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¿Existe en Cantabria un turismo de lujo? Sí. Pero si están imaginando súper yates, rugidos de motor de ferraris cada dos por tres por el paseo marítimo y mesas en un reservado de una discoteca en la que desfilan camareros con botellas de champán con bengalas, olvídense. Esto no es Ibiza ni Marbella. Es más, el sector turístico tampoco tiene mucho interés en convertirse en algo así. De hecho, los productos disponibles en este ámbito no abundan como en otras zonas –las empresas que organizan las vacaciones para este público consiguen lo que les piden, pero buena parte de lo que se ofrece en los ejemplos de este reportaje hay que traerlo de fuera–, aunque están creciendo. Según los expertos, el perfil del turista de lujo que pasa por Cantabria es el de alguien «con mucho dinero», pero más discreto. «No montan el show» ni tienen esa ambición por aparentar. Hablan de un lujo «con clase», más «pausado», que busca la experiencia cercana, lo local. «Puede tener el jet privado y el súper yate, pero aquí quiere un pequeño velero para navegar».
4.600 euros por volar
en jet privado a Madrid el 21 de julio (un Entry Level Jet) con 4-5 asientos
Según el modelo y las plazas, si uno busca en la web Albajet un vuelo en jet privado a Madrid el 21 de julio a las 18.30, los precios oscilan entre 3.600 y 18.300 euros. Uno medio (4-5 plazas en un Entry Level Jet) con bebidas y aperitivos se oferta desde 4.600 euros.
4.500 euros por día (mínimo ocho)
en una casa espectacular al borde un acantilado en Pechón.
Siete dormitorios, conserje, servicio diario de habitación, acceso directo a cala, piscina climatizada en un jardín sobre un acantilado en Pechón... 'La Península' se ofrece entre las villas de vacaciones de lujo en la web de Wishome. Siete noches, casi 30.000 euros.
Lo particular y, sobre todo, aspectos como la gastronomía, el producto de aquí, las costumbres. Comer, beber, probar, conocer... Para que se hagan una idea, cuenta una profesional de este ámbito la visita de un millonario asiático –muy muy millonario– que venía con la idea algo idealizada de la pesca del atún. Le explicaron lo que se hace aquí y le organizaron una salida en una embarcación sin lujos a las cinco de la mañana para ir a bonitos desde Santoña. «Volvió absolutamente entusiasmado con la experiencia». Usando un término de moda en el sector, «lujo silencioso». Buena parte de ese perfil lo dibujan los responsables de Entenconcierge, que en los últimos años se ha dedicado a ofrecer servicios de lujo a los clientes que visitaban Cantabria. Lo normal es que estos clientes cuenten con un asistente personal y que contraten a profesionales de la zona que les organicen todo lo necesario. Ejemplo: una llamada desde Inglaterra. Querían la típica reserva en restaurante a pie de playa con hamacas, yates... Le explicaron que lo que iba a encontrar aquí era otra cosa. Y le llevaron al chiringuito del Puntal. Le encantó. La clave, explican, no es tanto acceder a algo inaccesible para los demás. Es trabajar en lo que rodea esa experiencia. «Ir a comer a un buen restaurante, por ejemplo.
1.649 euros al día
por el alquiler en Santander de un Ferrari F8 Spider. Hay muchos modelos.
Desde 1.649 euros día, con descuentos por múltiples días, figura en la oferta para Santander de Rentlux Luxury Car Rental. Por ese precio, el Ferrari F8 Spider, un Lamborghini Urus S o un Ferrari 296 GTB. Tienen una gama amplia de 'cochazos'.
2.500 euros
Por una excursión para dos con un cátering y distintos servicios incluidos.
Todoterreno con chófer/guía que recoge a la pareja en su hotel, se ocupa de los traslados y les lleva a un paisaje único, cátering preparado por uno de los mejores restaurantes de la región y bebidas selectas servido por un camarero... El 'pack', por unos 2.500 euros.
Cualquiera puede hacerlo, pero es cómo lo adornas, cómo cuidas cada detalle, cómo lo creas...». Un coche con conductor esperando a la puerta de la casa o del hotel, una buena mesa en el local, alguien que explica de forma personalizada cada plato, que cuida al cliente, el coche esperando en la puerta sin esperas al terminar, tener pensado un sitio para ir a tomar una copa si les apetece...». O participar en un taller para hacer sobaos o en una visita guiada para aprender todo sobre las anchoas (con todos esos extras de la experiencia).
