José Cobo Calderón: «Los monumentos erigidos a perros nos humanizan»
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NACHO GONZÁLEZ UCELAY
Santander
Sábado, 24 de abril 2021, 08:18
El escultor José Cobo Calderón ha cincelado a los hombres y mujeres que perpetúan la memoria del incendio de Santander de 1941. Y también ha esculpido a los niños que inmortalizan la figura de los célebres raqueros. Lo que no todo el mundo ... sabe es que su primera escultura fue la de un perro de nombre Gil, un pinscher a quien el artista talló siendo un principiante y cuya aportación como modelo le valió su reencarnación. Ahora se llama Otti.
(Santander, 1958) es escultor. Graduado en Escultura (1985) e Historia del Arte (1993) en The School of de Art Institute of Chicago, es autor del Monumento al Incendio de Santander y del Monumento a Los Raqueros.
Animal: Perro. Raza: Pinscher miniatura. Edad: 7 años. Peso: 6,5 kilos. Características: En la jerga del dueño, «cuerpo 'mazaó'», «orejas empinadas» y «cola en forma de voluta». O sea, «fuerte», «inteligente» y «loco».
-¿Quién es Otti?
-Un personaje que desde que se incorporó a nuestra familia no ha dejado de regalarnos sonrisas ni un solo día.
-No es su primer pinscher, ¿verdad?
-No. Ya en casa de mis padres conviví con dos, Crispín y Gil. Los dos muy ingeniosos y con mucha personalidad.
-¿Qué tiene de particular esa raza que tanto le atrae?
-El pinscher es especialmente apasionados con sus cosas. Eso me gusta.
-¿Nunca ha convivido con otras especies?
-Cuando viví en Nueva York tuve dos gatos, Spot y Tweeny. Venían con el apartamento. Y aunque yo soy más de perros, debo de reconocer que, a mí, los gatos me parecen geniales. Quizá demasiado madrugadores para mi gusto. Por las mañanas se paseaban por nuestro 'loft bed', que estaba suspendido a dos metros del suelo, y no paraban hasta que nos levantábamos para darles el desayuno.
-¿Cómo han influido los animales en su faceta artística?
-La primera escultura que hice, cuando tenía 16 años de edad, fue la de uno de mis perros. Gil. Más que su anatomía, en ella quería reflejar su actitud o su temperamento. Posteriormente me he valido de mi proximidad a los animales para estudiar su anatomía, sus músculos, sus tendones, sus articulaciones y, en definitiva, la configuración de todo su cuerpo, que morfológicamente es muy parecido al nuestro.
-Sobre eso iba a preguntarle.
-No se corte.
-Para un escultor como usted, ¿quién es el mejor modelo? ¿El hombre, la mujer, el niño o el perro?
-El perro.
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-¿Por qué?
-Porque luego no opina sobre la escultura. Jajaja.
-El mundo está lleno de monumentos erigidos a perros.
-Sí, son pequeños homenajes que, por paradójico que resulte, contribuyen a humanizar nuestra sociedad.
-¿Habría que levantarle uno en Santander?
-Me parece un buen motivo. Aunque mucho me temo que no contaríamos con la contribución de los grupos de presión caninos.
-Si se lo encargaran a usted, ¿qué le gustaría expresar?
-Bellezay dignidad.
-¿Cree que Otti se merece un monumento?
-Otti se merece un monumento por enseñar empatía a nuestros hijos cuando eran pequeños... ¡Y por guapo!
-¿De quién aceptaría un encargo para hacer una escultura de su perro?
-Del proyecto Biodogtor, que está entrenando en Cantabria perros para la detección precoz del cáncer.
-¿Y de quién no lo aceptaría ni haciéndolo de plastilina?
-De los organizadores de peleas de perros.
-Oiga, ¿ha visto a algún perro levantar la pata junto a una de sus esculturas?
-¡Sí! Pero estoy seguro de que no fue nada personal.
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