Daniel Pesquera: «Me preocupa la soledad de los mayores»
Comprometidos ·
El coordinador de Proyectos Sociales de 'La Columbeta' trabaja por hacer más autónoma y digna la vida de los mayores en los pueblos, y que así no tengan que abandonar sus hogares
Daniel Pesquera (Palencia, 1974) se ocupa y preocupa de que las personas mayores que viven en los pueblos de Cantabria lo puedan seguir haciendo de manera autónoma y digna. Para ello, dirige los proyectos sociales de la asociación La Columbeta. Uno de ellos cuenta con la financiación de la Fundación 'la Caixa': se trata de 'Mi casa, mi espacio, asistente personal como servicio de proximidad para personas mayores y/o personas dependientes del medio rural de Cantabria'. Entre otros aspectos, le preocupa la soledad a la que se ven sometidos los mayores, que se agudiza aún más entre los que viven en el medio rural, y que factores como la falta de cobertura digital agranda aún más. También defiende «su sabiduría, que es necesario recuperar y estimular».
-Usted afirma que ninguna persona mayor quiere dejar su casa, y este es uno de los principales objetivos del programa 'Mi casa, mi espacio'. ¿En qué consiste?
-Por medio de una técnico, se atiende a demanda las necesidades de las personas mayores, que va desde el acompañamiento psicosocial (médico, compra, actividades en el municipio, etc.) a la realización de actividades cognitivas y de apoyo a las nuevas tecnologías en su propio domicilio, favoreciendo así la autonomía personal de las personas dependientes. De esta manera, complementamos la labor realizada por los Servicios Sociales de Atención Primaria.
-¿Qué balance hace de estos meses de pandemia?
-Desde La Columbeta no hemos dejado de atender a los participantes de nuestros programas, adaptándonos a la nueva situación y atendiendo físicamente a todos los que lo quisieran y telefónicamente a aquellos que tenían miedo de tener contacto físico.
-Ahora, que poco a poco todo vuelve a la normalidad, ¿con qué retos se encuentran para poder cumplir su objetivo?
-Como siempre, el reto más complicado es el de encontrar financiación para continuar con el proyecto, ya que sigue habiendo mucha demanda y los resultados están siendo óptimos.
-¿Qué es lo que más le preocupa en estos momentos de los mayores?
-Por el trabajo desarrollado, es la soledad. Entendemos que aquella persona que no disponga de un medio de transporte para desplazarse a los servicios básicos, así como la brecha digital existente en el medio rural, suponen un atenuante a sus condiciones físicas que dificulta su grado de autonomía.
-La asociación se fundó en 2008, con el fin de favorecer el desarrollo rural. ¿Cómo está evolucionando? ¿Lo que las administraciones defienden en la teoría se lleva a la práctica?
-La entidad ha evolucionado satisfactoriamente, dando una respuesta ajustada a las necesidades existentes de las personas a las que atiende, llegando a unas 7.000 personas en 2020. Tanto en 2017 como en el 2018, La Columbeta se adhiere a Colectivos de Acción Solidaria (ONG-CAS) y a la Red Europea contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-Cantabria), respectivamente. Son otras entidades del tercer sector con las que compartimos fines y nos retroalimentamos para optimizar los recursos. En este sentido, tanto la formación como la información que recibimos la implementamos en nuestra práctica profesional, paliando carencias existentes, en la medida de lo posible, dado que la Administración intenta poner medidas que faciliten la incorporación de nuevos vecinos en municipios despoblados, pero el proceso es lento y en ocasiones es necesario conocer la realidad para atender esa incorporación de manera satisfactoria.
-¿Cuáles son las medidas políticas que más echa de menos?
-Es necesaria la coordinación entre los agentes sociales que trabajamos en el medio rural para atender las necesidades y poder dar respuesta a los déficits existentes, tanto a nivel social, como familiar, cultural y local. La comunicación entre entidades del tercer sector con la Administración ha de ser fluida para poder optimizar los recursos que desde distintos sectores se ponen en marcha y, puesto que el trabajo de campo supone una experiencia y un conocimiento de la realidad, que permite conocer los problemas de la ciudadanía de primera mano, esa comunicación se hace necesaria.
-¿Cree que el teletrabajo beneficiará a aumentar la población rural, al permitir que más personas se trasladen de la ciudad al campo o se cansarán y volverán a sus vidas anteriores?
-Creo que para que la gente pueda teletrabajar en el medio rural hacen falta mejores conexiones e infraestructuras. La pandemia ha hecho que muchas de las personas que pueden desarrollar sus trabajos de manera telemática, vean el medio rural con otros ojos y hay que aprovecharlo. Pero no debemos olvidarnos de que el problema de la despoblación, no solamente se soluciona con buenas conexiones para que la gente pueda teletrabajar. Hacen falta profesionales que se ocupe del sector primario, que no deja de ser la despensa del medio urbano; por otro lado, que las personas que dan el paso para vivir al medio rural, tengan posibilidad de una vivienda digna, asequible y accesible; y por último, es necesaria la implicación de las entidades locales para que puedan ofertar un parque de vivienda social y que no se especule con la que existe.
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