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Raquel Hoz: «Las empresas buscan gente comprometida, como los voluntarios»

Raquel Hoz: «Las empresas buscan gente comprometida, como los voluntarios»

Comprometidos ·

La joven es voluntaria en el Hospital Santa Clotilde, donde acompaña a personas mayores

Mariana Cores

Santander

Martes, 1 de marzo 2022, 07:17

Raquel Hoz (Santander, 1899) es estudiante de Administración de Empresas. Hace dos años logró lo que le llevaba años rondando por la cabeza: ser voluntaria. Acompaña a personas mayores en el Hospital Santa Clotilde, a través de un programa financiado por la Fundación 'la Caixa'. Siente que algo ha cambiado en su vida. «Me ha ayudado a saber escuchar y a ponerme en lugar de los demás. Es bueno para mí como persona y para mi trabajo, porque cada vez más empresas se decantan por plantillas que integren a profesionales comprometidos y con valores».

-¿Cómo llega hasta el voluntariado de Santa Clotilde?

-Desde que tenía 15 años quise hacer actividades de voluntariado, pero no sabía muy bien dónde buscar información. Cuando comencé la carrera, escuché a una compañera mencionar que un conocido suyo estaba de voluntario en una ONG y que se había unido a través de la Universidad de Cantabria (UC). En ese momento empecé a bucear en la página web de la oficina de Acción Solidaria de Voluntariado, allí encontré la opción del Hospital Santa Clotilde. El siguiente paso fue entrar en contacto con la coordinadora, quien me explicó los diferentes programas de los que podía forma parte: acompañamiento y apoyo a los pacientes ingresados en las unidades de Recuperación Funcional y Cuidados Paliativos; con el programa para la atención integral a personas con enfermedades avanzadas, promovido por Fundación 'la Caixa'; y el de ocio y cultura.

-¿Cuál es su función?

-Mi función es acompañar a las personas mayores ingresadas en el hospital que estén solas, llevarles un poco de alegría, entretenimiento y, sobre todo, compañía. Hay muchos pacientes que tienen que permanecer hospitalizados un tiempo, parte del cual lo pasan solos. Es entonces cuando los voluntarios, conversamos con ellos, les hacemos compañía, les sacamos a dar un paseo para que sus días se hagan más cortos. Con el coronavirus, la situación ha empeorado. Las visitas están más limitadas y también el hecho de no poder permanecer en el pasillo, o estar en las zonas comunes, así que, el voluntariado se hace más necesario para hacer más llevadera la estancia a los pacientes.

-¿Qué supone para usted ser voluntaria?

-El voluntariado me aporta muchísimo. Es una experiencia completamente única, te enseña valores y los fortalece, como la empatía y la solidaridad. El contacto con los mayores me ha enseñado a verlos de otra manera, a conocer experiencias vitales; he aprendido a escuchar y he conocido las fortalezas de las personas mayores y cómo se enfrentan a las pruebas que les ha mandado la vida. Además, sin darte cuenta, creas un fuerte vínculo con las personas que acompañas, les coges muchísimo cariño y ellos te reciben con una sonrisa. Esta sensación es inigualable.

-¿Por qué eligió esta opción para ayudar a otras personas?

-Elegí esta opción justo después del confinamiento. Me conmovió mucho saber que los hospitales estaban llenos de personas que habían fallecido aisladas, sin la compañía de sus seres queridos, y esto me pareció muy deshumanizador. Y los que no fallecieron, estuvieron completamente solos en la habitación de un hospital, sin la mano de alguien, y sin poder hablar con nadie. Fueron tiempos muy difíciles, especialmente para los ancianos, así que, el hospital favorece la acción de voluntarios porque es tan importante el cuidado físico como el emocional: la soledad lleva a la depresión. No podemos abandonar a las personas mayores.

-¿Qué valora antes de prestar su tiempo a otras personas?

-Para mí poder aportar algo positivo en la vida de otras personas me motiva. Saber que un poco de mi tiempo reporta tanto beneficio me compensa, porque cada uno de los pacientes del Hospital Santa Clotilde con los que tengo ocasión de conversar, me devuelven con creces el beneficio que yo pueda ocasionarles. No sólo sube su autoestima, sino también la mía.

«La soledad lleva a la depresión. No podemos abandonar a las personas mayores»

-¿Cree que desde el ámbito educativo se hace el suficiente hincapié para difundir el valor del voluntariado?

-No. Creo que debería hacerse mucho más. En los institutos, apenas se menciona. Los chicos jóvenes no saben a dónde acudir. Considero que se promociona poco el voluntariado. Debería comenzar a hablarse de esto a una temprana edad, con charlas de voluntarios en los centros educativos que llevasen a los chicos información de primera mano, experiencias y los canales por los que se puede llegar y las opciones de voluntariado que existen.

-¿Qué acciones haría usted para animar a más jóvenes a participar?

-Implementaría charlas impartidas por los propios voluntarios en los centros educativos desde tercero de la ESO. También creo que lo más efectivo es hacer pequeñas publicaciones a través de las redes sociales, porque los jóvenes estamos pegados a los móviles, y es la forma de captar la atención de muchos. Por ejemplo, se han organizado muchas campañas de recogida de basura a través de Instagram, en las que muchos jóvenes, y no tan jóvenes, participan.

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