Carla de Beraza: «Yo no me veo diferente al resto de personas»

-¿Qué implica tener su discapacidad?

-Para mi nada. Me veo como el resto de personas, aunque hay gente que nos ve de otra manera y nos dice: «mira ese pobrecito». Yo tengo muchas capacidades. Se me dan muy bien las manualidades. Soy entretenida y me gusta dar conversación.

-¿Cómo y cuándo llegó a Amica?

-Mi madre quería que yo tuviera una formación, que me permitiera tener independencia. Fui al colegio Tagore, en Santander. Después, a un centro especial en la zona de Puertochico y empecé un ciclo de FP en Jardín de Infancia, además de ir a la Escuela de Adultos. Todo ello lo compaginaba con acompañar a mi padre a su tienda. Le ayudaba a colocar la ropa, a envolver los regalos... Pero mi madre no quería que yo me limitara eso, así que se puso a buscar y dio con Amica. Llegué en 2004.

-¿Cómo le está ayudando el programa Apoyo Integral a la Persona en el Entorno, financiado por la Fundación 'la Caixa',?

-Tengo varios apoyos. Uno de ellos es fisioterapia, para darme unas pautas y unos hábitos de trabajo para mi salud. Desde las sesiones de fisioterapia me recomendaron que me vendría bien hacer ejercicio y me apunté a la piscina con ocio. Además, tengo apoyo personal: me dan pautas de mindfulness para llevar mi enfermedad. Es como estar enganchado al tabaco, no puedo vivir sin ello. Me sienta muy bien. Cada noche hago mis ejercicios de relajación. Engancha mucho. También me sirve para saber arreglar conflictos. He aprendido a no tomarme las cosas tan a la tremenda. A no dar tanta importancia a cosas que no las tienen y no discutir por ello. También me he dado cuenta de que hay que tener mucho cuidado con los mensajes que se mandan por whatsapp... Y, por supuesto, a ser una persona más autónoma y a tomar mis propias decisiones.

-¿Y en el aspecto social?

-Me ayuda a mejorar mis relaciones sociales. Al principio, salía con monitores de la asociación, hasta que me animaron a salir sola. En la actualidad, salgo con un grupo que conocí a través del servicio de ocio. Por ejemplo, ya nos organizamos solos para ir al cine. Antes era impensable, pero ahora (bueno, antes de la pandemia), buscamos la película. Solíamos ir a los cines del centro comercial Valle Real, así que quedábamos en la estación de Feve y cogíamos el tren. Veíamos la película, tomábamos algo y volvíamos. Con la piscina me pasó parecido; al principio iba con un monitor, hasta que me apunté por mi cuenta y ahora soy socia. Voy con mis amigos a las clases y el resto de los días voy yo sola a las actividades que tiene el club. También participo en salidas y excursiones. Me gusta ir con ellos porque así comparto el día con otros compañeros que no veo habitualmente.

-¿Qué otras actividades realiza en la asociación?

-He participado en diferentes talleres: de atención plena, de emociones, de manualidades... El último al que he asistido ha sido un taller de sexualidad, donde he aprendido a aceptar mi cuerpo y a valorarlo, ser mujer y tener sexualidad, tener pareja y disfrutar de la sexualidad.

-¿Qué es de lo que más disfruta cuando está en Amica?

-Haber conseguido tener amigos, que antes no tenía, ya que antes de llegar a Amica salía con mi madre y ahora soy más independiente. También estoy muy agradecida por haber llegado a aprender a relajarme. Pensaba que era algo que nunca iba a conseguir. Siempre decía que no podía. Y lo más bonito es que todos somos una gran familia y estamos unidos.

-¿Tiene alguna meta especial por la que esté luchando?

-Lucho por mi trabajo en la lavandería industrial de Amica, que se encarga de toda la ropa del Servicio Cántabro de Salud. Me ha costado mucho tenerle, me he esforzado por ello, pero al final lo conseguí, con el sudor de mi frente. En este momento me encargo de meter la ropa en una calandra, por donde sale limpia, seca y doblada. Después, tengo que comprobar que está en perfectas condiciones. Tener un trabajo fijo me ha dado la oportunidad de poder ahorrar para poder tener mi piso y el día de mañana vivir independiente, porque, por ahora, sigo viviendo con mis padres. Además de mi discapacidad me han diagnosticado Parkinson y eso me preocupa bastante, la verdad. Por ello, vivo más segura cerca de mis padres, porque no sé cómo voy a evolucionar. Ya se verá.

-Ahora que ya ha llegado el verano, ¿cuáles son las actividades que más le gustan hacer?

-Me gusta mucho ir a la playa, bañarme y salir y estar con mis amigos, con los que voy a fiestas y a conciertos. El año pasado fuimos a los de Torrelavega. La música me gusta mucho. También las excursiones, me encantan, porque me gusta conocer lugares nuevos, aunque si hay que andar mucho, no me compensa (risas).