Seis escapadas perfectas para ir con mascotas cerca de Cantabria

El libro radiografía al detalle la España 'dog friendly' y muestra en qué lugares se puede acceder con la mascota atada al transporte público, restaurantes, hoteles, playas, espacios verdes protegidos, museos, castillos y otras atracciones. Una veintena de propuestas, más de 50.000 kilómetros, son muchas para un reportaje, por eso le hemos pedido que destaque seis cercanas y Pipper, un Parson Russell Terrier de seis años que viaja desde que tenía uno, será nuestro cicerone.

«Podría destacar planes de naturaleza, pero me parece más atractivo que sean lugares en los que el público cree que no se puede entrar con perro y que pueden iluminar a otros recursos para convertirse en 'pet friendly'», advierte Muñoz. Esta opción lleva hasta la playa canina de Somo, (Ribamontán al Mar), a donde se llega en tan solo diez minutos de navegación desde Santander, con los barcos 'pet friendly' de Los Reginas.

Situada al sur de las dunas de El Puntal, los perros pueden corretear sueltos por la arena a su aire. «Es una playa sin olas en el estuario del río Miera, lo que le confiere un paisaje de postal: a un lado el Cantábrico, al otro un manto verde salpicado de pequeños pueblos y praderas. Solo hay un inconveniente, antes de ir se debe comprobar que la marea esté baja, con pleamar es inaccesible», advierte. Si decides alojarte en Somo en verano, las mascotas pueden acceder a las playas principales de Somo y El Puntal entre las ocho de la tarde y las nueve de la mañana.

Navegar por la ría de Bilbao y cruzar el Puente Colgante es el que elige en esta provincia. «El País Vasco destaca por ser uno de los territorios pioneros en abrir los transportes públicos a familias con mascotas educadas sin que vayan en transportín, por ejemplo en Euskotren o el metro de Bilbao», recuerda. Cambia de medio para proponer una excursión en El Bote Tours por la ría hasta el Puente Bizkaia, también 'dog friendly'; al reservar es necesario indicar que se acude con perro. «En Getxo hay un buen número de restaurantes donde comer con mascota y kilómetros de paseos y espacios verdes.

Dedicarse al enoturismo junto a tu perro también es posible. «Las bodegas se consideran lugares de elaboración de alimentos y la ley prohíbe la presencia de animales, pero todo se soluciona con organización para que no accedan a las zonas de elaboración», comenta. Bodegas Lozano es de momento la única bodega de Rioja Alavesa que admite perros educados. Está en Leza, a cinco minutos de Laguardia y ofrece visitas guiadas, catas, experiencias sensoriales e incluso participar en la vendimia. «Las mascotas acceden a todas las dependencias, wine bar, exposición, sala de catas, los viñedos… excepto a la sala de barricas y elaboración. Por cierto, si paseas con tu perro entre viñedos, vigila que no coma su fruta, ya que las uvas les pueden resultar tóxicas, y las pasas aún más», advierte el periodista.

«Durante nuestra vuelta a España hemos encontrado decenas de museos, castillos, yacimientos arqueológicos… que son visitables con mascota atada y educada», cuenta el periodista. Uno de ellos es el Museo Vasco del Ferrocarril, que ocupa la estación, cocheras y talleres del antiguo ferrocarril del Urola, en Azpeitia. Allí exhiben una colección de locomotoras de vapor, diésel y eléctricas, además de vagones de todas las épocas. También verás uniformes, billetes, relojes... «El plato fuerte es el viaje de 45 minutos en un histórico tren de madera tirado por locomotora de vapor en fin de semana», adelanta.

Al sur de La Rioja, en Enciso, se encuentran los yacimientos de huellas de dinosaurio, icnitas, y destaca el de Valdecevillo por la cantidad y sus cinco reproducciones de dinos a tamaño real. Reconocerás 168 huellas de un afloramiento largo con tres tipos, algo difícil de encontrar en otros yacimientos. En la zona baja hay un rastro de cuatro marcas de carnívoro bípedo. Subiendo por el sendero de un grupo de tres herbívoros que caminaban sobre las patas traseras y otro con dedos largos de terminación afilada. Y más arriba marcas de un dinosaurio que caminaba a cuatro patas.

«También puedes acercarte a Sierra Cebollera, único parque natural riojano, un paraíso de bosques de pino, hayas y robles», narra Muñoz. La ruta más popular conduce a las cascadas de Puente Ra desde la ermita de Lomos de Orios. «Es fácil y circular, tiene 6,6 kilómetros pero los perretes deben ir bien controlados porque es territorio de perdices ibéricas, ciervos, jabalíes…».

El yacimiento de Clunia Sulpicia, en Peñalba de Castro, permite conocer una antigua ciudad romana en la que los perros pueden entrar atados con correa. La urbe llegó a tener 30.000 habitantes y las edificaciones típicas de las grandes ciudades: foro, basílica judicial, templos, termas, mercados y un gran teatro, construido a principios del siglo I con un aforo de 9.000 espectadores, el más grande de toda la Hispania romana. El espacio dramático se localizó en el borde oriental del cerro para aprovechar la pendiente de la ladera. Los restos arqueológicos localizados ayudan a imaginar la vida de quienes poblaron el lugar, «también la de los perros romanos, por qué no», añade. Muy cerca se encuentran algunos de los pueblos más bonitos de la provincia, como Covarrubias, Santo Domingo de Silos y Caleruega, por ejemplo.