Moda re-, las tiendas de Cáritas de las segundas oportunidades

En los últimos años, la compra de ropa de segunda mano ha emergido como una tendencia que va más allá de lo económico: se ha convertido en un símbolo de sostenibilidad y conciencia social. Lo que antes muchos hacían casi a escondidas por vergüenza, hoy desafía la cultura del consumismo. A medida que la sociedad es más consciente del impacto ambiental de la industria de la moda, además del evidente ahorro económico, el estigma asociado a la ropa usada se desvanece y surge un movimiento que aboga por la reutilización y el reciclaje de prendas de manera responsable.

El prefijo 're-' cobra gran protagonismo en esta filosofía (reutilizar, reciclar y responsabilidad). Así que cuando Cáritas comenzó a valorar qué hacer con tanta ropa que recibían en sus contenedores, en 2020 dieron en la diana: Nacía Moda re-. En Cantabria tienen dos tiendas, una en la calle Cádiz 9 de Santander y otra en José María de Pereda 23 de Torrelavega en la que venden ropa de mujer, hombre y niños. Además, en el polígono de Heras, gestionan una nave que recoge el contenido de los contenedores para luego trasladarlo a la planta de Munguía, donde se clasifica e higieniza. Después, las prendas vuelven a Heras para su almacenamiento y distribución.

La semana pasada, con motivo de la pasarela Santander Slow Fashion, el director general de Moda re-, Albert Alberich, asistió al desfile en el Hotel Real. Las modelos lucieron ropa que un día fue depositada en un contenedor, un hecho que, a simple vista, nadie diría. Las estilistas cántabras Maribel Cabo, Susana Molinero y Mar Zorrilla seleccionaron las prendas de Moda re- para los looks del desfile. Camisas, cazadoras, calzado, bisutería y complementos, todo a precios muy reducidos: vestidos por 12 euros, zapatos por 10. Chollos de toda la vida.

Cada prenda de Moda re- es única, por lo que es raro encontrar la misma en varias tallas. Cáritas tiene acuerdos con Inditex y Mango, que les envían sus excedentes, aunque esto supone solo entre un 5% y un 8% de sus ventas. Otro dato importante para la industria del sector es que, a partir de 2026, quedará prohibido destruir lo que no se venda, por lo que las empresas deberán reducir su producción o aliarse con entidades benéficas o plataformas de segunda mano para dar salida a su stock. Algunas ya empiezan a tener sus propias secciones para estas prendas.

Durante años, lo que no se usaba se donaba a Cáritas. No existían plataformas como Vinted o Wallapop, y aunque ahora comparten espacio en el mercado, no son vistas como competencia. Según Albert Alberich, «todo lo que evite que la ropa termine en los vertederos es bienvenido, pero lo que nos motiva es la creación de empleo». Actualmente, en España hay cerca de 300 tiendas de segunda mano de todo tipo, mientras que en Inglaterra hay más de 11.000. Allí, las 'charity shops' (tiendas de caridad) se popularizaron tras la Segunda Guerra Mundial para ayudar a los más afectados. Hoy venden de todo para recaudar fondos para organizaciones benéficas y cuenta con el respaldo del Gobierno británico.

A finales de los años ochenta, el volumen de ropa que Cáritas recibía era tal que valoraron la oportunidad de generar empleo para las personas que atendían. Desde sus inicios, su objetivo ha sido «acoger y apoyar a las personas en situación de pobreza y necesidad». Hoy, la organización genera más de 1.400 puestos anuales, de los cuales el 55% son para personas en riesgo de exclusión social. Estos empleados reciben formación para integrarse en el mercado laboral, y más del 60% logra después un empleo estable en otras compañías. En Cantabria, Ecolabora –la empresa de Cáritas Diocesana de Santander–, emplea a 23 personas, 13 de ellas en puestos de inserción y cobran lo que marca el convenio del sector.

Este personal se encarga de recoger, clasificar y preparar la ropa depositada en los 8.200 contenedores rojos repartidos por todo el país. En 2023, Moda re- recogió más de 44 millones de kilos de ropa usada. En Cantabria, los 200 contenedores que hay en la región sumaron 1.200.000 kilos.

Actualmente, Cáritas cuenta con cuatro plantas en Barcelona, Bilbao, Valencia y Madrid, que ocupan 45.000 metros cuadrados y donde la ropa se clasifica en tres categorías: reutilizable (en buen estado), reciclable (con desperfectos) y la que directamente se rechaza. Esta última se destina a plantas donde, al quemarse, se genere luz o calor.

La ropa reutilizable se distribuye entre las 170 tiendas de Moda re- repartidas en 90 ciudades. «Queremos que nuestras tiendas tengan escaparates atractivos, que no huelan mal como ocurría cuando la ropa de repartía sin lavar. Ahora higienizamos todo», afirma orgulloso Alberich. También menciona el camión de «Moda re- en ruta», que visita pequeñas localidades donde no pueden abrir tiendas, dinamizando comunidades para evitar que la España vaciada sea también la España olvidada.

Este proyecto demuestra que detrás de cada prenda de segunda mano hay una historia de transformación, tanto para quienes la compran de manera consciente, como para quienes encuentran en Cáritas una segunda oportunidad laboral. Moda re- se ha convertido en un ejemplo inspirador de cómo el reciclaje textil contribuye al bienestar social y ambiental, recordándonos que el cambio hacia un futuro más sostenible está en nuestras manos... y en nuestros armarios.

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