cosas no te las da un 'ebook'», explica. ¡Cuántos buenos momentos nos dan ese puñado de hojas que albergan tantas y dispares historias…!

Percibo una mujer fuerte en Conchi. Sólo una mujer así puede hablar como ella lo hace, con todo el conocimiento de causa de sus palabras. Rotundas y bellas, apasionantes, y que a mí, por lo menos, me han hecho pensar, recapacitar y querer seguir estela… «Yo tengo que ensalzar la voz de las mujeres a lo largo de la Historia. Es mi cometido. Si tengo claro una cosa es que siempre escribiré de mujeres y de mi tierra». Toda una declaración de intenciones, firme y convencida. «Hay que hacer notar y realzar lo que han hecho las mujeres, y no sólo las que han tenido un nombre propio en la Historia, también las de andar por casa. Cada una hace la historia en su casa y, sobre todo en Cantabria, que siempre ha sido un matriarcado y lo seguirá siendo», reafirma.

Terminamos hablando de su próximo proyecto, del que no os voy a desvelar nada, pero os aseguro que será fabuloso y seguirá poniendo en lo más alto a las mujeres que amasaron nuestra bella Cantabria. Ella, desde luego, lleva un trocito de nuestra pequeña tierra a todos los rincones del mundo, poniendo de relevancia que, en la Historia, también existieron (y existen) mujeres que hilvanaron nuestro pasado y lo hicieron importante.

Me despido, pero, como siempre, os espero en mi Instagram más personal y de palabras (@adrianadelvalyruiz), así como mi cuenta vinculada al Marketing Digital (@tengosincio). ¡Hasta pronto!