Javier Rodríguez: «El valor de los recuerdos se entiende a medida que pasan los años»
CÁNTABROS DMODA ·
'Toda una vida', el nuevo libro del torrelaveguense recopila en clave positiva episodios nostálgicos de la sociedad españolaSecciones
Servicios
Destacamos
CÁNTABROS DMODA ·
'Toda una vida', el nuevo libro del torrelaveguense recopila en clave positiva episodios nostálgicos de la sociedad españolaLa vida vuela, cambiando nuestra realidad a pasos de gigante, pero tenemos la suerte de que el periodista Javier Rodríguez sea la nostalgia personificada. Con él viajamos al pasado, desde pequeños a grandes detalles, como los que llenan las páginas de su último libro, 'Toda ... una vida', la enciclopedia de los recuerdos felices que ha editado Valnera. Su mirada no puede ocultar la emoción del momento y sus palabras justifican estas idas y venidas temporales.
-¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
-Fue distinto, más como es la realidad de hoy en día. La sociedad española ha cambiado muchísimo y nosotros con ella. Hablamos de un periodo de 40 años que no son nada en el contexto de la Historia, pero que para cada uno de nosotros es muchísimo, lógicamente. La mentalidad, las costumbres, todo es muy distinto a cómo fue y de eso trata el libro.
-A la hora de escribir, ¿manda la inspiración o la disciplina?
-No puede faltar esa disciplina, hay que escribir todos los días. Después hay que tener paciencia, porque desde que empiezas con el texto hasta que eres capaz de acabarlo y no digamos nada hasta que se inician los trámites con una editorial para verlo publicado, pueden transcurrir años. Nueve con esta enciclopedia, desde el anterior libro.
-Contar con José Ramón Sánchez en el prólogo, puede considerarse un recuerdo en sí mismo.
-Es un regalo maravilloso que me ha hecho. José Ramón es un artista extraordinario y, además de ser un gran pintor y dibujante, es un escritor fantástico. Sus palabras son un lujo para mí y todo un honor.
-Parece que abunda poco lo positivo, pero la obra trata de ello desde una visión nostálgica.
-Necesitamos lo positivo siempre y esos recuerdos felices. Por eso, se matiza en el subtítulo del libro, porque no todos lo son, pero sí los que quería recapitular.
-Revisita capítulos de obras anteriores, reescritas y suma nuevas.
-No podían faltar historias inéditas y he querido recuperar algunas que causaron impacto en su momento.
-¿Cómo han cambiado nuestras calles del ayer al hoy?
-Demasiado. Muchas veces pasas por cualquier lugar y echas de menos elementos o ves algo distinto del mobiliario urbano. Lo que han cambiado las plazas públicas. ¡Es que ha cambiado todo!
-Y las personas, con las nuevas tecnologías, ¿se refleja esa innovación que impera en la actualidad?
-Ha cambiado nuestra mentalidad por completo, las costumbres. Antiguamente las parejas de novios tenían que estar a las diez en casa, ahora yo creo que a esa hora no han salido aún. Ya que se acerca la Navidad, se entregaba el aguinaldo. Lo hacían los carteros, los panaderos, los lecheros para darles a cambio una propinilla por su trabajo.
-¿Y las familias? En las casas, las relaciones familiares... ¿Somos los mismos?
-Ahora en las casas parece que tenemos pensiones, cada cual está en su cuarto, antiguamente eso era imposible. Al haber una tele en casa estábamos todos en el salón, juntos. A la hora de comer o cenar era en familia, ahora cada cual, por diferentes circunstancias de la vida y de los horarios del trabajo, lo imposibilita. Es muy difícil ver a todos reunidos en la mesa todos los días.
-¿Cómo se explica a un niño qué es un recuerdo?
-Un recuerdo es algo muy especial, pero lo entiendes a medida que van pasando los años. Entonces le das el valor real al mundo de los recuerdos. Todo esto adquiere una dimensión extraordinaria, pero cuando avanzan los calendarios, mientras eres joven no entiendes el peso de todas estas cosas, pero llegará un momento de tu vida que vas a captarlo al cien por cien. Nos llega a todos, es una cuestión de DNI.
-Si pudiera hablar al Javier Rodríguez de hace treinta años, con todo lo vivido, ¿qué le diría?
-Que todo aquello que él imaginó, lo logró a base de mucho esfuerzo, trabajo, de sacrificio personal. En mi caso, dedicarme personalmente al Periodismo, después de haber estudiado una carrera en Madrid en los años 70, que eran tan distintos a como son hoy los tiempos. Con muchas limitaciones y carencias, pero ilusionado. No hay sueño imposible, sobre todo, cuando se es joven. Este tiene que ser el gran mensaje para las nuevas generaciones. Tienes toda una vida, un mundo por delante, dependerá todo de ti.
-¿Hay que reciclarse? Pensamos en el pasado, pero ahora se habla mucho de lo 'vintage', que parece toda una moda.
-Sí, pero también disfrutar el tiempo presente. En este sentido, el libro es un homenaje a la vida, al paso del tiempo. Vivir es un privilegio extraordinario. Me gustaría que el lector piense que también fue protagonista de todo lo que se cuenta en sus páginas. Ahora vivimos esta etapa, ¡gracias a la vida!
-En el libro aparecen muchos personajes, ¿alguno no tuvo el suficiente reconocimiento?
-Sí, hay un ejemplo muy claro. Emilio Tuero, 'paisanuco' de Santoña que triunfó como actor y cantante en México, en la época dorada, junto a estrellas de la categoría de María Félix. Compartía cartel con ella y le dedico un capítulo. Uno de tantos cántabros olvidados. Fue el primer cantante que grabó la canción 'Bésame mucho' de Consuelo Velázquez.
-Si pudiera regresar a una de aquellas noches que vivía en los 70, rodeado de artistas, en Madrid. ¿Cuál repetiría?
-Volvería a muchas, todas fueron fantásticas. Tuve la suerte de ver a todas las primeras figuras del mundo del espectáculo en España durante cinco años, incluso internacionales, pero si me tuviera que quedar con una sería aquella que noche en la que actuó en la Sala Florida Park el gran Pedro Vargas, toda una estrella en México. Pude disfrutar la noche de su debut y me pareció algo impresionante. La etiqueta de artista se inventó para definir a profesionales del espectáculo como él.
-¿Se queda con la época que le tocó vivir?
-Sin duda, esa época de la que tanto hablo, los años 70, fue fantástica. Una etapa dorada de lo que me gusta, el mundo del espectáculo. Fue la última. Aunque, por lo que sabemos, fueron mucho más apasionantes los cincuenta o los sesenta, cuando ir a ver un espectáculo era todo un acontecimiento, no existía la tele o la tenían pocas personas. Todo era muy distinto a hoy día. El ocio, también.
-Con qué se queda, ¿pasado, presente o futuro?
-El pasado para recordar los momentos felices de entonces, que están en el libro. Apostando, totalmente, por el presente y el futuro. Nos tenemos que quedar con la esencia de la vida y lo bueno de cada etapa en la que hemos vivido.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.