Recordando aquellas nocheviejas...
LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ ·
Sin jolgorio callejero, sin abrazos y besos, sin muchas personas en casa y sin cotillones, el adiós a 2020 será muy diferente al de otros añosSecciones
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LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ ·
Sin jolgorio callejero, sin abrazos y besos, sin muchas personas en casa y sin cotillones, el adiós a 2020 será muy diferente al de otros añosLas circunstancias siguen imponiendo su ley. Como ya sucediera con la Nochebuena, la Nochevieja del presente año será distinta a las anteriores. Nos conformaremos, qué remedio, con evocar las de aquellos tiempos en los que no había que preocuparse ante lo que hogaño constituye ... una amenaza…
Para la cena de Nochevieja siempre se tiró un poco la casa por la ventana. Fue y es muy especial por su valor simbólico y lo que viene cuando termina: las uvas de la suerte al ritmo de las campanadas de la Puerta del Sol (este año, sin gente), los besos y abrazos, los programas enlatados de la tele, etcétera. De ciertas costumbres y detalles tendremos que prescindir esta vez. No queda otra.
En las del pasado eran bastantes las personas que optaban por despedir un año y dar la bienvenida al siguiente cenando fuera de sus domicilios. Es decir, de «cotillón» en restaurantes, salas de fiestas, etcétera, con gorritos, matasuegras, baile y barra libre hasta que el cuerpo aguantara. Tampoco podrá ser así: todos en casita y con cantidad limitada de invitados. Y tras las uvas/brindis, sin demasiado jolgorio. Y distanciados. ¡Qué diferencia!
El electrodoméstico rey del hogar ofrecerá esos programas enlatados que forman parte también de la tradición. Vienen de lejos. En la década de los sesenta empezó a emitirlos TVE.
Es inolvidable el que se grabó en nuestra tierruca, en la discoteca «Acqua», de Raos, en 1993. Contó con la presencia de estrellas internacionales como Elton John. Escasas horas permaneció en la tierruca el famoso artista. Llegó a Parayas en avión privado, grabó las dos canciones acordadas y retorno a Londres…
Metidos ya en 2021, lo que no cambiará respecto a los años precedentes es que el día 1 veremos por la mañana en la tele el famoso concierto sinfónico desde Viena (con las butacas del Salón Dorado del Musikverein vacías y los músicos escuchando los plausos, vía internet, a través de pantallas). Aunque el asunto quede raro-raro, daremos palmas al compás de la famosa «Marcha Radetzky» para mantener viva, en medio de la tempestad, una bella costumbre.
A pesar de los pesares, ¡feliz salida de 2020 y feliz entrada en 2021, amigos lectores! Salud y suerte.
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