Y así, con muchas actividades. Desde organizar una excursión con pícnic elaborado por un restaurante 'top' de la región (hablamos de estrellas) a un paisaje especial con un camarero y un guía para encargarse de todo a una visita personalizada Cabárceno... Desde preparar una jornada «para ir a ver aves» por la comunidad a una visita cultural por los museos y galerías de arte locales acompañado de un experto. ¿Cosas que se piden? Una sesión de buceo, de pesca, un retiro para hacer yoga, un servicio de 'personal shopper', salir a navegar acompañados de un navegante de renombre, una travesía en globo (aunque sea en otra comunidad cercana si aquí no hay disponibilidad), organizar una fiesta en una casa (el ocio nocturno de Cantabria es de un estilo muy diferente al de otros lugares con discotecas famosas)... Por supuesto, personal de servicio o, en el caso de viajar acompañados por niños, cuidadores y planes específicos para ellos.
1.800 euros por una jornada
de visitas culturales acompañados de un experto en arte.
Se trata de visitar los diferentes centros de la región (y también acercarse al Guggenheim, por ejemplo), con el transporte incluido y, sobre todo, con un experto en arte con capacidad para conocer galerías, artistas locales... Para abrir puertas. Unos 1.800 euros.
1.300 euros por cada botella
de un vino concreto reservado por unos turistas brasileños.
Clientes extranjeros que encargan algo muy concreto. El ejemplo, unos brasileños en un circuito de lujo por el norte. Llegaron a Santander en taxi para probar expresamente un vino en un restaurante: a 1.300 euros la botella. Tras la comida, dejaron 500 de propina.
Se da, aunque no es habitual, lo de reservar una planta de un hotel. Y hay alguna vivienda en Cantabria que ofrece (aunque es muy raro que lo pidan) la posibilidad de contar con un helicóptero. ¿Se puede cerrar un restaurante de alto nivel entero para una cena de un grupo reducido? De entrada, suele haber cierta reticencia, pero todo se puede negociar y sí que se hace a veces.
En un local de Santander cuentan la visita de unos turistas brasileños que estaban de ruta sibarita por el norte. Venían de San Sebastián en taxi sólo para probar durante una comida un vino concreto que habían encargado. A 1.300 euros la botella. O unos rusos que sí que cerraron el local y que llegaron a Cantabria en un jet privado propio (no alquilado). Hay casos. Como la escala en Santander de hace unos años (fue en 2016) de uno de los yates más caros del mundo, propiedad de un magnate también ruso.
11.786 euros
por disfrutar un barco de 23 metros de eslora para doce del 19 al 21 de julio.
Web de Nautal, de alquiler de embarcaciones. Fin de semana en julio (del 19 al 21). De once de la mañana del viernes a ocho de la tarde del domingo. Yate de 23 metros de eslora, lujo con cuatro camarotes y tripulación. Total: 11.786 euros (el día sale por 3.929).
731 euros por noche
en un finde de julio en Helguera Palacio Boutique & Antique.
Una búsqueda en Booking a mediados de semana. Hotel en Cantabria del 19 al 21 de julio. Lo más exclusivo (y lo más caro) es el Helguera Palacio Boutique & Antique. Las dos noches, 1.462 euros (731 por noche). El jueves ya no aparecía en la web.
«Santander, Cantabria, es un lugar en el que empieza a entrar esta gente, aunque el mercado, de entrada, es un poco cerrado para algunas cosas. ¿Vender lujo? Sí. Pero nada masivo, ni vulgar», insisten los expertos, que confirman que la oferta que hay para el verano, «se llena». «Y es difícil encontrar servicios». O sea, que hay demanda. Pero concreta. El yate que aparece en este reportaje tiene su atraque en Vizcaya, la empresa del Ferrari del anuncio opera en todo el país y traen su flota desde fuera (que no significa que aquí no haya alguna firma que ofrezca algunos modelos), lo mismo que la que facilita el viaje en jet privado (en el Seve Ballesteros no los hay).
¿Todo esto es caro? Puede ser. Sobre todo, para los que no podemos pagarlo. Ni pensar en ello.
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