Hoy hacemos unas alcachofas con jamón en salsa

Estamos hablando de un alimento histórico, ya que se tiene constancia de él desde tiempos egipcios. Por aquel entonces se valoraba enormemente su composición y sus propiedades que beneficiaban al organismo de las personas que las consumían. Un producto positivo, como decimos, para la digestión, la quema de grasa y el control del colesterol.

Y como estamos de temporada y ya empiezan a verse en los mercados, hay que aprovechar. ¡Corred a comprar alcachofas que hoy vamos a preparar una receta de diez!

Considero que es importante que sepáis que a la hora de comprar este producto hay que escoger las que presenten las yemas más gruesas, compactas y bien formadas, que serán las que mayor peso tengan en relación a su tamaño. Es importante que muestren buen color, un verde intenso, y descartar las que tengan manchas o partes negras. También es importante que estén las hojas bien prietas, no abiertas.

Como hemos hecho en otras ocasiones, las limpiamos quitándoles las hojas duras y pelando el tronco. Una vez limpias, ponemos a hervir las alcachofas en una olla con abundante agua y una pizca de sal durante unos 10 minutos aproximadamente, y cuando estén al dente, es decir, que no estén duras ni blandas, que ofrezcan un poco de resistencia cuando las pinchamos con una puntilla, las retiramos de la cazuela y las reservamos, además de un poco del caldo sobrante. Esto es importante porque la primera cocción de las alcachofas no tiene que ser completa, de lo contrario al final del guiso se desharán.

En una sartén con un par de cucharadas de aceite, sofreímos un par de dientes de ajo pelados y cuando empiecen a cambiar de color los sacamos e incorporamos unos buenos tacos de jamón, sin escatimar. Seguidamente espolvoreamos una cucharada de harina y lo removemos bien para que se tueste, a fuego no muy alto para que no se queme, y añadimos el caldo de las alcachofas que teníamos reservado, removemos para que no se formen grumos intentando que quede una salsa fina, con lo cual iremos rectificando de caldo si la vemos demasiado espesa, es mejor añadirlo poco a poco. Cortamos las alcachofas en mitades o cuartos, a gusto de cada uno, y las introducimos en la salsa para que se acaben de cocinar durante unos minutos.

Cuando ya estén listas añadimos los ajos reservados y servimos. Si queréis darle un toque clásico, de los de toda la vida, podéis rallar un par de huevos duros por encima, a modo de nieve.