La decoración 'hygge' se apodera del Hotel Chiqui
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Se impone en sus estancias este particular estilo de origen escandinavo que prioriza el bienestar y la sensación de hogarUna atmósfera cálida y elegante da la bienvenida a los clientes del Hotel Chiqui en Santander, que ha sido renovado para conseguir un interior y un exterior que enamora por su diseño natural y elegante. Así, recorrimos desde el exterior hasta el interior los ... espacios de la segunda fase del hotel, que fueron remodelados recientemente por el estudio de Sandra Tarruella Interioristas en colaboración con la empresa cántabra de arquitectura MMIT. Convirtieron las diferentes zonas, entre ellas el antiguo restaurante, en nuevos espacios modernos llenos de estilo y confort que hora lucen bajo una línea 'hygge', un concepto nuevo para añadir a nuestro vocabulario. Un estilo de decoración de los más arriesgados y, a la vez, más exitoso dentro del estilo escandinavo.
El 'hygge' se entiende como la expresión de un bienestar y una tranquilidad extremos, creados a partir de la sensación de estar en casa, en nuestro hogar y significa la ausencia total de elementos que causen incomodidad o desorden. Se trata de una corriente decorativa que nació en el norte de Europa, donde es habitual llevar luz al interior de los hogares durante los fríos inviernos, aportando ese toque de minimalismo y sobriedad tan exportado después, dando paso a uno de los estilos de decoración más actuales.
Una de las cosas que observamos al llegar justo al 'lobby', que nos recibe cálidamente, es uno de los materiales predominantes en el estilo escandinavo: la madera. Su presencia se fusiona con el color nórdico por excelencia: el blanco. Juntos dan paso al diseño de una pared que separa el 'lobby' de la zona de estar y restaurante, actuando como filtro y permitiendo que cada actividad se pueda realizar de manera íntima, pero siempre conectada, sumergiéndonos en un universo tranquilo, perfectamente distribuido y que aporta esa sensación de amplitud, paz y frescura.
A lo largo de la visita nos damos cuenta de que el hotel está lleno de detalles con personalidad. Un ejemplo bien claro es el uso de elementos naturales que se entremezclan con las diferentes texturas: plantas de suelo con hojas prominentes que se convierten casi en espacios ajardinados aportando vitalidad y color; lámparas de diferentes estilos y tamaños, todas ellas con una perfecta iluminación ni tan clara ni tan oscura, sino con la tenuidad justa para recibir a sus huéspedes; obras de arte de grandes dimensiones que llenan de color sus salones y pasillos; y la abundancia de líneas rectas, en una concepción pura, que nos permiten respirar un aire de diseño tan sofisticado como minimalista.
Todas estas pinceladas y características, finalmente, las vemos reflejadas en la estética de sus nuevas habitaciones donde, sin duda, la luminosidad y la pulcritud son el atributo principal, pero también predomina en ellas la practicidad. Cada metro cuadrado de la habitación está diseñado para ser un espacio de confort y funcionalidad: escritorios de pared, sillones de fibras mesas de centro con floreros y lámparas minimalistas que se complementan con cuadros de grandes dimensiones, figuras abstractas y textiles neutros.
Un mix de tendencias, en el que destacan esos detalles esenciales que hacen que cada cliente sienta una auténtica una experiencia de bienestar, comodidad y, sobre todo, descanso. Sin embargo, no todo termina ahí, basados en su fiel propósito de conectar el exterior con el interior, las habitaciones cuentan con ventanales que permiten tener una vista de la segunda playa de El Sardinero. En conclusión, una conexión directa con el mar.
Además, para todos los amantes de los baños de sol, el Hotel Chiqui creó su solárium, un espacio en la parte superior del establecimiento con una escalera en el centro. Se trata de una estructura llena de prominentes hojas verdes que nos transportan a un espacio interior-exterior dotado de calma, con conexión visual a la playa y el mar, donde a partir de diferentes niveles en el mismo espacio nos ofrecen la posibilidad de disfrutar de tres zonas diferentes: una zona de coctelería, una zona de duchas y una última con piscina tipo 'infinity', donde el agua se desborda y se diluye la línea del el horizonte. Cuenta con un par de tumbonas para tomar el sol plácidamente o, simplemente, sentarse y observar el atardecer. En definitiva un espacio privilegiado para descansar, respirar y disfrutar. Lleno de estilo, confort y funcionalidad.
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Natalia San José
Cantabria DModa
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