La Academia Cántabra de Gastronomía reconoce las trayectorias de destacados profesionales

La Academia Cántabra de Gastronomía, presidida por el doctor Javier Hernández de Sande e integrada por un total de 17 miembros académicos, hará entrega el lunes 20 de diciembre de sus premios anuales, que alcanzan su tercera edición, y con los que se reconoce la trayectoria brillante y la entrega de profesionales de Cantabria en diferentes ámbitos de la hostelería.

Nuevamente será en el Salón de Actos de la Universidad Europea del Atlántico donde tenga lugar la solemne ceremonia de entrega de estas distinciones, que en esta ocasión han recaído en Toni González, premio al mejor cocinero por el trabajo que desarrolla en el Nuevo Molino de Puente Arce donde ejerce desde el 5 de febrero de 2004 y donde ostenta en la actualidad una estrella Michelin y dos soles Repsol. González, natural de Ruente, toma el relevo en este premio de Ignacio Solana, ganador la pasada edición.

En el caso del mejor jefe de sala / sumiller, el profesional premiado es David Arias, responsable de hostelería del Gran Hotel Balneario de Puente Viesgo, donde ejerce desde el año 2000 y donde se ocupa tanto del trabajo en el restaurante en el día a día como de los numerosos eventos que tiene este establecimiento. En este caso, Arias sucederá en el premio a Elvira Abascal, jefa de sala del Nuevo Molino, que fue distinguida en la segunda edición de estos premios.

El premio al mejor restaurante tradicional es para Casa Cofiño, en Caviedes, un negocio familiar que ha cumplido 58 años abierto desde que lo abrieron los padres de los actuales responsables, Anunciación, María Cruz y Rubén Cofiño Pérez. Su estilo, donde combina la clásica tienda-bar con el restaurante y la terraza, así como su línea gastronómica, con una carta basada en los conceptos de la cocina de siempre puestos al día, cautivan a clientes de cualquier rincón del mundo que visitan Cantabria, hasta el punto que las mesas de Casa Cofiño en época estival son de las más cotizadas del sector. En este caso, Cofiño sucederá en el premio a Casa Segis en Carrejo, restaurante dirigido por Luis Prieto.

Por la expansión que han desarrollado en la capital de España –donde ya dirigen seis establecimientos– y por los éxitos y reconocimientos que están cosechando en diferentes ámbitos, además del respaldo de la clientela, Paco Quirós y Carlos Crespo, verán reconocida su actividad empresarial con el premio especial de la Academia, sucediendo en este caso a Ángel Luis Gómez Calle, docente en la Escuela de Hostelería del IESFuente Fresnedo de Laredo.

Finalmente, el equipo de camareras del Hotel Restaurante El Oso, en la localidad lebaniega de Cosgaya, será distinguido por cómo desarrollan su actividad en el día a día, siendo un ejemplo de profesionalidad en la atención al cliente. En esta categoría, el año anterior el premio recayó en Gema Montes, camarera del restaurante Cañadío en Santander.

José Antonio González, conocido en su entorno familiar de Ruente y en la profesión como Toni, es hoy por hoy uno de los cocineros más brillantes del panorama regional, no solo por los reconocimientos que ha conseguido para el emblemático restaurante que dirige desde 2004 (una estrella Michelin desde 2009 y dos estrellas Repsol desde 2020), sino por el estilo de cocina que desarrolla, con una sólida base tradicional pero con los toques contemporáneos que convierten cada plato en una pequeña obra de arte efímero. Su compromiso con el entorno se advierte tanto en las especialidades de la carta como en la elección de los ingredientes: siempre que es posible, emplea productos del entorno, que procura adquirir directamente al elaborador, con el fin de proporcionar al cliente un experiencia gastronómica especial.

David Arias ha cumplido ya dos décadas trabajando en el Gran Hotel Balneario de Puente Viesgo, donde ejerce como Jefe de Restauración. Su sello se nota y su presencia y estilo no pasan desapercibidos para la clientela del restaurante y en los numerosos eventos que sirve esta casa. Anteriormente, David había cuidado su formación, primero en la Escuela de Candina, luego fue la primera promoción que salió de la Escuela de Hostelería del IESPeñacastillo y finalmente estudió de turismo en Madrid.

En 1991 tuvo sus primeros contactos con la profesión en el Dallas de Laredo y en el Grupo Rhin, desde 1992: veranos, extras, fines de semana. Era la forma de aprender y tener unos ingresos. Tras dos años en ECI, lejos de las barras, volvió a la profesión en La Cúpula, donde permaneció un año antes de incorporarse al Balneario en el año 2000.

Cuando Paco Quirós y Teresa Monteoliva decidieron abrir en 2011 en Madrid una 'sucursal' de su acreditado restaurante Cañadío de Santander –que de inmediato tuvo una gran acogida–, se puso el germen de un importante grupo empresarial que cogió velocidad de crucero cuando sumaron sinergias con la incorporación de Carlos Crespo (Grupo Riojano).

Con sucesivas aperturas de establecimientos, hasta los seis actuales que se han convertido en embajadas de la gastronomía de Cantabria en la dinámica ciudad de Madrid, Crespo y Quirós han ganado en reconocimientos por su planteamiento: una cocina sincera, sabrosa y atractiva, al alcance de todos los públicos, en unos locales confortables y con un diseño contemporáneo que marca estilo. Así, al citado Cañadío le sucedieron La Maruca de Velázquez (2013), La Bien Aparecida (2015), La Primera (2016, La Maruca de la Castellana (2020) y el Gran Café Santander (2021).

Este negocio familiar ubicado en la pequeña localidad de Caviedes representa la esencia de los antiguos bares-tienda con casa de comidas que hace décadas salpicaban la geografía regional de Cantabria. En la actualidad, Casa Cofiño es un reconocido restaurante, muy acreditado entre cántabros y turistas por su cocina tradicional, bien elaborada y sin florituras, con buen producto y sin renunciar a la excelencia. También son muy bien valoradas su bodega, con varios cientos de referencias para todos los gustos, y su tienda de productos gourmet, con variedad y elaboraciones de primer nivel.

Pero si algo distingue aún más a Casa Cofiño es el 'alma' que tiene el negocio fruto del compromiso y profesionalidad de sus propietarios, los hermanos María Cruz –que atiende la sala–, Rubén –barra y bodega– y Anunciación Cofiño Pérez –cocina–, y del equipo de empleados. Han sabido mantener la esencia de los fundadores, sus padres, en 1963.

Además de su fama por el entorno natural que enmarca este precioso enclave lebaniego y por su excelso cocido lebaniego, el Hotel Restaurante El Oso en Cosgaya brilla con luz propia por el trabajo que desarrolla el equipo de profesionales de hostelería en el día a día. Y entre todos ellos, destaca el equipo de camareras que atienden el restaurante, un ejemplo de atención personalizada que permite al cliente disfrutar de una experiencia agradable e inolvidable, todo un modelo de fidelización.

Ahora que tanto se pone en cuestión la falta de profesionales cualificados en la sala de los restaurantes, la Academia Cántabra de Gastronomía quiere con este premio reconocer a estas camareras con una dilatada trayectoria en el Hotel El Oso que siempre tienen una sonrisa en su rostro, una mirada cómplice, una palabra amable y una explicación precisa.